Hay muchos caminos, pero todos te llevan al clímax sexual | Por: @linternista
Para una mujer la pregunta de cómo se siente un orgasmo puede ser complicada, porque no hay un orgasmo igual a otro. Y es que todo depende de la circunstancia: si estamos solos, acompañados o mal acompañados.
Además, hay otros factores a tomar en cuenta: de si la estimulación es manual, oral o con vibrador; y si están involucrados sentimientos: el deseo, el poder, la liberación o la experimentación.
Lo cierto es que no hay una definición única, la ciencia ha participado en la aventura de descubrir si hay o no diferentes tipos de clímax o, al menos, distintos caminos para llegar a él.
Según algunos estudios hay diferencias entre el orgasmo masculino y femenino, pero para las mujeres, el clítoris sigue siendo el protagonista principal de toda estas sensaciones.
El sexual clítoris
Marta Suárez, ginecóloga explica que “Este órgano es el centro de placer femenino por excelencia y la parte del cuerpo con «mayor concentración de terminaciones nerviosas y está inervado por ocho mil fibras nerviosas, el doble de las que se encuentran en el pene».
“Pero el clítoris no es solo la parte visible, también incluye las raíces internas que conectan con la vagina: “el capuchón y el glande, que asoman entre los labios menores, suponen solo una décima parte de su volumen total”, agrega.
La respuesta sexual de esta parte de los órganos sexuales es tan sensible que “es secuencial, predecible e independiente del tipo de conducta”, añade.
Si hay suficiente estímulo y excitación, el orgasmo se produce lo que provoca en el cerebro «la descarga de neurotransmisores encargada de contraer los músculos del suelo pélvico, útero y vagina».
Otros tipos de orgasmo
Cristina Callao, sexóloga aclara: «Hay tantos centros de placer como mujeres. No puede crearse un mapa erógeno estándar, y lo mejor es aventurarse a jugar para que cada cual descubra por sí misma sus puntos más sensibles».
El llamado punto G
Se considera que es un pequeño eje del área genital que se localiza internamente detrás del pubis y alrededor de la uretra.
Se puede palpar mediante la introducción de dedos: su tacto es rugoso y, al ser estimulado, provoca una sensación intensa.
«Para algunas mujeres incita rápidamente al orgasmo, pero a otras les puede resultar molesto porque genera una sensación parecida a las ganas de orinar», explica Callao.
Gema García Gálvez, ginecóloga, aclara que: “La parte más profunda de la vagina es muy insensible, al contrario que su entrada y la zona que se encuentra debajo de la uretra, el llamado punto G”.
La existencia del punto G existencia fue demostrada una reciente investigación del Instituto de Ginecología de St. Petersburgo (Estados Unidos), que asegura haberlo encontrado en todas las mujeres participantes, con un tamaño variado y una estructura neurovascular compleja.
En un 87,5% de las mujeres se localizó en el lado izquierdo y en el resto, en el derecho.
Otros puntos estimulantes
El punto A, según señala Callao está “localizado en la pared anterior, entre el punto G y el cuello del útero”.
La técnica recomendada para encontrarlo es la penetración, sobre todo desde atrás, y que desencadena «una gran lubricación, el aumento de la excitación y la posibilidad de experimentar orgasmos múltiples», señala la experta.
El punto U “está situado entre el clítoris y la entrada de la vagina. En este lugar se localizan las glándulas uretrales, también conocidas como glándulas de Skene”, añade.
Este punto puede estimularse con los dedos o con la lengua, “y aunque, por lo general, no será suficiente para provocar el orgasmo sí proporcionará gran placer a la mujer”.
Pese a lo diferente de estas nuevas localizaciones, la experta insiste que: “Hay tantos centros de placer como mujeres”. No puede crearse un mapa erógeno estándar, «y lo mejor es aventurarse a jugar para que cada cual descubra por sí misma, sola o acompañada, sus puntos más sensibles y use el abecedario como quiera».
El pecho y sus pezones
Algunas mujeres afirman ser capaces de llegar al clímax solo mediante las caricias en sus pechos y pezones. Más allá de la excitación que produce sentirse y de las terminaciones nerviosas que pueblan la zona.
Se investigó si existe una relación fisiológica que lo explique. Y la conclusión de los investigadores fue que estimular el pezón activa en algunas mujeres la misma zona del cerebro que el clítoris, la vagina y el cuello uterino.
Sexo anal
Según Steve Thompson, director de la marca de juguetería erótica LELO, no solo se sabe que el orgasmo existe, «sino que además los hay de distintos tipos».
Según los hallazgos de esta marca, en el caso de las mujeres está vinculado a las glándulas de Skene, órganos que diversos ensayos equiparan a la próstata masculina.
Sin embargo, que los testimonios siguen siendo escasos y, contradictorios, y la falta investigación seria no se puede definir este tipo de clímax femenino.
Besos, solo besos
Con tan solo un beso, no es suficiente, y siempre tendremos que buscar el placer entre las piernas, pero el estímulo es el inicio.
José Manuel González Rodríguez, sexólogo dice que “un beso apasionado tiene la capacidad de provocar una excitación intensa en los órganos íntimos”. Según su teoría, el beso proporciona un placer que los humanos relacionamos con el clímax erótico.
Con todo el cuerpo y ¿la mente?
Todo nuestro cuerpo está plagado de zonas erógenas, ¿pero es imprescindible para alcanzar el orgasmo?
“Podemos llegar solo con la mente”, asegura Nuria Jorba, sex coach. «En los estudios realizados, hombres y mujeres presentan todas las señales físicas asociadas al clímax como la lubricación, la erección o las contracciones».
«El sexo tántrico es, en parte, un ejemplo de ello, puesto que nos enseña a centrarnos en las sensaciones y en nuestros pensamientos», acota Jorba.
“Nuestra mente puede potenciar la sexualidad o anularla, y de ella depende el resultado final”, concluye Jorba.
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Fuente: abc.es