Trote a paso lento o moderado pero no más de 3 horas por semana | Por: @rigotordoc
Los beneficios de correr son mayores si se hace de forma más moderada que intensa, según un estudio publicado en febrero de 2015 en el Journal of American College of Cardiology en el que se evaluaron 5.048 participantes sanos que forman parte del Copenhagen City Heart Study.
Las personas que son físicamente activas tienen al menos un riesgo 30% menor de muerte durante el seguimiento en comparación con los que son inactivos. Sin embargo, la dosis ideal de ejercicio para mejorar la longevidad es incierta.
Como parte del Copenhagen City Heart Study, los investigadores
indagaron sobre la actividad física de los voluntarios y 1098 corredores sanos y 3950 no corredores saludables fueron seguidos prospectivamente desde 2001 durante 12 años.Para determinar las características de su actividad los investigadores obtuvieron la siguiente información: número de horas que corrían, frecuencia y ritmo de la carrera. Curiosamente se encontró que los corredores más activos, aquellos que corrían con más intensidad y más horas, eran más propensos a morir que los no corredores sedentarios, mientras que los corredores ‘ligeros’ tenían las tasas más bajas de muerte.
En comparación con los no corredores sedentarios, 1-2,4 h de trotar por semana se asoció con la mortalidad más baja (Razón de riesgo multivariable [RR]: 0,29). La frecuencia óptima de correr fue de 2 a 3 veces por semana (RR: 0,32) o ≤1 vez por semana (RR: 0,29). El ritmo de carrera óptimo fue el lento (RR: 0,51) o medio (RR: 0,38).
Los corredores fueron divididos en los corredores ligeros, moderados y vigorosos. La RR más baja de mortalidad se encontró en los corredores ligeros (RR: 0,22), seguido por los corredores moderados (RR: 0,66) y los corredores extenuantes (RR: 1,97).
En el estudio, las tasas de mortalidad general significativamente más bajas se encontraron en aquellos que, además de correr menos horas, lo hacía a un ritmo o trote lento o moderado, mientras que los corredores ‘más rápidos’ tenían casi el mismo riesgo de mortalidad que los no corredores sedentarios.
En total se registraron 28 muertes entre los corredores y 128 entre los no corredores sedentarios. En general, los corredores eran más jóvenes, tenían un índice de presión arterial y masa corporal más bajo, y una menor prevalencia de tabaquismo y la diabetes.
Los resultados sugieren una relación en forma de U entre todas las causas de mortalidad y la dosis de correr de acuerdo al ritmo, la cantidad y frecuencia de la carrera. Los corredores ligeros y moderados tienen una mortalidad menor que los no corredores sedentarios, mientras que los corredores extenuantes tienen una tasa de mortalidad no estadísticamente diferente de la del grupo sedentario.
Según el director del trabajo, Peter Schnohr, del Hospital Frederiksberg en Copenhague (Dinamarca), «es importante destacar que el ritmo de los corredores lentos corresponde al ejercicio vigoroso y correr de forma extenuante corresponde al ejercicio muy vigoroso. Cuando se realiza desde hace décadas, este nivel de actividad podría plantear riesgos para la salud, especialmente para el sistema cardiovascular».
Estos hallazgos, asegura el investigador, son similares a resultados de estudios anteriores donde los investigadores han encontrado que el ejercicio vigoroso puede causar más perjuicios que beneficios. «La asociación con forma de U entre correr y mortalidad sugiere que puede haber un límite para el ejercicio que es el óptimo para salud », afirma Schnohr quien añade que si el objetivo es disminuir el riesgo de muerte y mejorar la esperanza de vida, «correr un par de veces a la semana a un ritmo moderado es una buena estrategia. Cualquier otra cosa no es solo innecesaria, sino que puede ser perjudicial».
Referencia: J Am Coll Cardiol. 2015;65(5):411-419. doi:10.1016/j.jacc.2014.11.02
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Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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