¿Por qué falla la operación bikini? | Por: @linternista
Ya casi estamos en vacaciones de verano y la temporada de piscina y playa ha llegado. Con el buen tiempo siempre sucede lo mismo: que muchas personas comprueban, casi siempre con horror, que se les ha instalado un «cauchito» que se ha ido acumulando a lo largo del año.
Generalmente son unos pocos kilos y la mayoría cree, de manera bastante equivocada, que en un par de semanas o quizás tres, todo estará solucionado. Generalmente se comienza con buen pie y los primeros kilos se pierden con suma facilidad y bastante rápido pero llega un momento en el que ya no se baja más y es ahí cuando muchos tiran la toalla pero sobre todo se preguntan qué están haciendo mal.
Desearíamos perder diez kilos, siendo más realistas, tal vez nos conformemos con cinco, pero el tiempo disponible sigue siendo igualmente corto, -explica Ana Bergua, nutricionista online. La gran explicación de por qué suele fallar la operación bikini es porque «la planificación dietética para realizar esa hazaña absurda e imposible supone grandes restricciones de alimentos, cambios bruscos en los patrones alimentarios, ayunos y descalabros poco saludables», explica.
No es por falta de información ya que constantemente los profesionales sanitarios explican que no es cuestión de hacer dieta sino de tener una alimentación saludable siempre, pero, reconoce Bergua, «invariablemente todas las temporadas nos bombardean publicidades de dietas con nombres de vegetales, o de personajes conocidos o de famosísimos médicos o pseudocientíficos, que lo único que consiguen es hacernos comprar tratamientos absurdos y poner en riesgo nuestra salud».
Otro de los grandes intentos a la hora de perder kilos es hacer deporte. O ejercicio. La mayoría lo suele hacer sin saber muy bien qué hacer ni cómo empezar. Lo ideal sería contratar los servicios de un entrenador personal pero en la mayoría de los casos no es viable por lo que, al menos, «es importante fijarse en tutoriales de profesionales en la web, explica la entrenadora y fisioterapeuta Celia Llada, y ponerse metas realistas pero que sean progresivas». «Constancia y entrenamiento progresivo para que el cuerpo se habitúe al hábito del ejercicio, explica, siendo preferible hacer más días ejercicio aunque sea menos tiempo que hacerlo todo de golpe cada quince días, lo importante es que hacerlo se convierta en una rutina y no esperar milagros», recuerda.
Este punto es de los más importantes ya que muchas personas se apuntan al gimnasio y en vez de perder kilos, engordan más. Y es que hay una falsa creencia de que solo por hacer deporte se pierden kilos, habría que entrenar muchas horas para que eso sucediera. El equilibrio ejercicio y alimentación sana es fundamental.
La operación bikini falla por:
— Querer perder demasiado peso en un tiempo demasiado corto. El ritmo de pérdida de peso debe ser progresivo para que nuestro organismo no reaccione produciendo alteraciones metabólicas para preservar la escasa energía que le llega. Es decir, comer demasiado poco es interpretado por nuestro cuerpo como una agresión, a la que respondemos con un ahorro metabólico. Ser menos ambicioso, proponerse perder peso progresivamente, tratando la dieta y el ejercicio físico en paralelo, es mucho más efectivo.
— Tratar de implantar unos hábitos imposibles. Los primeros días, se sigue con mucha intensidad, por la emoción y la sensación de poder que produce el control de lo que se come. Entonces, el mecanismo de rebote hace que no se pierda peso durante unos días. La frustración lleva al abandono. Se recupera el peso perdido de forma inmediata, nuestro organismo tiende al equilibrio, y el equilibrio era estar como antes de la «agresión».
— Por no fijarse una meta a largo plazo. Si se planifica la dieta que nos prepare para el verano como objetivo final, alcanzado el verano volvemos a la rutina anterior, la que nos condujo, efectivamente, al sobrepeso. Los cambios que se realicen deben ser factibles a lo largo del tiempo.
Fuente: abc.es