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La contaminación ambiental intensifica el EPOC y las Alergias Por: @linternista

Las emisiones diésel son un factor de riesgo en las patologías cardíacas. Y cada día una persona respira en promedio un volumen de aire de 12.000 litros. Los efectos negativos que esta cantidad tendrá sobre su salud dependerá de dónde los respire, y que tan contaminado este aire.

Unos 3,7 millones de muertes prematuras están relacionan con la contaminación atmosférica en todo el mundo cada año. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 80% es debida a la cardiopatía isquémica y al ictus o los accidentes cardiovasculares.

Carmen Diego, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), asegura que «A largo plazo está comprobada la relación entre la baja calidad del aire y la aparición de ictus, infartos de miocardio y anginas de pecho».

También en el sistema respiratorio

Pero, ahora se sabe que la contaminación atmosférica también está vincula a patologías crónicas del sistema respiratorio.

Un estudio de la OMS sobre la calidad del aire atribuye a esta contaminación el 14% de las muertes prematuras por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y el 6% a las originadas por cáncer de pulmón.

Entre las causas de estas enfermedades según el informe «Contaminación Atmosférica y Salud», del Instituto DKV de Vida Saludable, se encuentran:

  • Las emisiones del tráfico automotor.
  • Las actividades de construcción.
  • Las emisiones industriales o de generación eléctrica.

También, los efectos de la contaminación a largo plazo, pueden originar síntomas inmediatos como: la tos o dificultad respiraratoria.

«Con el paso de los meses, la exposición a elevados niveles de contaminación puede generar tos, ataques de asma o ruidos en el pecho», señala Diego.

Estas consecuencias afectan sobre todo a los principales grupos de riesgo, es decir, los niños y las personas mayores.

Los expertos recomiendan tanto para estos sectores de población como para aquellas personas que practiquen deporte al aire libre son: evitar las horas pico y los lugares cercanos a las autopistas y vías muy trasitadas.

Junto a las medidas preventivas, la lluvia es otro aspecto que podría minimizar las repercusiones de la contaminación en el ambiente, «porque, en el momento que llueva, las partículas desaparecen y el aire se vuelve más respirable», asegura Diego.

Los efectos positivos de este fenómeno meteorológico son fundamentales para evitar complicaciones en aquellas personas que ya padecen una enfermedad respiratoria crónica. Por ejemplo, en pacientes con EPOC, la contaminación empeora los síntomas asociados a la enfermedad, como la disnea, es decir, la dificultad para llenar los pulmones de aire.

«En personas con patologías respiratorias crónicas, el médico debe tener en cuenta el ambiente donde viven como un factor de riesgo más», señala la neumóloga.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), todos los consejos y medidas preventivas podrían ayudar a reducir las 27.000 muertes prematuras que cada año se producen en España asociadas a la polución.

«Además de la elevada tasa de mortalidad, un contexto contaminado también se relaciona con el aumento de los ingresos hospitalarios y de las visitas a los sistemas de urgencias», agrega la coordinadora del Área de Medio Ambiente de Separ.

El Instituto DKV, en este sentido, recomienda en su informe medidas como la peatonalización de extensas áreas urbanas, optimizar en casa el uso de la energía o el lavado de las calles próximas a obras de construcción. En este mismo estudio se destaca que la relación entre salud y contaminación podría cambiar en la próxima cumbre sobre cambio climático de París COP21, que se reunira en este próximo diciembre y donde participarán 198 países en busca de un nuevo acuerdo internacional sobre el clima.

Afecta las alergias

También se presenta esta baja calidad del aire tcomo un factor clave en el aumento de las enfermedades alérgicas.

Afectan al 40% de la población, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). El aumento de su incidencia se encuentra íntimamente relacionado con el incremento de la contaminación en las ciudades.

«Estas afecciones se vinculan a las emisiones diésel, por lo que a medida que haya más coches, también va a diagnosticarse a más alérgicos», asegura Ángel del Moral, director del Comité de Aerobiología de la Seaic.

Prueba de ello es la aparición en las últimas cuatro décadas de nuevos diagnósticos por asma y por renitis alérgica, que actualmente afecta a cerca del 25% de la población.

