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El efecto protector del «colesterol bueno» tiene que ver más con su funcionalidad que con su cantidad | Por: @linternista

Se pensaba que tener cifras elevadas de colesterol HDL (c-HDL), también llamado colesterol bueno, nos protegía de la enfermedad cardiovascular, por lo que siempre se ha tratado de subir sus niveles en sangre, pero un trabajo que se publica en la revista «Science» parece haber encontrado un ‘pero’ a este dogma.

El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (EE.UU.), parece sugerir que tener unos niveles muy elevados de c-HDL puede asociarse con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El colesterol es un lípido que juega un papel fundamental en el organismo de todos los vertebrados. Sin embargo, y a concentraciones elevadas, el colesterol acaba depositándose en las paredes de las arterias, aumentando notablemente el riesgo de episodios cardiovasculares, como el infarto de miocardio o del ictus isquémico (llamado anteriormente ACV). Por tanto, el mantenimiento de unos niveles normales de colesterol se presenta como una de las medidas básicas para reducir nuestro riesgo cardiovascular. Pero también hay un colesterol bueno, denominado ‘colesterol HDL’ –o c-HDL–, que nos ayuda a disminuir este riesgo.

Las lipoproteínas de alta densidad –o, según las siglas en inglés, HDL– retiran el colesterol del organismo y de los depósitos arteriales transportándolo al hígado. Es decir, reducen la formación de ateromas, razón por la que son normalmente conocidas como ‘colesterol bueno’. Sin embargo, el nuevo estudio, muestra cómo la presencia de una mutación genética, si bien eleva sustancialmente los niveles de este tipo de colesterol, incrementa a la vez el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Como explica Daniel J. Rader, director del estudio, «la idea de que el c-HDL quizás no nos proteja frente a todas las enfermedades cardiovasculares es bastante reciente. Y ahora, nuestros resultados indican que algunas de las causas por las que este c-HDL se encuentra elevado aumentan en realidad el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, nuestro estudio es el primero en identificar una mutación genética que, si bien incrementa los niveles de c-HDL, también aumenta el riesgo de estas enfermedades».

Sin efecto protector

En el estudio, los investigadores analizaron el genoma de personas con niveles anormalmente elevados de c-HDL con objeto de encontrar un gen que explicara esta situación. Concretamente, se centraron en el gen ‘SCARB1’, responsable de la expresión del receptor ‘scavenger’ B1 –o SR-B1–, esto es, el principal receptor del c-HDL en las membranas celulares.

Los resultados mostraron que la mutación P376L en el gen ‘SCARB1’ conlleva una deficiencia en la funcionalidad del receptor SR-B1, por lo que el c-HDL no puede unirse a las células. Como apunta Daniel Rader, «la mutación P376L evita que el receptor se sitúe en la superficie celular, que es el lugar en el que debería estar para unirse y captar el c-HDL». Por tanto, dado que el c-HDL no es retirado de la ‘circulación’, los niveles de este ‘colesterol bueno’ se disparan –las personas con la mutación tienen unos niveles de c-HDL superiores a 150 mg/dL, cuando lo normal es tener unas cifras en torno a 50 mg/dL.

Es más; no es necesario que los dos alelos del gen ‘SCARB1’ contengan la mutación. Y es que tener una sola copia defectuosa del gen es más que suficiente para que se disparen los niveles de c-HDL.

En consecuencia, la mutación P376L en el gen ‘SCARB1’ da lugar a unos niveles aumentados, e incluso exagerados, de c-HDL. Pero el problema no radica ahí, sino en que los portadores de la mutación presentan, además, un riesgo mucho mayor de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Colesterol ‘no tan bueno’

Pero, ¿tener unas cifras altas de c-HDL no debería proteger a los portadores de la mutación, o a cualquier persona, frente a estas enfermedades? Pues parece ser que no, dado que los autores creen que el tratamiento para los portadores debe consistir en un incremento de la expresión del gen ‘SCARB1’, lo que además de reducir su riesgo cardiovascular disminuiría sus cifras de ‘colesterol bueno’.

Como concluye Daniel Rader, «nuestro estudio demuestra que los efectos protectores del c-HDL tienen que ver más con su funcionalidad que con su mera cantidad. La verdad es que nos queda mucho por aprender acerca de la relación entre el c-HDL y el riesgo de enfermedad cardiovascular».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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