Las «apps» saben mucho mas de usted de lo que se imagina | Por: @linternista
Los millones de datos que generamos son el petróleo del siglo XXI, una joya llamada ‘big data‘. Normalmente el término echa para atrás y pensamos que es algo que está en mano de grandes marcas o gigantes tecnológicos, cuando en realidad está más presente en nuestra vida cotidiana de lo que pensamos.
Sí, el ‘big data‘ se procesa gracias a grandes servidores y a la mente brillante de la profesión más demandada en 2014, según la lista anual de Linkedin, los «mineros de datos». En publicidad se busca cada vez más este perfil y se está pasando de los ‘Mad Men’ a los ‘Maths Men’. Es decir, de las mentes creativas como Don Drapper en la gran serie de AMC a otros profesionales también con creatividad, pero más centrados en los números.
Pero no todo el ‘big data’ está pensado para las grandes compañías: en multitud de ocasiones sirve para productos que repercuten directamente en nuestro día a día.
- La banda sonora de las relaciones sexuales. Spotify lleva años radiografiando la banda sonora de nuestras vidas y hace poco nos contó cómo se cuela en nuestras camas cuando tenemos sexo. Metió sus narices en 700.000 playlists subidas de tono y mostró los temas más escuchado por las parejas mientras… Sin embargo, la aplicación más potente del servicio de música en ‘streaming’ son sus radios, que suelen dar en el clavo con nuestros gustos gracias al análisis pormenorizado de todo lo que escuchamos. Otro ejemplo cercano son las aplicaciones de reconocimiento de música como Soundhoud o Shazam: con un único fragmento son capaces de comprobar qué canción quieres identificar gracias a los parámetros almacenados en sus enormes servidores.
- ¿De dónde vienes, a dónde vas y qué quieres escribir? Las tarjetas de Google Now en Android, las respuestas de Siri en iOS o las de Cortana en Windows Phone son ejemplos de ‘big data‘ en estado puro. Los smartphones saben dónde está en cada momento y son capaces de avisarle si debe salir antes de lo habitual para no agarrar una tranca y llegar a una cita. Cada vez hay más funcionalidades para anticiparse a sus deseos.
- Que su teclado averigüe la siguiente palabra que va a utilizar, por muy poco usual y personal que sea, es otra clara muestra de ‘big data’ aplicado al uso diario. Si el corrector es algo útil la predicción gusta mucho más, y es algo que hace por ejemplo el teclado Swiftkey. Esta app envía de manera encriptada su forma de escribir a sus servidores, lo que sirve para mejorar la escritura predictiva de usted y de muchos usuarios. Quizá va siendo hora de cambiar de teclado en su teléfono.
- El seguro de vida pasará por un wearable. Poco a poco la tecnología vestible va aumentando su presencia, con sus pasos atrás (el parón del proyecto de Google Glass) y sus próximos productos (como el Apple Watch), mientras multitud de compañías intentan repartirse la manzana hasta que lleguen los de Cupertino. De momento casi todos hacen lo mismo y son dependientes en la mayoría de ocasiones del smartphone, por lo que les queda mucho camino por recorrer. Pero el potencial de los datos que generan gracias a nuestro ejercicio físico y nuestra salud pueden ser el futuro de los seguros de vida, aunque ahora no nos parezca algo muy ético. Con los datos que podríamos generar con una pulsera inteligente las aseguradoras podrían establecer mejor los precios y los riesgos de los solicitantes averiguando, por ejemplo, si es una persona amante de deportes de riesgo. Ya existen aplicaciones de ‘big data’ para seguros agrarios en EEUU, con la conexión constante a los servicios de meteorología para comprobar el riesgo y los datos en la maquinaria. O la posibilidad de consultar en Carfax el histórico de averías y accidentes de vehículos de segunda mano.
- La siguiente compra. Si hay un sector que se aprovecha de los datos que generamos es el del marketing online. Las ‘cookies’ y el rastro que dejamos navegando nos delata para que ‘nos enganchen’ para nuestra siguiente compra. Amazon es una de las empresas que más da en el clavo con sus recomendaciones y los datos que generan sus compradores son tan valiosos como la cantidad de miles de millones que facturan al año. Cada persona cuenta con su catálogo personalizado en sus visitas o productos comprados con gente con adquisiciones similares. Y, en muchas ocasiones, la compañía de Jeff Bezos sabe “lo que te va a gustar”.
Fuente: TecnoExplora.
Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh
Comunicador Social