Coca-Cola destapa la polémica respecto a su apoyo a la comunidad científica | Por: @linternista
Casi 120 millones de dólares en los últimos cinco años es la cantidad que la mayor empresa de refrescos del mundo ha dedicado a pagar a científicos, instituciones o grupos de pacientes dedicados al estudio de la obesidad y la nutrición o a promover la actividad física.
Fue la propia compañía quién hizo pública la lista de beneficiarios a través de su página web en EEUU dentro de los esfuerzos de «transparencia» que le vienen solicitando desde hace tiempo grupos de consumidores.
La lista contiene decenas de becas y ayudas de todo tipo a una gran cantidad de asociaciones de lo más diverso, incluidos algunos importantes organismos públicos, como los Institutos Nacionales de Salud (NIH, según sus siglas en inglés).
Según fuentes de Coca-cola España, a nivel europeo también está previsto que se haga un «inventario» de este tipo que se hará público en las próximas semanas. «En España y Portugal», explican, «esto será fácil y rápido porque cualquier colaboración en la que participa Coca-cola ya se especifica».
«Nuestro apoyo financiero a estos reputados expertos, instituciones y organizaciones se ha hecho con la mejor de las intenciones, para apoyar a las comunidades locales y ofrecer soluciones al problema de salud pública de obesidad que afronta EEUU y todo el mundo», señaló el director ejecutivo, Muhtar Kent en una carta que también está colgada en la web de la empresa.
La información, que se irá actualizando cada seis meses, sólo afecta por el momento a los beneficiados en EEUU, entre los que hay sociedades científicas tan eminentes como el Colegio Americano de Cardiología, la Academia de Pediatría o la Asociación de Médicos de Familia.
Pero también personas a título individual con cierta popularidad en EEUU, como la bloguera del ejercicio físico Ramona Braganza, la escritora Rene Simms o los chefs Ronnie Woo y Virginia Willis (autora del libro Bon App tit). A pesar de los esfuerzos de Coca-cola por transmitir la idea de la transparencia, numerosas asociaciones han criticado los vínculos de la empresa de refrescos azucarados con sociedades médicas y científicas. «Estas organizaciones reciben dinero de una compañía cuyos productos son clave en la obesidad y en la expansión de enfermedades no comunicables como la diabetes», señaló por ejemplo Yoni Freedhoff, de la Universidad de Ottawa (Canadá).
«¿Por qué crearía una organización pública ni siquiera la posibilidad de que una influencia afectase a su capacidad de promover y defender la salud pública?», se pregunta. ¿Ejercicio o refrescos? Muchos de estos científicos han ayudado a propagar la idea de que es la falta de ejercicio la principal causa de obesidad en el mundo occidental; obviando las evidencias científicas que demuestran que la dieta y el consumo de bebidas azucaradas tienen un papel mucho más importante en este problema.
De hecho, una investigación española publicada en 2014 demostraba que los resultados de las investigaciones que analizan la relación de los refrescos con el aumento de peso dependían de si habían sido financiados o no por compañías del sector.
Fuente: El Mundo.
Daniel Hernández
Comunicador Social