Dietas ricas en frutas y verduras por su elevada concentración de antioxidantes previenen la diabetes tipo 2 | Por: @linternista
Un estudio dirigido por investigadores del Centro de Investigación Epidemiológica y de la Salud de las Poblaciones en Villejuif (Francia) demuestra que el consumo regular de alimentos ricos en antioxidantes –entre otros, frutas, verduras, infusiones e, incluso, alcohol en cantidades moderadas– también protege frente al desarrollo de la diabetes tipo 2.
Según Guy Fagherazzi, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Diabetologia», «nuestro trabajo, en el que se muestra que el incremento de la ingesta de antioxidantes puede contribuir a una reducción del riesgo de la diabetes, complementa el conocimiento adquirido sobre los efectos de los nutrientes y los alimentos aislados. Y asimismo, ofrece una visión más integral de la relación entre la alimentación y la diabetes tipo 2».
Las dietas ricas en frutas y verduras ayudan a reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares y de distintos tipos de cáncer. Un beneficio que, cuando menos en parte, se explica por la elevada concentración de antioxidantes de estos alimentos. Sin embargo, parece que este efecto protector no se limita al sistema cardiovascular y los tumores.
Reducción del riesgo
Distintas investigaciones previas ya han demostrado que algunos antioxidantes específicos, caso de las vitaminas C y E, los licopenos y los flavonoides, se asocian a un menor riesgo de presentación de la diabetes tipo 2. Sin embargo, estos trabajos ‘solo’ han evaluado el efecto de nutrientes aislados –ya sean alimentos o suplementos nutricionales–, que no la capacidad antioxidante total de la dieta. Así, el objetivo de la nueva investigación fue analizar si, atendiendo a su capacidad antioxidante, la dieta en sí misma tiene alguna influencia sobre la probabilidad de aparición de esta enfermedad metabólica.
Para llevar a cabo el estudio, los autores siguieron la evolución durante el periodo 1993-2008 de 64.233 mujeres francesas que en 1990, año de su inclusión en el ensayo clínico E3N, contaban con una edad comprendida entre los 40 y los 65 años y no habían sido diagnosticadas de diabetes ni de enfermedad cardiovascular. Es más; los autores también analizaron las respuestas a los cuestionarios sobre hábitos dietéticos aportadas por las participantes durante el desarrollo del estudio E3N, cuestionarios en los que se recogía información sobre más de 200 alimentos y nutrientes. Y partiendo de esta información, calcularon la capacidad antioxidante total de las dietas de cada una de las participantes.
Los resultados mostraron que el incremento en el consumo de antioxidantes hasta un nivel de 15 mmol/día se asociaba con una disminución del riesgo del desarrollo de diabetes tipo 2. Y asimismo, que alcanzado este nivel de 15 mmol/día, el efecto protector se estabilizaba. En consecuencia, las mujeres cuyas dietas tenían la mayor capacidad antioxidante presentaron, frente a aquellas que siguieron una alimentación ‘pobre’ en antioxidantes, un riesgo hasta un 27% menor de padecer la enfermedad.
Como apunta Francesca Romana Mancini, directora de la investigación, «la asociación entre la dieta y la enfermedad persistió tras tomar en consideración todos los principales factores de riesgo de la diabetes: el tabaco, el nivel educativo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, el historial familiar de diabetes y, sobre todo, el índice de masa corporal (IMC), esto es, el factor de riesgo más importante».
Y llegados a este punto, ¿cuáles fueron las bebidas y alimentos que contribuyeron en mayor medida a que la dieta tuviera una elevada capacidad antioxidante? Pues las frutas y verduras, el té y el vino –siempre consumido en cantidades moderadas–. No así el café, que si bien es rico en antioxidantes fue excluido del análisis. Y es que el café ya ha demostrado reducir el riesgo de diabetes tipo 2, por lo que podría enmascarar los beneficios del resto de alimentos.
¿Sensibilidad a la insulina?
Pero, exactamente, ¿cuál es la razón por la que los antioxidantes reducen el riesgo de diabetes tipo 2? Pues la verdad es que a día de hoy no se sabe. Sin embargo, los autores tienen una teoría al respecto.
Como concluye Francesca Romana Mancini, «ya sabemos que estas moléculas contrarrestan los efectos de los radicales libres que están dañando las células. Sin embargo, y además de este efecto, deben estar llevando a cabo otras acciones más específicas. Podría ser el caso, por ejemplo, de un efecto sobre la sensibilidad de las células a la insulina. Una posibilidad que debe ser confirmada en futuros estudios».
Fuente: abc.es/salud