El consumo de alcohol debe ser considerado como un factor de riesgo cardiovascular | Por: @linternista
En una gran cohorte de pacientes en California, aquellos que abusaron con el consumo de alcohol tuvieron un mayor riesgo de fibrilación auricular (FA), infarto de miocardio (IM) e insuficiencia cardíaca congestiva (ICC). Además, el riesgo añadido fue similar al de factores de riesgo tradicionales tales como la diabetes de tipo 2. Del mismo modo, los pacientes sin factores de riesgo tradicionales que consumían alcohol en exceso fueron desproporcionadamente propensos a presentar estos tres resultados cardíacos.
Los hallazgos del estudio fueron publicados por el Dr. Isaac R. Whitman (Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos) y sus colaboradores en el número del 3 de enero de 2017 en Journal of the American College of Cardiology.
El abuso de alcohol «se determinó por el profesional de la salud de acuerdo al código del CIE-9 que reportó ya sea embriaguez aguda, o evidencia crónica de la adicción o dependencia», comentó el autor principal, el Dr. Gregory M. Marcus (Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos).
Los hallazgos sugieren que «el abuso en el consumo de alcohol debe ser considerado como un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular, y no debemos incentivar a nuestros pacientes a beber, con la esperanza de que podría reducir su riesgo de sufrir un ataque al corazón», explicó el Dr. Marcus.
En un editorial acompañante, los doctores Michael H. Criqui e Isac C. Thomas (Universidad de California, San Diego, La Jolla, Estados Unidos) concordaron en que el estudio mostró que «el abuso en el consumo de alcohol es un potente factor de riesgo cardiovascular, uno de los más fuertes para la fibrilación auricular, y al menos equivalente para los factores de riesgo establecidos para infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca congestiva».
El enamoramiento reciente con los beneficios potenciales del consumo de alcohol, ligero a moderado, para la protección de las enfermedades cardiovasculares parece estar basado en datos de estudios observacionales y con factores confusores sutiles, en lugar de en la evidencia [de estudios clínicos], y tal vez en un poco de ilusión», advirtieron los editorialistas.
«Tenemos que ser muy cuidadosos en la interpretación de todos estos datos», concordó el Dr. Marcus. «Al considerar la evidencia disponible, resulta razonable considerar que el consumo leve o con moderación podría ayudar a prevenir el infarto de miocardio, pero hay cierta evidencia de que aun el consumo moderado de alcohol aumenta el riesgo de fibrilación auricular».
Consumo excesivo de alcohol: un factor de riesgo cardiovascular modificable
Hasta la fecha, ningún estudio ha examinado de manera apropiada y rigurosa (con un poder suficiente) la asociación entre el abuso en el consumo de alcohol y el infarto de miocardio, la insuficiencia cardiaca y la fibrilación auricular, reportan el Dr. Whitman y sus colaboradores.
El grupo de investigación analizó una base de datos de 14’727.591 pacientes sometidos a cirugía ambulatoria, visitas a urgencias o consultas de atención de pacientes hospitalizados en California desde 2005 hasta 2009 y que tenían datos de seguimiento hasta el 31 de diciembre de 2009. Los profesionales de la salud habían identificado a 268.084 de los pacientes (1.8%) con abuso en el consumo de alcohol.
Resultado del riesgo cardiovascular del abuso en el consumo frente a ausencia de abuso *
Resultado | HR (IC 95%) | Valor de p |
Fibrilación auricular | 2,14 (2,08 – 2,19) | < 0,0001 |
Infarto de miocardio | 1,45 (1,40 – 1,51) | < 0,0001 |
Insuficiencia cardiaca | 2,34 (2,29 – 2,39) | < 0,0001 |
* Ajustado por edad, género, raza, hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria (para los resultados de FA e insuficiencia cardiaca), insuficiencia cardíaca congestiva (para los resultados de fibrilación auricular e infarto de miocardio), enfermedad renal crónica, enfermedad cardíaca valvular (para los resultados de fibrilación auricular e insuficiencia cardiaca), dislipidemia, obesidad, apnea obstructiva del sueño, tabaquismo, e ingresos económicas.
La hipertensión y la insuficiencia cardiaca fueron los riesgos más importantes para cada resultado, pero el riesgo de abuso en el consumo de alcohol fue similar a los factores de riesgo bien establecidos y teóricamente modificables de acuerdo a las conclusiones del Dr. Whitman y sus colaboradores.
Se estima que la erradicación completa del abuso en el consumo de alcohol se traduciría en 73.000 casos menos de fibrilación auricular, 34.000 casos menos de infarto de miocardio, y 91.000 pacientes menos con insuficiencia cardiaca en Estados Unidos.
Las limitaciones del estudio incluyen la falta de información sobre la cantidad de alcohol que bebían los pacientes, por lo que no se pudo determinar la cantidad perjudicial específica.
Sin embargo, esta base de datos identificó «con mucha precisión y especificidad» a los pacientes que se habían catalogados como con abuso en el consumo de alcohol, y que podrían ser objeto de una intervención.
«El identificar que el abuso del alcohol se asoció con un mayor riesgo de infarto de miocardio fue algo sorprendente», dijo el Dr. Marcus, «dado que en reportes anteriores el alcohol parecía proteger contra éste. [Sin embargo], esto probablemente demuestra que un mayor consumo no es necesariamente mejor».
Anteriormente, los investigadores habían demostrado que las personas que creen que el alcohol es saludable tienden a beber más, señaló, «por lo que la esperanza es que esta prueba prohiba tal justificación, sin duda para el consumo de alcohol más allá de la moderación.
«Yo tendería a favorecer el consumo de no más de una bebida alcohólica por día para las mujeres y dos bebidas alcohólicas por día para los hombres«, mencionó el Dr. Marcus.
También es importante tener en cuenta que hasta el momento, los estudios sobre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares han sido observacionales, por lo que la evidencia no es tan convincente como en un estudio aleatorizado. «Hemos sido engañados antes por los estrógenos, por ejemplo, cuando parecía que el estrógeno realmente protegía contra los infartos de miocardio, pero los ensayos sugirieron que de hecho podrían aumentar el riesgo», advirtió el Dr. Marcus.
«Entonces, ¿dónde nos encontramos ahora con respecto al consumo de alcohol y la enfermedad cardíaca?», preguntan retóricamente los doctores Criqui y Thomas. «El alcohol es una droga potencialmente adictiva y peligrosa, tanto para el sistema cardiovascular como para otros órganos», advierten.
«En conjunto, estos datos demuestran que el consumo de alcohol en exceso no debe ser considerado como un agente cardioprotector, sino más bien un agente cardiotóxico, contribuyendo a un mayor riesgo para las tres enfermedades cardiovasculares principales», concluyen el Dr. Whitman y sus colaboradores.