Estas patologías poseen una mayor prevalencia en las ciudades que en el campo, a pesar de que es en este ámbito donde existe un mayor número de plantas.

«Este aspecto se explica porque la contaminación modifica la composición química de las plantas, las cuales son capaces de generar pólenes más agresivos», afirma del Moral.

El resultado es la aparición de una vegetación más alérgica que agrava los síntomas de los pacientes, originando problemas para respirar o crisis de asma. Estos efectos adquieren una mayor importancia en los niños, por lo que alergólogos aconsejan que sus zonas de juegos estén aisladas de aquéllas en las que existe una mayor concentración de tráfico.

Las consecuencias sobre la salud de los alérgicos, se agravan dependiendo de la época del año, donde los niveles de pólenes aumentan o disminuyen. Si bien en otoño y diciembre existe un menor riesgo de que la polución afecte a su sintomatología, los efectos sobre los pacientes pueden ser considerables si la contaminación se mantiene en primavera.

«Menos mal que el repunte de los niveles de polución en las grandes ciudades no ha ocurrido en febrero, porque los resultados habrían sido el aumento de ingresos hospitalarios y un mayor consumo de fármacos», previene el director del Comité de Aerobiología de la Seaic.

Los expertos consideran, que para evitar estas consecuencias, hacer un mayor control de la polución, para poder mejorar la calidad de vida de los asmáticos, disminuir las hospitalizaciones, el gasto farmacéutico y aumentar el rendimiento laboral y escolar.

«Los efectos se verán a largo plazo, por lo que hay que concienciar hoy sobre los problemas que puedan aparecer en el futuro», asevera la experta.

Actualmente, los alergólogos destacan que se está estudiando la relación entre la polución y la composición genética, en cuanto a las complicaciones que la contaminación puede originar en las próximas décadas. Estas investigaciones consideran que los genes humanos pueden ser influidos por factores ambientales, que los modifican y los hacen más susceptibles a enfermedades alérgicas.

Es así como la baja calidad del aire se sumaría a la dieta y al humo del tabaco como elemento que genéticamente pueda predisponer a padecer estas afecciones.

Para prevenir el aumento de alergias y enfermedades respiratorias, los expertos defienden un abordaje integral de la relación salud y contaminación que persiga tres objetivos: reducir la mortalidad, mejorar la calidad de vida de los pacientes y evitar la aparición de nuevos diagnósticos.

Ivan Carabaño, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y Hospital General de Villalba, comenta que la contaminación ambiental afecta al desarrollo de los niños, porque los efectos de determinados contaminantes, fruto de la combustión de los hidrocarburos principalmente, son «más graves en los más pequeños».

«Esto se debe a que la vía aérea de los menores de tres años se muestra más reactiva antes los agentes irritantes», y añade, que implica un mayor riesgo de desarrollar bronquitis y reactivaciones de cuadros asmáticos.

Los más pequeños tienen una mayor predisposición a desarrollar más infecciones puesto que «la contaminación hace que los cilios (unos pelitos muy finos que revisten la vía respiratoria por dentro) funcionen peor, lo que aumenta las tasas de catarro, otitis media y neumonía», agrega Carabaño.

Esta predisposición se ve potenciada porque los gases y contaminantes ambientales generan un efecto de red en el aire en estos agentes infecciosos, con lo cual es más fácil infectarse de ellos. Asimismo, hay que tener muy en cuenta las consecuencias indirectas de la contaminación atmosférica como puede ser un menor descanso nocturno, debido a que la tos irritativa es más acusada por la noche.

Por esta razón, acota, «hay mayor somnolencia por el día, que es el momento en el cual el niño está en el colegio»,y su capacidad para centrarse será menor. Un factor que si se sigue perpetuando, hay un riesgo potencial de fracaso escolar, que se une al aumento del absentismo escolar por enfermedades causadas por la contaminación.

Más allá de las medidas que se adopten desde las Unidades de Salud Pública, los médicos deben aconsejar «limitar la exposición al aire, especialmente en el medio urbano, en los grupos de mayor riesgo», es decir, los menores de tres años y aquellos niños con asma grave o de difícil control.

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Fuente: La Razón.

Daniel Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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