La presencia de calcio coronario en adultos jóvenes es un factor predictivo de cardiopatía isquémica | Por: @linternista
Un estudio reciente publicado en la revista JAMA Cardiology el 8 de febrero de 2017 demostró que la presencia de calcio en las arterias coronarias, incluso en pequeña cantidad, en personas de 32 a 45 años, es un factor predictivo de cardiopatía isquémica y de mortalidad global en etapas más avanzadas de la vida.
Según el Dr. John Jeffrey Carr, de la Vanderbilt University, autor principal del estudio, «incluso la presencia de cantidades muy pequeñas de calcio coronario, o lo que yo llamaría aterosclerosis coronaria prematura, implica un riesgo muy alto de presentar complicaciones clínicas, entre ellas, muerte cardiovascular, en los 10 a 15 años siguientes».
En un editorial adjunto en la misma prestigiosa revista, el Dr. Ron Blankstein, del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Estados Unidos, y el Dr. Philip Greenland, de la Northwestern University Feinberg School of Medicine, en Chicago, Estados Unidos, afirman que «los resultados plantean la duda sobre la conveniencia de realizar un despistaje a las personas menores de 45 años mediante tomografía computarizada para detectar el calcio arterial coronario».[2]
El Dr. Carr y sus colaboradores analizaron los datos del estudio CARDIA (Coronary Artery Risk Development in Young Adults), en el que los investigadores incluyeron a 5.115 pacientes de ambos géneros, de las razas blanca y negra, de 18 a 30 años de edad, entre marzo de 1985 y junio de 1986 en cuatro ciudades estadounidenses. Durante el estudio se realizaron evaluaciones a los participantes sobrevivientes a los 15 (2000 – 2001), 20 (2005 – 2006) y 25 años (2010 – 2011).
Los investigadores midieron el calcio arterial coronario mediante tomografía computarizada (TC) sin contraste, en una cohorte de 3.980 participantes a los que se realizaron estudios de imagen, comparándolos con 1.135 a los que no recibieron estas pruebas. Los pacientes tuvieron un seguimiento durante una mediana de 12,5 años, desde el año 15 de la exploración tomográfica hasta finales de agosto de 2014.
Los autores elaboraron un modelo de puntuación de calcio arterial coronario «basado en la edad del participante, raza/etnia, sexo, nivel educativo, tabaquismo, c-LDL, índice de masa corporal, presión arterial sistólica, presencia de diabetes, y tratamiento farmacológico de la HTA o de la dislipidemia».
Asimismo, el Dr. Carr y sus colaboradores modelaron los factores de riesgo de los participantes en la cuarta década de su vida y lograron pronosticar con una precisión razonable, quiénes presentarían una cardiopatía isquémica sintomática en los 10 a 15 años siguientes.
Los investigadores calcularon las puntuaciones de calcio arterial coronario en 3.043 participantes a los 15 años, en 3.141 a los 20 años, y en 3.189 a los 25 años. La media de edad de los pacientes fue de 40,3 y 45,3 y 50,1, respectivamente.
Los autores del estudio encontraron, en conjunto, que la incidencia de cardiopatía isquémica sintomática a los 10 años entre los años 15 y 25 fue de 488 de 2.209 (22,1%) participantes. También observaron una prevalencia de calcio arterial coronario de 10,2% (309 de 3.043) a los 15 años, de 20,1% (631 de 3.141) a los 20 años y de 28,4% (907 de 3.189) a los 25 años.
Los investigadores calcularon una razón de riesgo ajustada (RR) de 5 (IC 95%: 2,8-8,7; p < 0,001) de cardiopatía isquémica sintomática, comparado con los participantes sin calcio arterial coronario. La densidad de incidencia fue la siguiente:
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4,8 episodios de cardiopatía isquémica sintomática por 100 personas con una puntuación de calcio arterial coronario de 1 a 19 (RR: 2,6; IC 95%: 1-5,7; p: 0,03).
- 10,6 episodios de cardiopatía isquémica sintomática por cada 100 personas con una puntuación de calcio arterial coronario de 20 a 99 (RR: 5,8; IC 95%: 2,6-12,1; p: 0,001).
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126,1 episodios de cardiopatía isquémica sintomática por cada 100 personas con una puntuación de calcio arterial coronario de 100 o más (RR: 9,8; IC 95%: 4,5-20,5; p: 0,001).
También observaron que la presencia de cualquier cantidad de calcio arterial coronario tenía una densidad de incidencia de 8,1 de mortalidad global por cada 100 personas durante el seguimiento (RR: 1,6; IC 95%: 1 – 2,6; p = 0,05), pero la densidad de incidencia aumentó a 22,4 muertes en los pacientes con puntuaciones de calcio arterial coronario de 100 o más (RR: 3,7; IC 95%: 1,5 – 10; p < 0,001).
El Dr. Carr explicó que «el aporte principal de este estudio es la conclusión de que en las personas con un riesgo alto de presentar eventos vasculares, el calcio coronario es un marcador muy específico para identificar a las que tienen entre 10% a 25% de riesgo a 10-15 años de sufrir un episodio clínico«.
El Dr. Carr puntualizó que NO se está aconsejando realizar una tomografía computarizada a todos los adultos jóvenes.
«Se realizan exploraciones por tomografía computarizada a muchas personas por otras causas», y éstas pueden aprovecharse para comprobar la presencia y la cantidad de calcio arterial coronario, comentó el autor.
El Dr. Carr añadió: «Por ejemplo, si una mujer de 25 años tiene calcificación arterial coronaria, esto debería identificarse como un biomarcador de riesgo, y es necesario notificar de este riesgo elevado tanto a la paciente como a su médico responsable, para que pueda hacer una evaluación de los factores de riesgo y decidir qué medidas adoptar para disminuirlos».
«Actualmente empleamos los factores de riesgo clásicos para calcular una de varias puntuaciones, como la puntuación de riesgo de Framingham, o la ecuación de riesgo de cohorte agrupada, en la que calculamos el riesgo durante 10 años de cardiopatía de una persona. El método actual, basado en el grado de aumento del riesgo, es incrementar la intensidad de las medidas de prevención. Debemos equilibrar la prevención que se aplica con los riesgos individualizados de cada persona», comentó el investigador.
En un comentario final, el Dr. Carr expresó: «Desafortunadamente no se han realizado estudios comparativos aleatorizados con estos modelos de riesgo, como el calcio coronario, que demuestren que calcular el riesgo de una persona y relacionarlo con el tratamiento puede evitar episodios coronarios».
Las guías actuales recomiendan realizar un despistaje del calcio arterial coronario como opción razonable en personas con riesgo dudoso, con umbrales de puntuaciones de calcio arterial coronario de 100, 300 y 400.
Sin embargo, según los autores, «a la vista de nuestros hallazgos, puede ser apropiado reconsiderar estas recomendaciones a favor de umbrales más bajos en adultos de mediana edad y más jóvenes»
Referencias
- Carr JJ, Jacobs DR, Terry JG, Shay CM, y cols. Association of coronary artery calcium in adults 32 to 46 years with incident coronary heart disease and death. JAMA Cardiol 2017; doi:10.1001/jamacardio.2016.5493. Artículo
- Blankstein R, Greenland P. Screening for coronary artery disease at an earlier age. JAMA Cardiol 2017; doi:10.1001/jamacardio.2016.5552. Editorial
Fuente: espanol.medscape.com