La diabetes mellitus es la pandemia del siglo XXI y cada vez su prevalencia es cada vez mayor | Por: @linternista
La diabetes es la pandemia del siglo XXI; se prevé que para el año 2040 haya 642 millones de diabéticos en el mundo. A pesar de que el tipo 2 es prevenible, su prevalencia es cada vez mayor, lo que supone peor calidad de vida y un mayor gasto sanitario.
Según un estudio que acaba de publicar en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), el coste de este tratamiento ha subido hasta tres veces sólo en los últimos 10 años.
Así lo señala un análisis realizado entre 2002 y 2013 por un equipo de especialistas de las universidades de Melbourne (Australia) y Michigan (EEUU), con datos de la una encuesta sobre los gastos médicos que se les pasó tanto a pacientes (un total de 27.878) como a compañías aseguradoras.
«El precio triplicado de la insulina en EEUU en sólo una década es alarmante (de 203 euros en 2002 y por paciente a 647 euros en 2013, es decir, el coste por mililitro de insulina pasó de 3,8 a 11,36 euros). Es una carga para los pacientes y puede obstaculizar el acceso a una terapia que salva vidas», afirma William Herman, médico y uno de los autores de este trabajo. Por el contrario, «otros medicamentos para la diabetes han permanecido estables en la década estudiada».
Por suerte, estos resultados no son extrapolables a España. Para empezar, «el precio de la insulina en España es unas 15 veces menor», apunta Edelmiro Menéndez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED). Aquí, este tratamiento no sólo no ha incrementado su coste sino que incluso se ha reducido. «El año pasado salió al mercado la primera insulina biosimilar del continente europeo, a un precio inferior a la original (la insulina garglina)». También hay una nueva formulación de la garglina que iguala el precio a la biosimilar […] En definitiva, en España se ha mantenido el precio de las insulinas estable salvo en el último año que ha bajado».
En Venezuela actualmente por la crisis humanitaria es un desastre total, ESCASEA TODO TIPO DE TRATAMIENTO ANTIDIABÉTICO (y de todo tipo), tanto de insulinas como de hipoglucemiantes orales, así como de los suministros necesarios para el control del paciente diabético: jeringas para la insulina, lancetas, tiras reactivas para la determinación de la glucemia y glucómetros capilares, lo que trastorna totalmente el control que pueda tener cualquier paciente de su enfermedad, con consecuencias inimaginables para su futuro.
Dado que cada vez se usa más insulina porque hay más diabéticos, «lógicamente, en EEUU están preocupados por este incremento del precio en tan poco tiempo», argumenta Menéndez. La insulina es fundamental para lograr un buen control de la diabetes y prevenir, por tanto, las complicaciones derivadas. Cabe subrayar que se considera una de las principales causas de mortalidad. En el año 2030, será la séptima razón de fallecimiento en el mundo, principalmente por los problemas cardiovasculares que desencadena. También puede originar otras enfermedades como ceguera, amputación e insuficiencia renal.
Día Mundial de la Salud
Un tratamiento adecuado y un estilo de vida saludable son básicos para evitar la enfermedad o controlar sus efectos. El problema, asegura el presidente de la SED es que «a pesar de ser prevenible, cada vez hay más diabéticos (en 2008 había 347 millones de diabéticos en el mundo y en 2015, 415 millones) y eso es porque no estamos haciendo lo suficiente. Sigue siendo una enfermedad infravalorada porque no se tienen en cuenta sus consecuencias».
Este año, el Día Mundial de la Salud (el próximo 7 de abril) se centra en la prevención de esta enfermedad. La idea es, por un lado, aumentar la concienciación respecto al incremento de la prevalencia, en especial en países de ingresos medios y bajos y, por otro lado, impulsar actividades eficaces y asequibles para hacer frente a la diabetes.
Se presentará el primer informe mundial sobre la carga y las consecuencias de la diabetes y se abogará por sistemas de salud más sólidos que aseguren una mejor vigilancia, una prevención reforzada y una atención más eficaz.
En realidad, las claves contra esta enfermedad se reducen al estilo de vida. «El mantenimiento del peso normal, la realización de actividad física periódica y una dieta sana pueden reducir el riesgo de diabetes», apunta Menéndez. Las probabilidades aumentan cuando hay obesidad, hipertensión, si la persona no come vegetales, no hace ejercicio de forma regular, tiene antecedentes familiares o (en caso de ser mujer) ha tenido diabetes gestacional.
Teniendo en cuenta estos factores, «se han desarrollado encuestas para detectar a las personas con mayor riesgo y motivarlas en la prevención». Sin duda, continúa Menéndez, «el reto principal es la prevención y para ello, el primera paso es la concienciación pública y social. No obstante, seguimos sin contar con iniciativas importantes para evitar esta epidemia. Habría que diseñar estrategias y campañas de información que mejoren la alimentación y promuevan el ejercicio. Por ejemplo, que fomenten el uso de bicicletas o reduzcan el consumo de bebidas azucaradas».
Fuente: elmundo.es