La grasa epicárdica está asociada al Síndrome metabólico | Por: @linternista
El epicardio es la capa más externa que envuelve al corazón, por lo tanto la grasa epicárdica, es la grasa ubicada en esta capa y al parecer puede tener asociación con el Síndrome metabólico en la población general de mediana edad.
Según una investigación realizada que forme parte de un estudio poblacional realizado en España llamado RIVANA y que fue publicado en la Revista Española de Cardiología, se midió el Tejido Adiposo Epicárdico (TAE) por ecocardiograma para determinar su asociación con el síndrome metabólico (SM).
En esta grasa epicárdica hay gran cantidad de marcadores inflamatorios y es metabólicamente activa y la medición de este tejido por ecosonografía es considerada una herramienta útil para medir los factores de riesgo cardiometabólicos.
Los autores de este trabajo han puesto de manifiesto que la grasa epicárdica muestra estrecha correlación con la presencia de síndrome metabólico, además del índice de masa corporal, el perímetro de la cintura y la grasa visceral.
Para ello utilizaron una muestra que incluyó a 880 individuos de entre 45 y 74 años de edad, de los cuales 492 padecían SM según la definición. Se les practicó una exploración física y se tomó una muestra sanguínea para realizar el perfil bioquímico, además se midió el espesor del TAE con ecocardiografía transtorácica al final de la sístole.
Resultados obtenidos
En los sujetos sin SM, la prevalencia de TAE ≥ 5 mm aumentaba significativamente con la edad (> 65 frente a 45–54 años) y se asoció significativamente con el SM.
Respecto a los criterios individuales, el TAE se asoció independientemente con los criterios colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad, triglicéridos altos y elevado perímetro abdominal.
Conclusiones
En esta muestra de este estudio de la población general, la grasa epicárdica aumentó significativa e independientemente con la edad, y su incremento se asoció independientemente con el SM, el colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad bajo, a los triglicéridos altos y al elevado perímetro abdominal.
Fuente: Revista Española de Cardiología
