Disfrute la Navidad con responsabilidad | Por: @linternista
En medio de tanta fiesta navideña pocos se ponen límites con una de las protagonistas de la temporada: la comida. El arrepentimiento aparece en enero, cuando la balanza deja en evidencia el resultado de los excesos.
Iván Darío Escobar Duque, médico internista, endocrinólogo, director del Instituto de Diabetes y Endocrinología en Colombia, asegura que la subida de peso es una realidad de esta época, porque los platos ricos en calorías están supeditados a las reuniones familiares.
“Por condición humana, toda celebración tiene comida hipercalórica de por medio, y el 31 de diciembre bajar de peso se convierte en propósito de nuevo año”, dice Escobar.
Antes de seguir dando rienda suelta a las desaforadas conductas de alimentación de estos días, el endocrinólogo recuerda que el ponderostato (mecanismo psicológico de regulación del peso de las personas) hace que el organismo crea que, con cada año de vida, el peso de la gente debe aumentar medio o un kilo.
“Esto significa que, por una acción del hipotálamo, el organismo empieza a censar el peso y a asumir como normal esa subida de kilos año tras año, casi de forma imperceptible. Por eso, con el paso del tiempo es más difícil bajar”, sostiene Escobar.
Según el endocrinólogo, otro de los riesgos de la mala dieta de estos días es la alta posibilidad de perder el control de enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
“Hay consumo de alimentos muy salados y dulces; algunas personas que se toman unos traguitos optan por suspender medicamentos. Esto no tiene sentido; aunque haya guayabo, siga con su droga”, aconseja el especialista.
Según Lucía Correa de Ruiz, de la Asociación Colombiana de Dietistas, podemos ser conscientes de los desmanes en que se ha incurrido. Para ello sugiere seguir un plan de alimentación sana, sin que eso indique que hoy, en la cena navideña, se niegue la posibilidad de comerse un buñuelo pequeño o un pedacito de natilla.
Lo importante, para la dietista, es que en la comida anterior reduzca la cantidad de harinas a una, incluya una proteína baja en grasa y compense con verduras o frutas.
“Hay que recordar que por el afán de perder la grasa, que ya ganamos en las novenas, no se debe eliminar ninguna de las tres comidas principales con sus refrigerios. Se puede generar un efecto contrario al deseado”, dice Correa.
Según la nutricionista, se habla de procesos de desintoxicación después de las fiestas o las vacaciones, pero lo mejor, a su juicio, es disminuir las cantidades y no una “desintoxicación” como tal.
Gustavo Díaz, nutricionista investigador de la U. El Bosque, insiste en que así como las personas toman tiempo para engordar, deben tomárselo para adelgazar.
Díaz dice que antes de recurrir a dietas de internet o a las recomendadas por los amigos, las personas deben hacer una consulta con el nutricionista para que le indique cuánto peso debe perder y cuál debe ser el plan de alimentación a seguir.
Si bien diciembre no es la época para comenzar una dieta, por los compromisos sociales, el nutricionista considera que es posible contenerse y arrancar desde hoy con metas pequeñas que sean fáciles de cumplir.
Disfrute, pero no se tire al abandono
- Ejercítese, con más razón si ha comido de más, para aumentar el gasto de calorías. Ojalá su actividad física no sea inferior a 30 minutos.
- Ofrezca a sus invitados aguas aromáticas, que resultan muy buenas para la digestión y son menos calóricas que las gaseosas.
- No asocie las vacaciones de fin de año con tirarse a la cama a dormir o ver televisión.
- Busque un plan con su familia que le demande actividad física: montar bicicleta, jugar fútbol, trotar o nadar.
- Si es diabético o hipertenso, tome precauciones. Lleve a las reuniones lonchera con productos adaptados a su dieta. Evite los excesos de harina, dulces y sal.
- No se proponga empezar una dieta en pleno diciembre, porque las posibilidades de fracasar son muy altas.
Fuente: El Tiempo.
Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh
Comunicador Social
