El problema de la obesidad se agravará en las próximas décadas a no ser que se tomen medidas | Por: @linternista
El 21 de mayo se celebra el Día Europeo de la Obesidad. Una efeméride instituida en 2010 por el Parlamento Europeo con el simple objetivo de concienciarnos sobre el riesgo que conlleva la obesidad para nuestra salud –se asocia con un riesgo muy elevado de enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer– y la necesidad de tomar medidas para prevenirla o, llegado el caso, tratarla.
Y es que la obesidad es un problema cada vez más acuciante. Su prevalencia se ha duplicado en todo el mundo en poco más de tres décadas, hasta el punto de que ya el 13% de los adultos del planeta –o lo que es lo mismo, más de 600 millones de personas– son obesos. La situación en España es incluso peor: el 39,3% de la población con edades entre los 25 y los 64 años padece sobrepeso y el 21,6% es obesa.
Por tanto, las medidas para combatir esta enfermedad no pueden seguir demorándose. Más aún en el caso de los ‘adultos del mañana’ que ya llevan arrastrando las consecuencias de la obesidad desde la infancia. No en vano, ya en 2013 convivían en todo el mundo más de 42 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso. Y en el caso específico de España, el 20% de los niños tiene sobrepeso y un 10% es obeso.
Como explica Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), «la obesidad infantil, que antes era considerada algo propio de los países desarrollados, cobra cada vez más fuerza en los países de ingresos bajos y medianos, debido al sedentarismo y la mala alimentación que acompañan los procesos de globalización».
Tan solo un ejemplo: la adopción de un estilo de vida occidental ha provocado que la prevalencia de obesidad en los niños de China haya pasado de un 0,03% a un 17,20% en solo tres décadas.
Predicar con el ejemplo
El problema de la obesidad, lejos de solucionarse por sí solo, se agravará, y mucho, en las próximas décadas a no ser que se adopten medidas para evitarlo. Pero, ¿qué se puede hacer? Pues en primer lugar, tal y cómo ya se está demostrando en algunos países, la imposición por el Gobierno de mayores impuestos para las bebidas azucaradas y de medidas para frenar la publicidad y comercialización de alimentos ‘poco saludables’.
Sin embargo, la mayor parte de la solución siempre se encontrará en las propias familias, responsables directas de que los niños sigan un estilo de vida más o menos saludable. Y en este contexto, el número de niños españoles que no come bien o no practica ejercicio es abrumador. O como alertan los resultados de un estudio llevado a cabo por la Fundación Thao, el 32% de la población infantil no come una pieza de fruta al día, el 41% no tiene en su plato verdura diariamente, y el 36,5% casi no realiza actividad física.
Por tanto, no hay que buscar la solución fuera, sino en el propio hogar. Como comenta Rubén Bravo, «la clave para reducir los niveles de obesidad infantil es predicando con buen ejemplo y hacer bien las cosas en casa, para asentar las bases de una saludable relación con la comida con la que debemos lidiar a lo largo de nuestra vida».
Un aspecto a tener muy en cuenta dado que el 60% de los niños con sobrepeso también lo serán de adultos.
Consejos frente a la epidemia
Con motivo de este Día Europeo, el IMEO ofrece cinco consejos prácticos para combatir la obesidad infantil desde el hogar:
- Tener un desayuno saludable y equilibrado que priorice los alimentos de absorción lenta, para así asegurar, frente a los desayunos ricos en azúcares y grasas y escasos de nutrientes, un flujo de energía suficiente para un rendimiento escolar correcto durante toda la mañana.
- Controlar las cantidades de azúcar ingeridas, que en ningún caso deben superar el 10% de las calorías diarias ni en niños ni adultos
- Realizar una hora diaria de actividad física y beber abundante cantidad de agua.
- Reducir el tiempo que pasan los niños delante de los televisores, computadores, tabletas y ‘smartphones’.
- Inculcar desde la infancia una cultura nutricional, para que así el niño coma las cantidades justas en el hogar y fuera casa, ni más, ni menos.
Como señala Rubén Bravo, «enseñar a un niño porque un alimento le conviene más que otro y en qué momento del día no tiene precio, porque le dará claves para gestionar su estado físico y emocional también en el futuro».
Es más; el IMEO también ha puesto en marcha la campaña ‘Crece sano’, en la que ofrece consejos y patrones de alimentación saludables para prevenir o tratar la obesidad infantil.
Y es que no todas las ayudas son para atajar el problema son igual de válidas. Es el caso, alertan desde el IMEO, de los ‘campamentos’ para niños con sobrepeso u obesidad que empiezan a florecer con la llegada del buen tiempo.
Como concluye Rubén Bravo, «estamos de acuerdo que los niños deben jugar, aprender a divertirse sin el ordenador, hacer deporte y tener una dieta saludable, pero no aislados de su habitual entorno y bajo vigilancia, porque a la larga esto no funciona». Todo ello con el agravante, como refieren desde el Instituto, «del efecto sobre la autoestima del menor por el hecho de que lo envíen a pasar sus vacaciones en un centro de niños obesos».
Fuente: abc.es