¿Sabe usted cómo el cuerpo regula su temperatura? | Por: @linternista
La temperatura del corporal de los seres humanos es constante y el promedio normal es de 37 grados Celsius.
La temperatura normal oscila entre los 36,3 y los 37,1 grados. Por encima o por debajo de estos valores, hay que suponer que algo anda mal y que algo está pasando en nuestro organismo.
Pero, hay que considerar que la temperatura puede variar en una misma persona en el transcurso del día, sin que exista ninguna alteración, siendo un poco más baja en la madrugada y hasta medio grado más alta al anochecer.
El fisiólogo Esteban Garcés, nos aclara que cuando la gente duerme, la temperatura del cuerpo es un poco laxa en su regulación. Por eso, en el sueño profundo la gente puede estar un poco más fría.
De igual forma, las hormonas femeninas producen modificaciones en la temperatura de las mujeres durante su ciclo menstrual. Por ejemplo, se ha comprobado que, después de la ovulación, esta puede aumentar hasta medio grado con respecto al resto del mes.
Lo cierto es que, el cuerpo mantiene la temperatura constante, de acuerdo con la fisiología humana, grados más o grados menos y ese elemento es determinante para la supervivencia, afirma el fisiólogo.
Iván Darío Escobar, endocrinólogo asegura que el cuerpo tiene una especie de termostato que se encarga de esta tarea. Ese es el hipotálamo, ubicado en el cerebro y que permanentemente hace un balance de cuál es la situación del cuerpo. Revisa cómo están las hormonas, la regulación de las sales. Si hay alguna enfermedad, envía órdenes de manera automática para que la temperatura se mantenga constante. Esa es su tarea.
En el hipotálamo está ajustada la temperatura a 37 grados; si esta es menor, entonces este termostato natural se ponen en marcha procesos de calefacción para elevarlo. Pero, si la temperatura del cuerpo es alta, baja la temperatura y apaga la calefacción.
El hipotálamo no solo está pendiente de la temperatura del cuerpo; también se fija en su propia temperatura porque en él existen unas neuronas muy especializadas para percibir cambios mínimos en el calor del cuerpo (llamado temperatura central). A su vez, recibe información de todo el organismo, especialmente de la piel, a través de unas fibras nerviosas dedicadas solamente a transportar dicha información, según Garcés.
Esto es muy importante porque la referencia del termostato son los 37 grados y compara esta temperatura con la de sus neuronas especializadas y con la del resto del cuerpo con este valor de referencia. Si es menor de 37 grados, la eleva; y si es mayor, la disminuye.
“Con la información que el hipotálamo recibe de la piel, el sistema nervioso se anticipa para proteger el cuerpo”, aclara Escobar.
Un ejemplo de esto: si la temperatura cutánea es baja, es conveniente conservar calor; y automáticamente se ponen en marcha mecanismos para elevar la temperatura. Es decir, se sube el metabolismo, lo que eleva las hormonas tiroideas; se cierran vasos para que no se pierda calor, no hay sudoración y los músculos tienden a contraerse para producir calor.
Lo contrario ocurre si la temperatura es muy alta, y eso pasa porque el cerebro es muy sensible a los cambios de temperatura.
Existen ocasiones en las que el termostato ajusta la temperatura por encima o por debajo de la del cuerpo, como pasa con la fiebre y algunas enfermedades. En esos casos hay que poner atención.
Qué es lo que afecta
- La fiebre. Es un mecanismo que acompaña al organismo en su lucha contra una infección u otra enfermedad. Si no pasa de 38 grados, es un ambiente favorable para esta defensa.
- Hormonas. Las hormonas tiroideas son determinantes en el control de la temperatura; por ejemplo, si están bajas, el cuerpo tiende a estar frío (hipotiroidismo) y si están altas (hipertiroidismo), caliente. Las hormonas femeninas, después de la ovulación, tienden a elevar la temperatura del cuerpo. Lo mismo sucede con hormonas de la corteza suprarrenal.
- Otros males. La artritis y leucemias tienden a elevar la temperatura del cuerpo; la diabetes, la sepsis y el shock la hacen bajar.
- Las drogas. Se sabe que algunos psicotrópicos elevan la temperatura del cuerpo, lo mismo que el alcohol. Este, en dosis excesivas, es un vasodilatador y tiende a bajarla.
- Medicamentos. Algunos antibióticos elevan la temperatura, mientras que otros, como los derivados de la aspirina y el acetaminofén, tienden a bajarla.
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Fuente: El Tiempo.
Daniel Hernández
Comunicador Social