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Conozca de qué se trata el nefasto «efecto fin de semana» en medicina | Por: @linternista

David Cameron, primer ministro de Inglaterra, prometió recientemente reformas en el ámbito sanitario apuntando concretamente a que el servicio que reciben los pacientes será igual los siete días de la semana, algo que actualmente no ocurre, porque reconoce que si alguien se enferma un fin de semana tiene más posibilidades de morir que de lunes a viernes.

«Es un hecho chocante, pero los tasas de mortalidad en los pacientes ingresados en domingo en los hospitales son un 16 % más altos que un miércoles, cuando de hecho el mayor número de pacientes con problemas graves llegan a los centros en el fin de semana, que es justo cuando están peor equipados para atenderlos. Dar el mismo servicio los siete días de la semana no solo es mejorar, supone salvar vidas», aclara Cameron.

Este fenómeno es llamado «efecto de fin de semana» en los hospitales, lo cual es una realidad tristemente conocida en todo el mundo.

Un estudio reciente de la Universidad Tufts que analizó nada menos que 40 millones de altas concluía esta misma tendencia: los pacientes ingresados los fines de semana en todas las categorías diagnósticas tenían de media un 10 por ciento más de mortalidad en comparación con aquellos que ingresaban en días laborables.

¿Por qué tantas muertes de fin de semana?

En los hospitales, de lunes a viernes hay todo tipo de especialistas, mientras que sábado y domingo suele estar solamente el médico de guardia y puede, por ejemplo, que no haya neumólogo, cardiólogo.

«Este problema está relacionado con que la cantidad de gente que hay trabajando en fines de semana es menor, lo que puede condicionar que algunos paciente no sean tratados como se debería. El médico que maneja esa patología a lo mejor es un residente que sabe menos. Además, no tienes la misma disponiblidad de pruebas porque no hay un médico que los pueda hacer y no se hace un diagnóstico adecuado a falta de pruebas específicas», aclara Raquel Barba, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en España.

De esta situación no está excluidos ningún país. Barba, junto con un equipo de médicos publicaron un estudio en 2010 en el que se analizó la información clínica de 429.880 pacientes admitidos en los servicios de medicina interna (la más importante respecto a número de pacientes vistos) de todos los hospitales del país después de haberse presentado en Emergencias.

Se analizó la mortalidad y la mortalidad temprana (ocurrida en las primeras 48 horas) teniendo en cuenta si el paciente era admitido en un día de semana o de fin de semana. Los resultados fueron los esperados: Las admisiones en fines de semana (desde el viernes por la noche hasta las 00:00 del domingo) estaban asociadas a un mayor riesgo de mortalidad (un 7 % por ciento más) que en días de diario. La diferencia en índice de mortalidad persistían incluso ajustando los datos de los pacientes por edad, sexo y otras enfermedades.

Otro estudio español con una muestra menor (35.993 adultos) admitidos en Urgencias en la Fundación Hospital Alcorcón arroja resultados similares. La mortalidad aumenta (en este caso un 10 por ciento) en fin de semana respecto a días de diario.

¿Hay soluciones?

«Tener un hospital abierto todo el día, los 365 días es inviable. La solución es tener muy protocolizado lo que tienes que hacer de forma que no haya variabilidad en función de que el profesional que esté disponible sea más o menos experto. Por ejemplo, una arteria aorta se puede romper en cualquier momento, pero hay muy pocos médicos que sepan operarlo y además prácticamente no se produce. Tener alguien 24 horas no es posible, ¿de qué vale tener miles de médicos formados en una técnica que no pueden hacer?», explica Barba.

Un estudio publicado en Thrombosis and Haemostasis, citado por Barba, con una muestra de 30.392 pacientes con enfermedad tromboembólica y en el que se concluyó que los pacientes no fallecían más en fines de semana. La conclusión en ese caso no fue una excepción sino que «en esta enfermedad está muy protocolizado el tratamiento, de manera que no hay diferencias entre un médico de guardia a uno de staff».

Los expertos tampoco ven la solución en ampliar la carga horaria de los médicos. «También cuentan los derechos de los médicos, y en caso de ampliarse las jornadas, podría haber quejas de los sindicatos», señala Barba.

«Es una situación compleja que choca con la situación funcionarial que tenemos en la sanidad española. La gente tiene su jornada de 8 a 3…Puede haber 16 médicos de lunes a viernes y dos médicos de guardia sábado y domingo, el trabajo por la noche lo hacen uno o dos.

Los médicos tienen sus derechos y también tienen su familia y su vida. Si pones a todos a trabajar a todas horas confronta con su vida. Pero el problema, a su vez, es que tienes un indicador que es que hay mayor mortalidad, ¿cómo lo gestiono? Es difícil pero lo tienes ahí…», señala Antonio Zapatero, otro de los autores de los estudios españoles y vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

De hecho, la prestigiosa Royal College of Physicians elaboró un extenso informe sobre el «Hospital del futuro» en el que insistía en la necesidad de que los hospitales ofrecieran un cuidado de calidad 24 horas al día, los siete días de la semana.

Otras alternativas

Al menos, «tiene que haber un dispositivo para el paciente que, por ejemplo, tenga una aneurisma y cuente con un dispositivo organizado que permita enviarlo a un sitio donde pueda tratarse. Desde luego no tiene sentido que todos los hospitales tengan todo, sobre todo en cosas tan complejas como la cirugía cardiovascular pero ya se trata de pruebas como hacer un escáner, una resoncia, una endoscopia o cateterismo», sugiere Zapatero.

Lo ideal sería hacer un planteamiento desde cada hospital, señala Zapatero. «Para la hemorragia digestiva tener disponibildiad precoz de un endocopista, para el infarto de miocardio, poder hacer un cateterismo y la geoplastia…organizar redes asistenciales, procesos para en una patología concreta dar la atención más correcta. Las labores son difíciles de poner en marcha pero en Londres, por ejemplo, había 17 unidades de ictus repartidas en todos los hospitales. Cuando se pusieron a revisar los estándares de calidad comprobaron que ninguna llegaba al 74 % de cumplimiento. Al final, se dejó en 7. A veces, no es bueno tener mucho sino poco pero de calidad».

Los expertos insisten en que esta situación no tiene que ver con los recortes, aunque advierten de hay que evitar que un cambio sí suponga un recorte de los derechos de los profesionales. En definitiva, «plantear una solución pero nunca desde el alarmismo», conluye Barba.

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Fuente: ABC.

Daniel Ricardo Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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