Las frutas y verduras NO son muy cardiosaludables cuando son consumidos en forma de jugos y batidos | Por: @linternista
Quizás no todos los hábitos dietéticos que creemos cardiosaludables sean buenos para nuestro corazón. Por ejemplo, más allá del aceite de oliva, ¿los aceites vegetales ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares? O asimismo, ¿qué pasa con los suplementos nutricionales o las dietas libres de gluten? Pues para responder a estas preguntas, investigadores del Centro Nacional Judío de Medicina e Investigación en Denver (Reino Unido) han evaluado el efecto de los distintos tipos de alimentos sobre nuestra salud cardiovascular.
Con cerca de 17,5 millones de muertes anuales, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad en todo el planeta, a pesar de que la carga asociada con estas enfermedades se puede prevenir en gran medida con la adopción de hábitos de vida saludables.
Como explica Andrew Freeman, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of the American College of Cardiology», «hay una gran desinformación sobre las ‘modas’ alimenticias, caso de las píldoras antioxidantes, los zumos o las dietas libres de gluten. Sin embargo, también existen algunos patrones dietéticos que han demostrado disminuir el riesgo de muchas patologías crónicas, incluidas las enfermedades cardiovasculares».
Más allá de las frutas y verduras
Para llevar a cabo su revisión o ‘metanálisis’, los autores analizaron los resultados de multitud de estudios llevados a cabo con diferentes tipos de dieta, así como las ‘expectativas exageradas’ y ‘controversias’ surgidas en torno a los diferentes patrones de alimentación. Y como confirma Andrew Freeman, «hay un consenso cada vez mayor de que una dieta en la que predominen los vegetales de hoja verde, los cereales integrales, las legumbres y la fruta es la que presenta los mayores beneficios para nuestra salud cardiovascular».
Sin embargo, y contrariamente a como sucede con las frutas y verduras, hay otros alimentos cuyas presentas bondades cardiovasculares no resultan tan claras. Todo ello a pesar de que también han sido objeto de numerosos estudios. Es el caso, por ejemplo, de los aceites vegetales. ¿Y qué concluye la nueva revisión al respecto? Pues, en primer lugar, que el consumo de aceite de coco y de palma debe ser ‘desalentado’ porque el número de evidencias que apoyan su uso habitual son mínimas. Y en segundo lugar, como destacan los autores, «que el aceite más cardiosaludable es el aceite de oliva, si bien debe recomendarse su uso con moderación dado que es alto en calorías».
Es más; si bien las frutas y verduras son muy cardiosaludables, no lo son tanto cuando son consumidos en forma líquida. Es decir, en zumo. Y es que lo que hace el proceso de licuado de estas frutas y verduras es concentrar las calorías, por lo que al tomar un zumo es muy fácil que acabemos tomando demasiadas calorías. Así, refiere Andrew Freeman, «es preferible tomar las frutas y verduras, dejando los zumos como primera opción para aquellas situaciones en las que la ingesta diaria de frutas y verduras sea inadecuada. Y si se va a hacer un zumo, evite añadirle azúcar».
Por su parte, y en relación con los suplementos con antioxidantes, el estudio recuerda que tanto las frutas como los vegetales constituyen la fuente más saludable y beneficiosa de antioxidantes para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Y asimismo, como apuntan sus autores, «que no hay ninguna evidencia concluyente de que la adición de suplementos ricos en antioxidantes a la dieta suponga ningún beneficio para la salud del corazón»
En el caso de las dietas libres de gluten, los resultados son concluyentes: las personas con celiaquía u otros tipos de sensibilidad al gluten deben evitar la ingesta de esta proteína. O lo que es lo mismo, el trigo, la cebada y el centeno. Pero, ¿qué sucede con las personas que, aun no siendo celiacas, optan por este tipo de dieta? Y es que los alimentos libres de gluten son cada vez más populares. Pues de una forma igual de contundente, los autores indican que «muchos de los supuestos beneficios atribuidos a las dietas libres de gluten no tienen ninguna base científica».
Finalmente, y entre otros alimentos, el estudio resalta las bondades de las nueces como parte de una dieta cardiosaludable. Pero también advierte que el consumo de nueces, dado que contienen una gran cantidad de calorías, debe llevarse a cabo con moderación. Una recomendación que resulta mucho más categórica en el caso de los huevos y el colesterol, pues «debe aconsejarse a los pacientes que limiten tanto como sea posible la ingesta diaria de colesterol en forma de huevos o de otros alimentos ricos en colesterol».
Publicidad, no ciencia
En definitiva, es posible que nuestros conocimientos sobre el efecto cardiovascular de los distintos alimentos no sean tan buenos como creíamos. Pero, ¿por qué algunos estudios muestran, cuando no exageran, los beneficios de algunos alimentos que, en realidad, distan mucho de ser cardiosaludables? Pues básicamente porque, como denuncian los autores, muchos de estos estudios están financiado y/o influenciados por la industria alimentaria, por lo que sus resultados están sesgados.
Como concluye Andrew Freeman, «Hipócrates, fundador de la medicina moderna, dijo ‘Deja que tu alimento sea tu medicina’. Pero la gran mayoría de los médicos tienen muy poca formación en materia de nutrición. Si logramos que los médicos, y muy especialmente los cardiólogos, comprendan el valor de la nutrición en la práctica clínica, entonces se podrá conseguir un mayor impacto a la hora de reducir las enfermedades del corazón. Y además, se trata de una medida coste-efectiva».
Referencia: Freeman et al. Cardiovascular Nutrition Controversies. JACC. Vol.69, No. 9 , 2017: 1172-87
Fuente: abc.es