En la Venezuela “socialista” 11% de la población realiza 2 o menos comidas diarias Encovi 2014| Por: @rigotordoc
En la Universidad Simón Bolívar se presentaron los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi 2014), institución que realizó el estudio junto con las Universidades Central de Venezuela y Católica Andrés Bello y resulta demoledor para un gobierno “de los pobres” que al menos 11,3% de las personas en Venezuela consume dos o menos comidas cada día. 80,1% refiere que no le alcanza lo que gana para comprar comida. Del grupo de personas que dijo que no podía hacer sus tres comidas diarias, 39,1% pertenece a los sectores sociales que no tiene una vivienda de calidad y tampoco tiene estudios académicos completos, es decir, pertenecen a los sectores sociales más empobrecidos.
Tres universidades, UCAB, USB y UCV, se dieron a la tarea de realizar este estudio de alcance nacional con los modestos recursos que pudieron utilizar para este estudio que, en otros países y en otros tiempos de nuestra Venezuela, suelen hacerlos las oficinas de estadística con el apoyo de organismos internacionales y de la academia.
No ha sido así en Venezuela desde hace 16 años. La última encuesta social que se hizo en el país fue en 1998, realizada por la antigua Oficina Central de Estadística e Informática (Ocei) con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). A la fecha, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se había conformado con monitorear la realidad social desde la Encuesta de Hogares por Muestreo, la cual es más una encuesta de empleo que una encuesta de evaluación social.
Esa «desinformación» la han estado utilizando tanto el INE como el Gobierno nacional en propaganda, incluso en cadena nacional de radio y televisión, acerca de «las virtudes y avances en materia de ingresos». Nos daban un parte continuo de reducción de la pobreza de ingreso, cifras empujadas por un ya casi lejano y olvidado boom petrolero que ciertamente mejoró la capacidad adquisitiva de los venezolanos, pero que fue incapaz de superar estructuralmente nuestros problemas de acceso a las oportunidades económicas y capacidades sociales desde las cuales, efectivamente, se puede superar la pobreza.
Marianella Herrera, investigadora del Centro de Estudios de Desarrollo (Cendes UCV) y de la Fundación Bengoa, participante del equipo que realizó la encuesta y candidata doctoral en Nutrición por la USB, expuso los resultados de la investigación en el área de nutrición y alimentación obtenidos a través de la encuesta que se realizó entre agosto y septiembre del año pasado a 1.479 hogares de todo el país. «La percepción de que no alcanzan los ingresos para comprar alimentos es una dificultad que se manifiesta en todos los estratos de la población», dijo la investigadora en el III Foro Condiciones de vida de la población venezolana que se celebró el 22 de abril en el Paraninfo de la Casa Rectoral.
La investigación es la radiografía más reciente de la calidad de vida del país con la intención de mostrar un panorama sobre el cual diseñar políticas públicas. La última evaluación de este tipo data de 1998.
El panorama ciertamente es desolador. La pobreza ya alcanzó 48,4% de los hogares mientras que en 1998 ese porcentaje era de 45%. En personas ese porcentaje es algo mayor (52,3%) dado que los hogares pobres tienden a ser más numerosos que los no pobres.
Este salto de pobreza es, como se entenderá, de personas y hogares que entraron recientemente en la pobreza. Un tercio de los hogares de todo el país se encuentra en situación coyuntural de pobreza; es decir, se le vino el mundo abajo, producto de unos índices de inflación gigantescos, los cuales, y esa es la peor noticia, seguirán subiendo durante este 2015 hasta alcanzar cifras que podrían superar 120%. Esto permite inferir que si no ocurre algo excepcional, la pobreza en 2015, desde el punto de vista del ingreso será superior a 60% en hogares y cerca de 70% en número de personas.
Estamos en presencia de un nuevo ciclo de empobrecimiento masivo. Vamos a alcanzar niveles de pobreza iguales o superiores a los que hemos vivido en momentos de ajustes económicos como los de 1989 o 1996, o en tiempos de conmoción sociopolítica como fueron los años de los golpes de Estado de 1992 o del paro petrolero de 2002-2003.
La inflación y los altos precios de los alimentos están incidiendo en la calidad de vida de los venezolanos a quienes no les alcanza el dinero para completar la canasta alimentaria. De acuerdo a los resultados de la Encuesta Condiciones de Vida, Encovi 2014, a 80% de los venezolanos considera que no tiene ingresos suficientes para comprar alimentos.
Según el trabajo, la dieta del venezolano es de baja calidad y rica en carbohidratos porque la mayoría de las personas compra harinas, arroz y pastas como primera opción para alimentarse. Alimentos ricos en proteínas como el huevo ya no están en la lista de los 10 más consumidos, solo se menciona en el quintil poblacional que reúne a los estratos de ingresos económicos medios. La mortadela, en cambio, forma parte de la lista de más consumidos por los más pobres como sustituto de la carne.
Independientemente del estrato socioeconómico la mayoría de la gente tiene problemas para adquirir alimentos, lo que se constituye en una fuente de preocupación: 11% dijo que se sentía triste, angustiado o deprimido todo el tiempo, mientras que 31% manifestó que alguna vez experimentó tristeza.
