Tanto el azúcar como el jarabe de alta fructosa en bebidas aumentan el riesgo cardiometabólico | Por: @rigotordoc

El jarabe de maíz de alta fructosa es sólo uno de los componentes de las bebidas azucaradas que contribuyen a la mala salud de las personas, según datos de un nuevo trabajo de revisión bibliográfica centrado en las bebidas azucaradas.

El documento fue publicado en línea el 28 de septiembre 2015 en el Journal of the American College of Cardiology por Vasanti S Malik, ScD, una científica investigadora y Frank B Hu, MD, PhD, profesor de nutrición y epidemiología, ambos de la Escuela de Salud Pública de Harvard TH Chan de Boston, Massachusetts.

Según los Dres Malik y Hu, debido a que rara vez consumimos fructosa aislada, la principal fuente de fructosa en la dieta proviene de los azúcares que contienen fructosa, sacarosa y jarabe de maíz de alta fructosa, en las bebidas endulzadas con azúcar y los alimentos. La ingesta de bebidas endulzadas con azúcar se ha relacionado consistentemente a un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular en diversas poblaciones.

En efecto, la revisión revela que el consumo de una o dos porciones al día de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 hasta en un 26%, de cardiopatía isquémica en un 35%, y de ictus (anteriormente llamados ACV) en un 16%. También se han relacionado con su consumo el aumento de peso, la gota y la enfermedad renal.

Según la Dra. Malik, el propósito de esta revisión fue proporcionar una actualización de la evidencia que vincula el consumo de bebidas azucaradas con el riesgo cardiometabólico, con un énfasis en el papel de la fructosa.

Sin embargo, una de las principales conclusiones de la revisión, es que el jarabe de maíz de alta fructosa y el azúcar común (sacarosa) no son tan diferentes entre sí: Ambos contienen cantidades aproximadamente iguales de glucosa y fructosa. No es posible diferenciar entre los efectos de la glucosa y la fructosa en estudios epidemiológicos, puesto que se consumen juntos en los alimentos y las bebidas que contienen azúcar.

 

Las bebidas azucaradas están vinculadas a gota, obesidad, diabetes y cardiopatías

Las bebidas azucaradas son actualmente la mayor fuente de azúcares añadidos en la dieta y representa alrededor del 50%. La Organización Mundial de la Salud y el Comité Asesor de las Guías Dietéticas 2015 del Departamento de Agricultura de Estados Unidos recomendaron limitar la ingesta de todos los azúcares añadidos a no más del 10% de la ingesta total de energía (equivalente a cerca de 12 cucharaditas de azúcar). Una porción de refresco de 12-oz contiene aproximadamente 10 a 12 cucharaditas de azúcar.

El nuevo documento ofrece un análisis de los datos para los posibles reemplazos de bebidas azucaradas: el agua es óptima y el ​​café o té sin azúcar son aceptables, mientras que los jugos de frutas y las bebidas endulzadas artificialmente son menos recomendables.

Según la Dra. Malik, la más importante información para comunicar a los pacientes es que las bebidas endulzadas con azúcares están relacionados con el aumento de peso, diabetes, enfermedades del corazón y gota; para reducir el riesgo de estas enfermedades y promover la salud y el bienestar general deben ser reemplazadas por opciones más saludables.

Es importante tener en cuenta que la fructosa en los alimentos como frutas y verduras no es un problema; esta se absorbe más lentamente debido al contenido de fibra de las frutas y verduras enteras, mientras que la fructosa en las bebidas se absorbe rápidamente, además de que la fructosa en una fruta es menos que la fructosa en una porción de bebida de la misma fruta, ya que por lo general se requieren más de una fruta para hacer una porción de dicha bebida.

Las bebidas que contienen azúcar contribuyen al aumento de peso ya que no promueven la saciedad, llevando a un aumento de su ingesta. Y debido a sus altas cantidades de azúcar rápidamente absorbible, inducen picos rápidos de glucosa en sangre, así como de los niveles de insulina.

La fructosa en estas bebidas – proveniente de cualquier azúcar o de jarabe de maíz de alta fructosa – también promueve la acumulación de adiposidad visceral, dislipidemia y deposición ectópica de la grasa debido al aumento de la lipogénesis hepática de novo. Es muy importante tener en cuenta un aspecto POCO CONOCIDO que es que la fructosa también aumenta la producción de ácido úrico, que se ha vinculado a la gota y a la resistencia a la insulina.

 

Abandonar el hábito de consumir refrescos: hágalo gradualmente

Idealmente la mejor recomendación médica para mantener la salud sería NO CONSUMIR NINGÚN TIPO DE REFRESCOS NI BEBIDA AZUCARADA ALGUNA; sin embargo, esto no es realista, por lo que quizás lo más razonable sería consumirlas limitadamente o de vez en cuando.

Mientras que los jugos pueden ser percibidos como saludables porque contienen algunas vitaminas y otros nutrientes, también contienen cantidades mayores de azúcar por las razones explicadas anteriormente – aunque natural en lugar de agregado – y la ingesta de jugo se ha asociado con el aumento de peso y la diabetes en algunos estudios. Por lo tanto, la Dra. Malik dice, se recomienda un máximo de 4 a 6 oz al día.

Las bebidas endulzadas artificialmente pueden ser una alternativa razonable a las bebidas endulzadas con azúcar, ya que proporcionan pocos o ninguna calorías. Sin embargo, señalan los autores, se sabe poco sobre las consecuencias para la salud a largo plazo del consumo de edulcorantes artificiales.

Algunos estudios han relacionado los refrescos de dieta al aumento de peso, el sindrome metabólico y la diabetes, pero estos hallazgos pueden ser el resultado de la causalidad inversa – es decir, personas que ya tienen estas condiciones o que son propensas a ellas pueden ser más propensas a beber bebidas de «dieta».

Sin embargo, otras evidencias sugieren que la intensa dulzura de los edulcorantes artificiales puede condicionar hacia una mayor preferencia por los dulces y además aumentar el apetito.

Según los investigadores, a pesar de que el consumo de bebidas endulzadas artificialmente es preferible a aquellas endulzadas con azúcar en el corto plazo, se necesitan más estudios para evaluar sus consecuencias metabólicas a largo plazo.

Mientras tanto, la Dra. Malik recomienda que los médicos pueden ayudar a los pacientes a dejar el hábito de consumir refrescos y bebidas endulzadas con azúcares, sugiriéndoles que consuman bebidas de dieta al principio y luego, gradualmente, las reemplacen con agua de frutas gasificadas, agua o café o té sin azúcar.

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