Las «leches» de soja, arroz o almendras no pueden compararse con la leche de vaca | Por: @linternista
Según el Dr. Antonio Jurado, presidente del congreso que celebra la Asociación Española de Pediatría «Como pauta general, y salvo indicaciones específicas del pediatra, para el consumo en la infancia se recomienda la leche entera y no se consideran productos lácteos a aquellas bebidas de origen vegetal como la soja, el arroz o las almendras».
De acuerdo al Dr. José Manuel Moreno, también de la AEP, «estas bebidas vegetales no pueden compararse con la leche de vaca ni en su contenido proteico ni en el de minerales y vitaminas, por lo que no deben sustituir a las bebidas lácteas como principal fuente de calcio y fósforo entre otros nutrientes». Los estudios demuestran que el consumo de leche y lácteos está relacionado con el desarrollo óseo durante la etapa infantil.
Según él, la confusión radica en que, aunque los padres se preocupan cada vez más por la alimentación de sus hijos, en ocasiones toman decisiones de acuerdo a fuentes de información que no se basan en el conocimiento científico. En su opinión, el aumento de algunas enfermedades como las alergias o las patologías autoinmunes, entre otras, debido a los hábitos de vida, «se intenta relacionar con distintos tipos de alimentos. Algunas medias verdades o hipótesis se postulan como si fueran evidencias y se dota de rigor a lo que no es más que una especulación».
Decálogo
Durante el Congreso se ha presentado el decálogo «Importancia de la leche en la etapa infantil», elaborado en colaboración con la Fundación Española de Nutrición (FEN) y con la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT). Este documento subraya la importancia de mantener un consumo adecuado de leche y productos lácteos durante los primeros años de vida, ya que este alimento supone un aporte fundamental de nutrientes imprescindibles para el buen desarrollo de los niños.
En este sentido, los expertos en pediatría y nutrición recomiendan tomar entre 2 y 3 raciones diarias de leche y lácteos, como yogur o queso, a partir de los 12 meses de edad, ya que, tal y como se ha recogido en el decálogo, la leche constituye un alimento básico desde un punto de vida nutricional, que aporta proteínas de alto valor biológico y facilita alcanzar las ingestas de ciertas vitaminas (A y B, y si está enriquecida, D) y minerales, además de ser la principal fuente dietética de calcio.
Moreno recuerda que, además de a través de la exposición al sol, la dieta también cumple un papel fundamental en la ingesta de vitamina D, siendo el pescado y la leche las dos principales fuentes de obtención de este nutriente. «Un estudio publicado en Anales de Pediatría, con una muestra de más de 1.000 niños de varias ciudades españolas pone de manifiesto que que alrededor del 70% esta consumiendo menos de la mitad de vitamina D de la requerida», apunta
Obesidad o sobrepeso
La obesidad y el sobrepreso, que afecta al 40% de los niños españoles (15% obesidad y 25% sobrepeso), siguen siendo una de las principales preocupaciones de los pediatras. Por ello, además de insistir en la importancia de una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico, buscan alternativas que involucren al público infantil en su propia alimentación
Según explica Jurado, los índices actuales de obesidad y sobrepeso son «fruto de una mezcla de factores como el sedentarismo, la escasa actividad física, la alimentación poco equilibrada, la pérdida de costumbres en el entorno de la comida o la misma crisis económica». Y recuerda que en algunas comunidades autónomas como Andalucía, Canarias o Murcia la obesidad alcanza cifras que llegan al 25%. «Los pediatras debemos incidir en aquellos hitos que inciden en la salud del niño y que van a a condicionar que sea o no un adulto sano -subraya este especialista –. De ahí que los hábitos de vida saludables sean un tema constante en los foros de debate de intercambio de conocimiento pediátricos como es este congreso».
Ante esta situación, los pediatras apuestan por una mayor implicación de los niños en su propia alimentación, enseñándoles de dónde vienen los alimentos, explicándoles cómo hacer una compra saludable o haciéndoles partícipes en la elaboración de la comida. En esta línea, Moreno, destaca la importancia de «iniciativas como las visitas a los huertos o las granjas, en las que se relaciona el origen de los alimentos con una dieta saludables». Así, anecdóticamente destaca cómo los concursos de televisión «en los que los niños son los protagonistas en la cocina han tenido un impacto muy positivo a favor de los hábitos de vida saludables».
Fuente: abc.es