Sensibilidad al efecto placebo favorece efectividad de los antidepresivos | Por: @linternista
La “convicción” de que una pastilla puede ser efectiva para acabar con esa visión pesimista y triste del mundo que se filtra en cualquier actividad que se realiza y que caracteriza la depresión se debe mayormente a un efecto placebo.
Los antidepresivos son efectivos en un 40% gracias a este efecto placebo. Para los laboratorios farmacéuticos este efecto placebo es una pesadilla, pero para los investigadores que el cerebro tenga capacidad de autocurarse a sí mismo es algo muy atractivo para estudiar.
Jon-Kar Zubieta, director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Utah, afirma que «Si el 40% de las personas pueden recuperarse sin medicación, quiero saber por qué». Un interrogante al que trata de dar respuesta desde hace más de una década.
El equipo de Zubieta fue pionero en descubrir que los analgésicos naturales del cerebro, los opiodes mu, que están involucrados en el efecto placebo. Y que hay variaciones genéticas que hacen que algunas personas respondan mejor a esos fármacos ficticios.
Ahora en un nuevo trabajo que se publicó en el paper JAMA Psychiatry, asegura que una buena respuesta al placebo se asocia también con una mejor respuesta a los antidepresivos. Y propone que ese efecto podría ser un biomarcador efectivo en el tratamiento de la depresión.
Los investigadores realizaron un ensayo con una muestra de 35 personas con depresión grave no tratada, que accedieron a probar lo que ellos pensaban que era un antidepresivo nuevo, aunque en realidad era un placebo. Y encontraron que los participantes que informaron sentirse mejor de los síntomas de depresión después de tomar el fármaco ficticio también mostraban la respuesta más fuerte en los receptores opiodes mu en las regiones del cerebro implicadas en la emoción y la depresión. Y además, estas personas eran más propensos a experimentar menos síntomas al ser tratados posteriormente con el medicamento real.
«Esta es la primera evidencia objetiva de que el propio sistema opioide del cerebro está involucrado en la respuesta tanto a los antidepresivos como al placebo, y la variación en esta respuesta entre individuos se asocia con la variación en el alivio de los síntomas», explicaron los expertos.
La investigadora española Marta Pecina, que participa en el estudio, añade que «Este hallazgo nos da un biomarcador que predice la respuesta al tratamiento en la depresión. Podemos imaginar que mediante la mejora del efecto placebo, podríamos ser capaces de desarrollar antidepresivos mejores y de acción más rápida”.
Los participantes fueron sometidos a tomografía por emisión de positrones, o PET, y se les administró una sustancia que se une a los receptores opioides-mu de las células cerebrales. Además sabían que no iban a ser informados todos los detalles del estudio hasta el final.
Posterior a las pruebas de imagen, recibieron durante dos semanas una píldora de placebo. Sin embargo, durante una de esas dos semanas, a cada uno se le dijo que estaba tomando una sustancia que mediante la activación de determinados mecanismos internos tenía propiedades antidepresivas.
Al finalizar esa semana, se sometieron de nuevo a un escáner cerebral y recibieron una inofensiva inyección de agua salada que se les dijo que podría tener propiedades antidepresivas de acción rápida. Después de estas dos semanas, se les prescribió un antidepresivo real. Para valorar sus síntomas de depresión los participantes utilizaron escalas de medición estándar a lo largo del período de estudio.
«Estos resultados sugieren que algunas personas son más sensibles a la intención de tratar su depresión, y este efecto se puede explotar si se incorporan psicoterapias o terapias cognitivas que mejoran la relación médico-paciente al tratamiento, además de los medicamentos antidepresivos. Tenemos que encontrar la manera de mejorar la capacidad de recuperación natural que algunas personas parecen tener.», agregan.
Ahora los investigadores están estudiando otras moléculas naturales involucrados en la depresión y la respuesta al tratamiento, y están reclutando a personas para participar en futuros estudios.
Además de ayudar a buscar mejores medicamentos para la depresión que ayuden a las personas que no responden al placebo, el nuevo estudio podría ayudar a identificar qué pacientes, incapaces de responder a los fármacos antidepresivos, podrían beneficiarse de estrategias no farmacológicas utilizadas en la actualidad, como la terapia electroconvulsiva, la estimulación cerebral profunda o la estimulación magnética transcraneal o TMS.
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Fuente: ABC.
Daniel Hernández
Comunicador Social
La limitante de este estudio es el tamaño de la muestra; si bien el trabajo tiene gran importancia, en mi opinión se requieren trabajos que involucren mayor número de pacientes.