Los mayores riesgos alimentarios de la UE en 2015 fueron el mercurio, las aflatoxinas y la salmonela | Por: @linternista
Según el último informe del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), correspondiente a 2015 y publicado este viernes por la Comisión Europea, los riesgos alimentarios más notificados en el conjunto de la Unión Europea fueron la presencia de mercurio en pescados, las aflatoxinas en frutos secos y la salmonela en frutas y verduras.
Se recibieronj el año pasado un total de 3.049 notificaciones de riesgos en alimentos y piensos a través del sistema comunitario de alerta, de los cuales 775 suponían riesgos graves para la salud. La tasa de respuesta a tales alertas se incrementó en un 23%.
De esta forma, Bruselas considera que el informe anual «demuestra la creciente eficiencia» con la que este sistema de alertas intercambia información sobre cuestiones que suponen un riesgo grave para la salud. Así, la Comisión Europea ha subrayado que la red permite que las autoridades respondan rápidamente ante riesgos en ciertos alimentos antes de que se conviertan en perjudiciales para los consumidores europeos.
En este sentido, ha defendido que el RASFF ayuda a asegurar una reacción rápida entre los países de la UE cuando se detectan riesgos para la salud pública en la cadena alimentaria. Por último, Bruselas ha subrayado que este sistema, puesto en marcha en 1979, se ha adecuado al mercado global y a los cambios en los hábitos de los consumidores, pero al mismo tiempo se enfrenta a nuevos retos como el comercio global, el fraude alimentario y el comercio electrónico.
Es importante tener presente que casi todos los pescados y mariscos contienen algunos rastros de mercurio. Para muchas personas, el riesgo del mercurio proveniente del pescado y del marisco no es una preocupación de salud; no obstante, algunos contienen altos niveles de mercurio que pueden perjudicar a los fetos o el sistema nervioso en vías de desarrollo de un niño pequeño. Los riesgos del mercurio en el pescado y el marisco dependen de la cantidad que se coma de estos alimentos y de los niveles del mercurio en ellos.
Para disminuir el riesgo de contaminación con mercurio proveniente de pescados y mariscos:
- No coma carne de tiburón, pez espada, caballa (King Mackerel) o lofolátilo (Tilefish) porque contienen altos niveles de mercurio.
- Puede comer hasta 12 onzas (dos comidas promedio) a la semana de diferentes pescados o mariscos que sean bajos en mercurio.
- Cinco de los pescados que se comen con mayor frecuencia que son bajos en mercurio son los camarones, el atún enlatado claro, el salmón, el gado (pollock) y el pez gato.
- Otro pescado que se come comúnmente es el atún albacora (blanco) que tiene más mercurio que el atún enlatado claro. Por lo tanto, cuando escoja sus alimentos puede comer hasta seis onzas (una comida promedio) de atún albacora por semana.
Las aflatoxinas, por su parte, son un tipo de toxinas producidas por ciertos hongos en cultivos agrícolas como el maíz, el maní o cacahuates, la semilla de algodón y los frutos secos (de cáscara dura como las nueces). Son producidas principalmente por Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, los cuales son abundantes en las zonas cálidas y húmedas del planeta. Los hongos que producen aflatoxinas pueden contaminar los cultivos en los campos, durante la cosecha o durante el almacenamiento. Aunque las aflatoxinas pueden registrarse en diferentes tipos de cultivos, como los cereales, los frutos secos son los más expuestos a estos hongos.
Las personas pueden exponerse a las aflatoxinas cuando consumen productos de plantas contaminadas o cuando consumen carnes o productos lácteos de animales que comieron alimentos contaminados.Los mayores niveles de contaminación por aflatoxinas se han descrito en semillas de algodón y maíz, cacahuetes, nueces, avellanas y otros frutos secos. En cereales como el trigo, arroz, centeno o cebada la presencia de estos tóxicos suele ser menor. Los agricultores y otros trabajadores agrícolas pueden estar expuestos al inhalar el polvo generado durante el manejo y el procesamiento de cultivos y alimentos contaminados.
La exposición a las aflatoxinas se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de hígado. Se consideran el carcinógeno ambiental más potente que existe. Además, pueden ser responsables de tumoraciones en otros órganos, cuadros de inmunodepresión o deformidades en el feto.También se han estudiado efectos mutagénicos que alteran factores nutricionales como cambios en la grasa, proteínas, vitaminas o procesos energéticos. Puede desarrollarse también el denominado síndrome de aflacotoxicosis, que se caracteriza por vómitos, dolor abdominal, convulsiones y, en el peor de los casos, alteraciones en riñones y corazón.
Usted puede reducir la exposición a las aflatoxinas si compra solo marcas conocidas de nueces y de cremas o mantequillas de nueces, y si desecha las nueces que estén mohosas, tengan un color anormal o estén resecas y ajadas.
Con respecto a la contaminación por salmonella de frutas y verduras, estas pueden contaminarse en los distintos procesos de producción: en el campo de cultivo, durante la cosecha, limpieza, lavado o desinfección. En los campos, las frutas y vegetales pueden contaminarse por el contacto con abono de origen animal o desechos de la industria avícola que no se han tratado de forma correcta. En ocasiones, la contaminación también puede deberse a las deposiciones de pájaros, animales o insectos.
En estudios de laboratorio, se ha determinado que la contaminación puede darse también en las raíces de las plantas y ser la fuente inicial de intoxicación. Desde allí, las bacterias pueden distribuirse de manera uniforme en toda la planta. También es posible que ambos patógenos colonicen hojas y tallos y entren a través de aperturas en las hojas, por las cuales la planta «respira».
Las frutas y verduras que se contaminan con Salmonella NO muestran signos de infección ni olores desagradables, ni difieren en aspecto de las no contaminadas. Ninguno de los dos patógenos puede degradar de manera eficiente los tejidos vegetales que generen signos evidentes de actividad bacteriana.
Para reducir los riesgos de infección por salmonela debemos:
- Descartar las frutas y verduras que tengan daños visibles. A pesar de que la Salmonella no causa lesiones externas, las piezas que están dañadas tienen mayor probabilidad de estar contaminadas.
- Mantener los productos en lugares frescos. Las bajas temperaturas no reducen las posibles contaminaciones, pero ayudan a prevenir la rápida multiplicación de los patógenos.
- No remojar los vegetales en agua, ya que puede ayudar a que alguna bacteria que esté en la superficie se infiltre en los tejidos internos.
- Mantener la nevera limpia.
- Lavar vegetales y frutas.
- Cuando se corten tomates, extraer la cicatriz del tallo, la zona por donde la fruta está sujeta a este. Según estudios, la cicatriz del tallo es la zona que más cantidad de células de Salmonella retiene.
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En la preparación de comidas en casa, evitar el contacto directo de frutas y verduras frescas con carnes, productos avícolas, pescados y vegetales que puedan estar contaminados.
Fuente: larazon.es / consumer.es