Hace falta reforzar la lucha contra los fármacos ilegales | Por: @linternista
La entrada de medicamentos falsificados en el mercado se señala como un grave riesgo que se debe combatir, y es un asunto al que hay que dedicar tiempo y esfuerzos.
Este problema salió a la luz pública a mediado de la década de los 80, cuando en la Conferencia para el uso racional de fármacos que la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada en Nairobi (Kenia), se tocó el tema.
Esta advertencia no fue atendida ni fue tomada en cuenta y en estos últimos 30 años el protagonismo de este tipo de fraude no ha dejado de crecer, especialmente desde que internet borró definitivamente las fronteras de los mercados.
Fue publicado un artículo especial en la revista American Journal of Tropical Medicine and Hygiene que habla de la «pandemia global de fármacos falsificados», si bien reconoce las dimensiones reales del tráfico, se aclara que nadie tiene una idea verdadera de cuán grande es el problema.
Tim K. Mackey, director del Global Health Policy Institute y principal firmante de uno de los artículos más destacados del especial, señala que «Hay aproximaciones, pero es muy complicado conseguir una estadística apropiada de una actividad criminal de esta magnitud».
Se quiso hacer una valoración preliminar de hasta qué punto los fármacos falsificados han conseguido penetrar en las cadenas de distribución oficiales, para lo que estudiaron los datos recogidos entre 2009 y 2011 en el Instituto para la Seguridad Farmacéutica, una organización sin fines de lucro con la que colaboran responsables de las principales compañías del sector.
¿Qué se encontró?
El análisis arrojó un total de 1.510 pruebas de entrada en el mercado de fármacos fraudulentos en el periodo estudiado. En su mayoría, estas falsificaciones habían intentado ocupar el lugar habitual de productos destinados al tratamiento de infecciones, a la atención de problemas cardíacos y a terapias relacionadas con el sistema nervioso central, además de aquellos destinados al aparato genito-urinario (entre los que figuraban los tratamientos para la disfunción sexual masculina, como el citrato de sildenafil (Viagra).
En los canales oficiales
El estudio mostró que el origen de estas filtraciones fraudulentas en los canales oficiales de distribución farmacéutica, en su gran mayoría se habían producido principalmente en Asia afectando principalmente a China y Latinoamérica, con un claro protagonismo de países de medianos recursos.
La punta del iceberg
Los investigadores subrayan que su trabajo sólo refleja la punta del iceberg. «Se necesitan urgentemente mejoras en la vigilancia, incluyendo la detección de las brechas de seguridad, la mejora de la recopilación de datos y los análisis para combatir el mercado global de las medicinas falsificadas», afirman. No sólo hay que controlar los cauces legales, sino el mercado que está siempre abierto en internet, agregan.
Oferta global
Es uno de los aspectos que dificultan el abordaje, pero también complica las cosas la definición del problema, que es muy cambiante. Así, mientras que en algunos lugares -dependiendo de sus circunstancias y normativa-, el delito principalmente se debe a la realización de copias de un producto original, en otros el fraude incluye la inclusión en el medicamento de ingredientes incorrectos o una ausencia completa del principio activo original, entre otros matices.
Una gran campaña
Advierte la OMS, el tráfico de fármacos falsos no es sólo un problema que afecte al primer mundo, se estima que en los países desarrollados que cuentan con un sistema público de salud y una red segura de farmacovigilancia, que limita los fármacos fraudulentos y estos no llegan ni al 1% de los disponibles en el mercado general.
Sin embargo, en los últimos años las autoridades sanitarias han puesto en marcha distintas medidas para combatir, en la medida de lo posible, la penetración de productos fraudulentos, sobre todo a través de internet.
Ejemplo a seguir
El pasado mes de febrero, la Agencia Española del Medicamento lanzó la campaña, que tiene como objetivo concienciar a los ciudadanos sobre los riesgos de esta práctica «No compres medicamentos en webs ilegales, es un error fatal para tu salud».
La iniciativa desaconseja seguir las ofertas de fármacos que a menudo se reciben a través del correo electrónico y recuerda que «más de la mitad de los medicamentos que circulan a través de la Red son falsificaciones fabricadas sin garantías a partir de sustancias no autorizadas, de baja calidad o con efectos tóxicos, que pueden producir daños irreparables a la salud».
Para evitar peligros, la campaña da consejos para reconocer las webs ilegales (venden medicamentos no autorizados en España; venden medicamentos que requieren receta médica; no informan de quién es el farmacéutico responsable, etc.).
Para que el uso de un fármaco sea seguro, «se requieren las garantías de calidad, seguridad, eficacia y correcta información que dan las autoridades sanitarias, además de una adecuada actuación de los profesionales sanitarios en su prescripción y dispensación», algo que no se produce fuera de los cauces oficiales.
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Fuente: El Mundo
Daniel Ricardo Hernández
Comunicador Social