La hipertensión sistólica y el colesterol malo aumentan el riesgo de forma acumulativa e independiente | Por: @linternista
Un nuevo estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) 2016 por el Dr. Brian Ference (Escuela de Medicina de la Universidad Estatal Wayne, Detroit, MI) señala que el riesgo cardiovascular asociado a un aumento de las cifras de presión arterial sistólica (PAS) y colesterol «malo» (C-LDL) es independiente y acumulativo e incluso la reducción moderada de estos factores de riesgo puede ofrecer ventajas espectaculares para evitar las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores determinaron, utilizando un diseño de estudio de aleatorización mendeliana, que la exposición prolongada a la combinación de 1 mmol/L (18 mg/100 ml) de C-LDL menos y a una PAS 10 mmHg más baja se asociaba a una disminución de casi un 90% en el riesgo de complicaciones vasculares graves.
«Inferimos de esto que el C-LDL y la presión arterial sistólica tienen efectos independientes, multiplicativos y acumulados sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares», dijo el Dr Ference. Dado que estos efectos son multiplicativos y acumulativos, la exposición prolongada a la combinación de C-LDL y PAS más bajos «tiene el potencial de reducir bastante el riesgo de complicaciones cardiovasculares en el curso de la vida, incluso en personas con cifras de colesterol y presión arterial aparentemente normales».
«Nuestro estudio confirma que las complicaciones cardiovasculares en gran parte son prevenibles y señala que la prevención de las enfermedades cardiovasculares puede sustancialmente mejorar y simplificarse simplemente ideando programas de prevención que se enfoquen en promover la exposición prolongada a LDL y presión arterial sistólica con cifras más bajas. Sin embargo, creo que los programas de prevención pública, no importa cómo estén adaptados a la carga del factor de riesgo local o la práctica local o los sistemas de atención sanitaria locales, ahora todos pueden recalibrarse un poco hacia una meta común de mantener las LDL y la presión arterial sistólica bajas por el tiempo que sea posible, a fin de lograr un potencial beneficio máximo».
Los perfiles de factores de riesgo ideales son infrecuentes
La investigación de observación ha demostrado que las personas que pueden mantener perfiles de factor de riesgo ideales durante toda la edad adulta tienen un riesgo de enfermedades cardiovasculares muy bajo en el curso de la vida, dijo. Sin embargo, menos de 5% pueden mantener estas cifras, señaló.
«En cambio, los estudios de aleatorización mendeliana han demostrado una y otra vez que tanto el colesterol de las LDL como la presión arterial sistólica tienen efectos causales y acumulados sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular», señaló.
No obstante, se desconoce el efecto causal de la exposición prolongada a la combinación de cifras más bajas de LDL y presión arterial sistólica. Los resultados del estudio reciente HOPE 3 (Heart Outcomes Prevention Evaluation -Evaluación de la prevención de desenlaces cardiacos 3-) demostraron que el tratamiento combinado mediante compuestos hipolipemiantes y antihipertensores no redujo las complicaciones con respecto al uso de sólo compuestos hipolipidemiantes.
Según Ference, «los resultados de este estudio han hecho que algunos se cuestionen el sinergismo entre el colesterol de las LDL y la presión arterial sistólica sobre el riesgo de complicaciones cardiovasculares, sobre todo en personas sin hipertensión»,
En el presente estudio, los investigadores trataron de evaluar este efecto causal de la exposición prolongada a cifras más bajas de LDL y PAS sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares y en forma secundaria, dijo, «evaluar el potencial beneficio clínico de una estrategia de prevención simplificada que se enfoca en 1 mmol/L de LDL menos y 10 mmHg de presión arterial sistólica más baja por un periodo prolongado».
Para abordar la cuestión, utilizaron un estudio de aleatorización mendeliana factorial 2×2. Utilizaron datos genéticos y de factor de riesgo cardiovascular de 102.773 individuos que habían participado en uno de 14 estudios prospectivos de cohortes o de casos de testigos para calcular las puntuaciones genéticas para cada paciente, con base en polimorfismos genéticos relacionados con LDL o PAS y el número de alelos asociado a un incremento de las concentraciones de LDL o PAS.
«Es importante señalar aquí que nuestro estudio en realidad tuvo muy poco que ver con la genética». No se utilizaron las puntuaciones genéticas para pronosticar el riesgo, dijo, sino como «instrumentos convenientes que nos permitieron distribuir de manera aleatoria y natural a las personas a diversos grupos».
Sobre esta base, dividieron a los pacientes en cuatro grupos: un grupo de referencia; un grupo con una puntuación genética de LDL por debajo de la mediana, lo que dio lugar a concentraciones de LDL más bajas; un grupo con una puntuación de PAS por debajo de la mediana, lo que originó una presión arterial naturalmente más baja; y un grupo con LDL y PAS por debajo de la mediana, lo que dio lugar a cifras más bajas tanto de LDL como de PAS.
El criterio principal de valoración fue una combinación de la primera presentación de complicaciones cardiovasculares graves, como muerte coronaria, IM no mortal, accidente cerebrovascular no mortal y revascularización coronaria.
Hasta los 32 años de seguimiento, ocurrió un total de 14.368 complicaciones. Observaron que el efecto combinado de cifras más bajas de LDL y de PAS tenía efectos independientes, multiplicativos y acumulativos sobre riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La exposición combinada a cifras más bajas de LDL y PAS fue significativamente mayor que el efecto de las LDL por separado (p = 1,4 x 10-14) y significativamente mayor del efecto de disminuir sólo la presión arterial (p = 1,8 x 10-23).
«De hecho, dado que el efecto de las cifras más bajas de presión arterial y de colesterol fue multiplicativo y acumulativo en el curso del tiempo, el efecto de la exposición combinada a 1 mmol/L de LDL menos y 10 mmHg de presión arterial sistólica más baja, se relacionó con una disminución de 86,1% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares», dijo (odds ratio: 0,139; IC 95%: 0,114 – 0,170; p = 1,6 x 10-83).
El efecto de la exposición combinada a cifras más bajas de LDL y de PAS fue una reducción congruente de 80% a 90% en todos los criterios de valoración considerados, incluida una reducción de 84% en la mortalidad por cardiopatía coronaria, que se tradujo en una disminución «más pequeña pero todavía significativa» de la mortalidad por todas las causas, señaló.
El efecto fue similar en hombres y mujeres, fumadores y no fumadores, personas con y sin diabetes, y «lo que es importante», en personas con LDL-C por arriba y por debajo de 3,5 mmol/L y en aquellas con PAS por arriba y por debajo de 120 mmHg, «lo que señala la ventaja de la exposición combinada a cifras más bajas de LDL y presión arterial sistólica se extendería a las personas que tienen cifras de presión arterial y colesterol aparentemente normales«.
Fuente: espanol.medscape.com