Otro de los hallazgos que reflejó el estudio es que 11,3% de la población realiza 2 o menos comida diariamente, mientras que 88,7% hace tres comidas. En el sector de menores ingresos, indicó Herrera, el porcentaje de venezolanos que come 2 o menos veces al día se sitúa en 39%. «Este resultado contrasta con lo hallado en una encuesta del Banco Central de Venezuela realizada en 2011, cuando menos de 5% de la población señaló que hacía menos de 3 comidas diarias».
La mayoría de los venezolanos, 55%, no come nunca fuera de su casa, y 28% lo hace ocasionalmente. «El costo promedio de comer afuera fue de Bs. 135 para el desayuno, Bs. 229 para el almuerzo, y Bs. 215 para la cena», según nota de prensa de la USB.
“Los alimentos más cercanos a la población pobre son harina de maíz, arroz, pan y pasta, son alimentos calóricamente densos y a los que tienen acceso. En los quintiles más ricos son leche, frutas y hortalizas. En los estratos más bajos predominan los alimentos calóricamente densos, y «el huevo desapareció de la dieta de los pobres, mientras que las frutas y hortalizas solo se ven en los estratos más altos».
La mayoría siente que sus ingresos no le van a alcanzar para comprar comida. Todos los quintiles refieren alguna dificultad para comprar alimentos. Sin embargo, la mayoría dice que come lo suficiente. En el quintil 1, que reúne al sector más pobre, 8,6% dijo que su alimentación es insuficiente, que queda con sensación física de hambre”, explicó.
Encovi también indagó sobre la actividad física y encontró que 47% de los venezolanos no realiza ningún tipo de ejercicio, 43% respondió que hace una actividad física moderada y 9,5% refirió que realiza actividad física intensa. «Los estratos bajos son los que menos se ejercitan».
Herrera Cuenca señaló que al preguntar a la muestra sobre la relación entre el consumo de alimentos y las enfermedades apenas 141 personas dijeron que sí habían tenido algún tipo de dolencia. 29,89% indicó gastritis, 27,66% parásitos, 18,44% intoxicación, 4,96% bacterianas, 3,55% úlcera gástrica, 2,13% hepatitis, y otras enfermedades 13,5%. Para Herrera es significativo que no se mencionen la obesidad, la diabetes ni la hipertensión arterial, «no son percibidas como enfermedades crónicas». Herrera dijo que 11% de los encuestados manifestó sentirse triste o deprimido, mientras que 31% afirmó haber estado angustiado o triste en algún momento.
Marino González, miembro de la Unidad de Políticas Públicas de la USB y parte del equipo investigador, apuntó que solo 2% de los venezolanos reconoció que sufre hipertensión, el resto no fue capaz de relacionar la tensión arterial alta con la enfermedad. Por otra parte, 3% de los encuestados dijo que tiene diabetes.
González recordó que para el caso de la hipertensión hay una prevalencia de entre 24% y 39% de la población. No hay datos sobre prevalencia en diabetes. Apuntó que la brecha revela la falta de información y el requerimiento de políticas públicas para atenderlas. La falta de reconocimiento de las enfermedades es mucho más marcada en estratos más empobrecidos.
“Hay muchas personas que tienen hipertensión y no lo saben. La hipótesis es que las personas que están sometidas a las restricciones de alimentos empiezan a estar más familiarizadas con el problema”, dijo.
La encuesta arrojó que la mitad de los venezolanos no dispone de planes de atención médica. 22% de los que sí los tienen están amparados por los servicios sanitarios del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Solo 10% de los venezolanos tiene póliza de seguros.
Jóvenes dejan las aulas antes de los 15 años de edad
Cerca de 65% de las personas que buscaba un empleo entre agosto y septiembre de 2014 admitió que dejó la escuela antes de cumplir los 15 años de edad.
La deserción escolar fue abordada en la Encovi 2014 para determinar el número de niños y de jóvenes fuera de las aulas de clase. 56% abandonó sus estudios entre los 15 y los 19 años de edad. 59% de la población mayor de 25 años completó al menos la educación media.
La conclusión principal fue que “la interrupción de la trayectoria educativa ocurre muy temprano para un sector importante, sin haber logrado acumular el capital educativo necesario para reducir los riesgos de pobreza”.
Las entrevistas realizadas en 1.479 hogares permitieron conocer que solo 63% de los niños entre 3 y 5 años de edad está escolarizado. Por lo menos 100.000 niños con edades entre los 6 y los 11 años no están escolarizados y otros 350.000 en edad de acudir a los liceos, es decir, entre los 12 y 17 años, está en fuera de los planteles. La inequidad en la educación universitaria también es marcada. Solo 20% de los más pobres permanece activo en el sector. Un total de 3 millones de personas no prosiguieron su educación.
Otro de los aspectos abordados se refirió a la escogencia de planteles educativos. En los quintiles más pobres 69% dio importancia a la proximidad y 10% a la calidad educativa. En los quintiles más ricos 52% destacó que escogió una escuela por la proximidad, 20% por la calidad.
Este desastre de MISERIA Y HAMBRE es el que nos deja de “legado” el régimen de 16 años de desgobierno chavista.
Referencias:
- http://www.el-nacional.com/sociedad/venezolanos-hace-comidas-diarias_0_614938702.html
- http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150422/80-de-la-poblacion-afirma-que-no-le-alcanza-el-dinero-para-comprar-com
- http://www.elmundo.com.ve/firmas/luis-pedro-espana-n-/los-nuevos-pobres.aspx
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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