La fórmula de Alcohólicos Anónimos puede ayudar a la salud cardiovascular | Por: @linternista
La terapia de autoayuda de la organización Alcohólicos Anónimos comienza reconociendo la propia debilidad ante un grupo con la misma adicción o problema. Y si es una buena fórmula contra el alcoholismo, ¿por qué no con otros problemas de salud?
Esta fue la pregunta que se hicieron en la Fundación SHE, institución dedicada a la promoción de hábitos saludables que dirige el cardiólogo Valentín Fuster.
Así surge y se pone en práctica el programa Fifty-Fifty donde se aplica la terapia de grupo para mejorar los cinco factores de riesgo más importantes en la salud cardiovascular: tensión arterial, ejercicio, peso, dieta y tabaco.
Este proyecto se inicio con un grupo de 543 adultos en siete localidades de Cataluña, Andalucía, Murcia y Madrid, España. Y, se han medido sus resultados con el mismo método científico que se evalúan los tratamientos médicos, con un ensayo clínico aleatorio y con un grupo control que no siguió la terapia de grupo.
Los resultados de este estudio fueron publicados en Journal of the American College of Cardiology, y confirma que educar a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable con el apoyo entre iguales «mejora los hábitos de salud cardiovascular y el control de los factores de riesgo».
Resultados muy positivos
Luego, de un año de terapia, el 67% de los participantes mejoró en los cinco factores de riesgo cardiovascular frente al 56% del grupo de control. El mayor beneficio se observó en el abandono del tabaco. Casi la mitad de los voluntarios que siguieron la terapia de grupo dejaron de fumar.
Los especialistas que han liderado este trabajo creen que la generalización de este tipo de programas en la sociedad, sería sencilla, poco costosa y podría tener un impacto significativo en la salud cardiovascular. No solo, sería educar en salud, sino tener el apoyo del grupo para conseguir que los hábitos saludables perduren en el tiempo.
El estudio de la Fundación SHE no es el primero que reconoce la metodología de apoyo entre iguales en el control de las enfermedades crónicas. Pero había escasas evidencias de los beneficios a largo plazo de estas intervenciones y no se había medido por un método científico.
Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, comenta que: «La eficacia del método de Alcohólicos Anónimos me hizo pensar que dicha estrategia podía aplicarse a otros problemas de salud, como la enfermedad cardiovascular».
Después de dos programas piloto, uno en la Isla de Granada y otro en la población de Cardona (España), donde se obtuvieron buenos resultados, los investigadores decidieron hacer un estudio más amplio en 543 voluntarios (71% mujeres) en siete localidades españolas, en Barcelona, Cardona, Cambrils, Guadix, Villanueva de la Cañada, Molina de Segura y San Fernando de Henares. Cada uno de los participantes tenía al menos un factor de riesgo cardiovascular.
Todos los participantes recibieron talleres formativos y motivacionales, durante tres meses, dirigidos a promover hábitos de vida saludables.
En estas reuniones se abordaron las motivaciones para el cambio:
- La gestión de estrés
- La importancia de dejar de fumar
- Alimentación saludable
- Beneficios de la actividad física
- El autocontrol de la tensión arterial.
Durante los 12 meses siguientes, en una terapia de grupo mensual dirigida a promover cambios y a brindar a los participantes el desarrollo de capacidades distintas a la educación saludable que ayudasen a controlar estos factores de riesgo.
Al inicio del programa, una vez realizados los talleres formativos, la mayoría de los voluntarios (71%) mejoró en el índice Fuster-BEWAT el que mide tensión arterial, ejercicio, peso, dieta y consumo de tabaco .
Sin embargo, cuando se dividieron en los dos grupos (277 en el grupo de intervención y 266 controles) intervención y control, se observaron importantes diferencias. Por ejemplo, el 67% de los del grupo de intervención mejoró en sus factores de riesgo cardiovascular, cifra que fue de un 56% en el grupo control.
Resultados más positivos se obtuvieron con el tabaco, casi el doble de los miembros grupo de intervención obtuvo resultados (39% frente a 20%), y con el ejercicio físico, el 46 por ciento del grupo de intervención mejoró su nivel de actividad física.
Un nuevo análisis de los factores de riesgo se realizará en los próximos doce meses para determinar la sostenibilidad a largo plazo de los resultados obtenidos.
El grupo de Valentín Fuster también ha emprendido un nuevo estudio con esta estrategia en el barrio de Harlem, en Nueva York.
Fuente: ABC.
Daniel Hernández
Comunicador Social