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Adolescencia, obesidad e hipertensión | Por: @ linternista

Cuando se creía que la hipertensión era un problema solo de los adultos, estábamos equivocados. Ahora todos los jóvenes que se encuentra en la etapa de la adolescencia, que tienen sobrepeso o son obesos y no realizan ninguna actividad física y que tienen una baja capacidad aeróbica sufrirán de hipertensión de adultos.

Los adolescentes de 18 años que tienen un alto Índice de Masa Corporal (IMC) y una capacidad aeróbica baja tienen un riesgo 3,5 veces mayor de ser hipertensos cuando sean adultos de 50 años.

Aproximadamente 1.800 millones de personas, es decir un 30% de la población mundial, padece de hipertensión arterial, que constituye el principal factor de riesgo prevenible para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales.

Este aumentado número, se puede explicar por el incremento significativo de sobrepeso y la obesidad en las dos últimas décadas tanto de adultos como de adolescentes.

Así lo muestra un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford en Palo Alto (EE.UU.), los que concluyen que los adolescentes con sobrepeso o que tienen una baja capacidad aeróbica tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar hipertensión en la edad adulta.

Casey Crump, investigador líder de este estudio, que fue publicado en la revista «Journal of American Medical Association Internal Medicine», explica que “de confirmarse nuestros resultados, las medidas dirigidas a prevenir la hipertensión deberían ponerse en marcha en etapas más tempranas de la vida y, además del control de peso, contemplar la capacidad aeróbica incluso en las personas con un índice de masa corporal (IMC) normal”.

En la adolescencia

Los científicos analizaron los datos de una muestra de cerca de 1,5 millones de varones suecos en el momento de ingresar en el servicio militar, es decir a los 18 años, una vez alcanzada la mediana edad y hasta que hubieran cumplido, como máximo, los 62 años, sobre el IMC, la capacidad aeróbica y la fuerza muscular.

Según el análisis

Un 6%  que equivale a un total de 93.035 participantes desarrollaron hipertensión arterial, estableciéndose la edad promedio del diagnóstico a los 50 años.

La baja capacidad aeróbica, fue definida por los investigadores como aquella que no alcanzaba los 240 vatios, y una fuerza muscular baja la cual no llegaba a los 1.900 newtons.

Todos los hipertensos diagnosticados tenían una capacidad aeróbica de 231,8 vatios, en comparación a 264 vatios en aquellos en los que no se detectó un desarrollo de la enfermedad.

La fuerza muscular se estableció la media en 2.000 newtons en los participantes diagnosticados de hipertensión y en 2.020 newtons en aquellos sin la enfermedad.

En el futuro

Con un peso y la capacidad aeróbica normal, un elevado IMC y una baja capacidad aeróbica tenían un riesgo hasta de 3,5 veces más de padecer hipertensión arterial.

Y sin tomar en cuenta IMC, tener una baja capacidad aeróbica es suficiente para que el riesgo de hipertensión se aumente significativamente y que apenas se vio influenciado por la fuerza muscular.

Conclusión

“Tener un alto IMC y una baja capacidad aeróbica, que no una baja fuerza muscular, se asocian con un incremento de la hipertensión con independencia del historial familiar y de los factores socioeconómicos”, comentan los investigadores de este estudio.

Y  las medidas deben ir dirigidas a prevenir la hipertensión y esta prevención debe iniciarse según el estudio en etapas más tempranas de la vida, dice Crump.

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Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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