Una prescripción retardada de antibióticos puede reducir su uso indiscriminado | Por: @rigotordoc
Para los adultos con infecciones no complicadas de las vías respiratorias, las estrategias retardadas de prescripción están asociadas con un reducido uso de antibióticos en comparación con las prescripciones inmediatas, de acuerdo con los resultados de un ensayo clínico aleatorio publicado en línea el 21 de diciembre en Archives of Internal Medicine.
Las estrategias de prescripción retardada e incluso de no prescripción, reducen notablemente el uso de antibióticos en comparación con el grupo de prescripción inmediata.
Según la Dra. Mariam de la Poza Abad, del Centro de Atención Primaria Doctor Carles Ribas, Barcelona, España, y colaboradores, se encontró que los grupos de estrategia retardada tuvieron ligeramente mayor carga de síntomas y de duración de la infección que el grupo de prescripción inmediata, aunque las diferencias no fueron clínicamente relevantes.
Las infecciones del tracto respiratorio son una de las condiciones más comunes que se manejan en la atención primaria. Estas infecciones suelen ser autolimitadas, y estudios recientes han demostrado que los antibióticos tienen poco efecto clínico en los casos no complicados. Sin embargo, en los Estados Unidos, alrededor del 60% de los pacientes con dolor de garganta y el 71% de aquellos con bronquitis aguda no complicada todavía reciben una prescripción de antibióticos.
La sobreprescripción de antibióticos no sólo promueve la resistencia a los antibióticos, sino que también aumenta la probabilidad de que los pacientes consulten nuevamente por síntomas atribuibles a la misma patología.
La prescripción retardada de antibióticos es una estrategia que consiste en recomendar a los pacientes a tomar el medicamento sólo si los síntomas de la enfermedad empeoran o no mejoran pocos días después de la consulta médica. Aunque este enfoque tiene el potencial de reducir el uso de antibióticos, los estudios han reportado resultados contradictorios acerca de su efecto en los resultados clínicos en infecciones respiratorias no complicadas, y no hay datos disponibles acerca de ello en los Estados Unidos. La Dra. de la Poza Abad y colaboradores decidieron investigar la eficacia y seguridad de dos estrategias de prescripción retardada en esta población de pacientes.
Los investigadores realizaron un estudio clínico multicéntrico, abierto, aleatorizado que incluyó a 398 adultos con infecciones respiratorias agudas no complicadas. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a una de cuatro estrategias: una demorada dirigida por pacientes en la estos recibieron una prescripción de antibióticos, pero se les dijo que lo utilizaran sólo si los síntomas empeoraban o no mejoraran en unos días; una demorada de colección que requería que los pacientes fuesen a buscar su prescripción del centro de atención primaria 3 días posteriores a la consulta; una estrategia de prescripción inmediata y una de no prescripción.
Las infecciones más frecuentes fueron la faringitis (46,2%) y la bronquitis aguda (32,2%), y la presencia de síntomas en el momento de la primera consulta fue similar en los cuatro grupos. La duración media de los síntomas severos fue de 5,1 días, 4,0 días, 3,6 días y 4,7 días para los pacientes de los cuatro grupos anteriores (P = 0,002). La duración media de la severidad máxima de cualquier síntoma fue de 5 días en los cuatro grupos (P = 0,009).
Entre los pacientes en el grupo de la prescripción inmediata, el 91,1% utilizó los antibióticos; en los grupos con estrategia demorada dirigida por pacientes, demorado de colección y en el de no prescripción, las tasas de uso de antibióticos fueron significativamente menores (P <0,001), a 32,6%, 23,0% y 12,1%, respectivamente.
No hubo diferencias en las complicaciones, efectos adversos, o la necesidad de atención no programada demostrada entre los cuatro grupos, y los estados de salud general de los pacientes no fueron diferentes a los 30 días después de la consulta.
Las tasas de ausentismo fueron significativamente más bajas (P = 0,05) en el grupo de estrategia demorada dirigida por pacientes (25,8%) así como en el demorado de colección (21,4%) que en el de prescripción inmediata (33,3%) y no prescripción (39,8%).
Aunque los síntomas severos duraron de 0,4 días a 1,5 días más en los grupos con estrategia demorada dirigida por pacientes, demorado de colección y en el de no prescripción que en el grupo de prescripción inmediata, la satisfacción del paciente fue alta y similar entre los cuatro grupos (P = 0,14).
Por otra parte, en comparación con el grupo de prescripción inmediata (85,7%), significativamente menos pacientes (P = 0,06) en los grupos con estrategia demorada dirigida por pacientes (69,0%), demorado de colección (69,1%), y en el de no prescripción (70,2%) informaron que los volvieron a su médico por la misma enfermedad. En general, en comparación con el grupo de prescripción inmediata (8,2%), más pacientes (P = 0,02) en el grupo con estrategia demorada dirigida por pacientes (19,0%), en el demorado de colección (15,6%), y el sin prescripción (19,7%) se convencieron de que los antibióticos eran ineficaces para la infección respiratoria aguda.
Según los autores, las estrategias de prescripción demorada son un enfoque útil para la gestión de pacientes con infecciones respiratorias agudas no complicadas, aunque no todos los pacientes pueden aplicar a ellas. Cuando los pacientes o los médicos están preocupados por el riesgo de complicaciones, o cuando los pacientes esperan ser prescritos con antibióticos, una estrategia demorada puede ser particularmente útil en comparación con una estrategia sin prescripción.
Fuente: JAMA Intern Med. Published online December 21, 2015. Article full text
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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