CardiologíaEpidemiologíaGeneralidadesMedicina Interna

La «gota» es un marcador que sugiere la presencia de placas carotídeas en los pacientes | Por: @linternista

Un trabajo presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2016 de la SEC, dirigido por la Dra. María Amparo Quintanilla, del Servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Elche (Alicante), en España, concluye que la gota es un marcador que sugiere la presencia de placas carotídeas en los pacientes, incluso cuando en el momento del diagnóstico se considere que tienen riesgo cardiovascular bajo o intermedio, según las escalas de medición clásicas.

La investigadora ha explicado que las principales herramientas de medición que se usan habitualmente en la práctica clínica, como REGICOR o SCORE, infraestiman el riesgo cardiovascular en los enfermos con gota. «Según nuestros resultados, estas escalas no identifican de forma precisa a sujetos de muy alto riesgo, como los que presentan placa carotídea», a diferencia de la ecografía.

Se estima que 2 de cada 3 pacientes con gota presentan un riesgo cardiovascular elevado, pero esto tradicionalmente se ha atribuido a la frecuente asociación con hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad y otros factores. «Sin embargo, son numerosos los trabajos que en la última década muestran que la gota es en sí misma un factor de riesgo cardiovascular independiente, al ser una enfermedad inflamatoria crónica, asociada a los cristales de urato», en palabras de la Dra. Quintanilla.

Este trabajo analiza de forma transversal los datos de 167 pacientes con gota por depósito de cristales de urato de sodio, sin riesgo cardiovascular alto basal según las escalas clásicas, de los cuales a 105 se les realizó una ecografía carotídea  para evaluar el grosor del complejo íntima-media y la presencia de placas de ateroma, que son los dos marcadores principales de enfermedad coronaria.

La edad media de los participantes fue de 63 años (DE: ±13,2) y el 88,0 por ciento eran hombres. Los factores de riesgo cardiovascular más prevalentes fueron hipertensión arterial (67,1%) y tabaquismo (60,5%), y el 28,7 por ciento presentó enfermedad cardiovascular previa. La mediana de SCORE y REGICOR fue del 3 y 6 por ciento, respectivamente.

Antes de realizar la ecografía carotídea, se estimó el riesgo como muy alto en un 37,1 por ciento de los casos y, como intermedio, en el 29,9 por ciento. Tras la realización de esta prueba de imagen, un 59 por ciento de los participantes vieron aumentado su grado de riesgo cardiovascular.

Estos hallazgos sugieren que el manejo de los pacientes con gota debe ser doble, «por un lado, un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular, de forma similar a un paciente que ya ha sufrido un evento cardiaco, y por otro, el tratamiento adecuado de la enfermedad».

Para Quintanilla, la realización de una prueba de cribado estaría justificada «al menos en los pacientes de riesgo intermedio. En este grupo, de no realizarse la ecografía carotídea puede existir una falsa sensación de tranquilidad cuando sabemos que más de la mitad de los pacientes pertenecen realmente a un riesgo superior y precisan un manejo más intensivo de control de estos factores».

Una de las próximas preguntas de investigación que este equipo quiere responder es si la disolución de los cristales mediante la normalización de la uricemia en estos enfermos resulta útil para revertir el riesgo cardiovascular.

Referencia: Quintanilla Tello AM, Andrés Collado M, Carmona Ortells L, Pascual Gómez E, Vela Casasempere P. Ponencia 5015 – 2 Los pacientes con gota presentan placas carotídeas al diagnóstico pese a una baja puntuación en escalas de riesgo cardiovascular. Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2016, de la SEC.

Fuente: espanol.medscape.com

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: