Alergias asombrosas, comunes y raras | Por: @linternista
Cuando se escucha hablar sobre la alergia, entre otros alérgenos más o menos conocidos, se piensa en la sensibilidad al polen de las plantas, a los ácaros del polvo o a determinados alimentos, pero hay millones de personas en el mundo a los que sustancias cotidianas con determinados compuestos les ocasionan reacciones alérgicas que les generan igualmente malestar, incomodidad y riesgos aunque no sean los habituales causantes de estornudos, picores, irritaciones y problemas respitarorios. Son alergias muy raras y extrañas que les impiden hacer una vida normal.
Como explica Enric Martí, jefe de Servicio de Alergia del Grupo IdC Catalunya, en España, «la alergia es una reacción exagerada de parte del sistema inmunológico que no reconoce sustancias que la población normal tolera perfectamente», por lo que fabrica unos anticuerpos que se unen a esas sustancias provocando reacciones en la parte más sensible de la persona alérgica. Reacciones que se dan durante todo el año, como en el caso de las alergias alimentarias o medicamentosas, «pero quizás las épocas peores sean las primaverales, por el polen, y el otoño en áreas de humedad, donde se reproducen en gran cantidad los ácaros de polvo doméstico».
La sociedad ahora está en un momento en el que las nuevas tecnologías tienen un papel en primera línea del día a día y donde el ejercicio físico se ha introducido en la vida diaria de las personas. Las alergias al ejercicio y al teléfono móvil son dos de las más extrañas que se dan en la sociedad actual. En la bisutería, en las monedas, en los cosméticos… el níquel es uno de los metales más habituales en el entorno cotidiano y produce alergia a un porcentaje importante de la población. Una reacción que los móviles también pueden provocar puesto que «hablar durante mucho tiempo por el móvil podría causar reacciones alérgicas de la piel, debido al níquel que algunos teléfonos móviles contienen», apunta Esther Velázquez, alergóloga del Hospital Quirón Sagrado Corazón de Sevilla.
El níquel a menudo se utiliza en los botones del teléfono y en los auriculares, por lo que un contacto muy repetido y de gran duración puede provocar en la persona urticaria en la mandíbula, oreja y mejilla, e incluso en la punta de los dedos tras un constante tecleo. Pero no es algo específico de los móviles, las tabletas y los iPads también pueden provocarla. En gran medida durante el verano, cuando el sudor permite que se liberen las partículas de níquel y provoque la reacción alérgica. Para ponerle remedio, sólo se necesita utilizar un móvil que no contenga esta sustancia y usar fundas de plástico, puesto que existen carcasas que también lo llevan. El níquel también está presente en los euros, por lo que «se puede dar en las manos de los cajeros que están en contacto directo con la moneda».
Una cena con mariscos para luego ir a bailar a una discoteca. Para muchas personas ésta es una manera ideal de pasar una velada, pero para otras puede convertirse en una pesadilla llena de picores y mareos. Una forma peculiar de alergia que sólo se produce si el paciente come el alimento al que es alérgico y hace ejercicio físico. En este caso, la alergia a ese alimento «se activa con el ejercicio«, indica Velázquez.
Las personas que experimentan esta reacción ingieren un alimento específico poco antes de practicar deporte. A medida que el ejercicio avanza y la temperatura corporal aumenta, aparecen picores, mareos y algunos síntomas típicos de las alergias, como urticaria e hinchazón, pudiendo llegar a provocar anafilaxia. También puede ocurrir cuando se ingiere el alimento inmediatamente después de practicado el esfuerzo. O por la toma de algunos medicamentos antes de la actividad física. Su prevención es simple: no ingerir el alimento que provoca la alergia cuatro horas antes del ejercicio. Y si los síntomas son más graves, como la dificultad para respirar o tragar, es aconsejable llevar un kit de adrenalina auto-inyectable.
Más rara aún es la alergia al agua. Teniendo en cuenta que el cuerpo humano tiene aproximadamente un 60 por ciento de agua no parece normal ser alérgico a ella, pero cerca de 30 personas en el mundo han sido diagnosticadas. La urticaria acuagénica provoca que al contacto de la piel con el agua, tanto fría como caliente, aparezcan ronchas pequeñas entre los cinco minutos y la media horas del contacto, que les duran apenas un cuarto de hora. ¿Y cómo se duchan las personas afectadas? «Rápidamente, con cuidado y con un antihistamínico dos horas antes del baño», según Velázquez.
La hipersensibilidad al semen, a uno de sus compuestos más bien, es otra de las reacciones menos comunes. Esta alergia consiste en una reacción inmediata al tener relaciones sexuales sin preservativo, que provoca sensación de quemazón, picor y erupciones, por lo que puede ser mal diagnosticada como una enfermedad de transmisión sexual. En caso de que la mujer quiera quedarse embarazada, deberá realizarlo por inseminación artificial.
Besar puede ser un peligro si se besa a una persona que sea alérgica a algún alimento o medicamento. A través de la saliva, los labios o por los restos de comida que puedan quedar en la boca, se puede transmitir estos alimentos y provocarle una alergia. En este caso, para Velázquez, es necesario, por precaución, «una buena higiene dental y no tomar un determinado alimento las horas previas al contacto si sabemos que esa persona es alérgica». Las reacciones alérgicas aparecen muy rápidamente, a veces en menos de un minuto, y las más frecuentes son los picores localizados con inflamación, la urticaria en la zona que recibió el beso y, más excepcionalmente, las dificultades respiratorias graves.
Además de todas estas alergias raras, existen otras también poco conocidas como la alergia al sol, a las hormonas, al calor o a la presión. Cabe recordar que existen otros agentes menos conocidos pero igualmente capaces de desencadenar reacciones orgánicas muy desagradables y en ocasiones severas.
Fuente: La Razón.
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social