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Algunos objetos dejan de ser saludables según su uso | Por: @linternista

Hay productos que pensamos que son más saludables de lo que verdaderamente son, desde un jabón antibacterial hasta una simple pasta dental. Con ellos como, como con otros, todo depende de la forma como los utilicemos.

Algunos ejemplos de estas malas creencias y mal uso y con las cuales debemos tener cuidado, son:

  • La esponja vegetal: Es de forma irregular y con grandes orificios y la utilizamos de forma generosa para limpiar nuestro cuerpo. Generalmente la utilizamos para provocar el efecto de la limpieza, pero puede convertirse en conglomerado de bacterias, hongos y moho. Además, con cualquier herida pequeña abierta en nuestro cuerpo (incluso microscópicos restos de afeitar) están en riesgo de contaminarnos y provocarnos una infección. ¿Cómo evitarlo? Lo recomendable es no usarlas, y  de hacerlo, es mejor utilizar una esponja vegetal con fibras naturales que tienen enzimas para controlar las bacterias y el moho, y debe cambiarse cada mes. Tras su uso, hay que enjabonarla, escurrirla bien y guardarla en un ambiente seco y fresco.
  • El humidificador: Es la salvación cuando el clima es demasiado seco o frío, así cuando se padece de congestión nasal o la piel seca. Pero este aparato puede generar problemas si no se limpia adecuadamente y con suficiente frecuencia, ya que en los humidificadores pueden crecer moho y patógenos, arrojándolos al airede los espacios donde están ubicados. A los alérgicos, se le exacerban estos problemas, ya que el aire de la casa puede convertirse en un caldo de cultivo para los ácaros del polvo. ¿Cómo evitarlo? Tras utilizar el humidificador es muy importante vaciar y secar completamente el recipiente donde se deposita el agua, porque puede acumular moho. La Agencia de Protección Ambiental también recomienda limpiar los humidificadores portátiles cada tres días mediante el uso de un cepillo o estropajo, para eliminar los posibles depósitos de suciedad.
  • Hisopos: ‘Los oidos solo se limpian con los codos’. La cera de nuestros oídos existe precisamente para proteger las delicadas estructuras del oído interno contra el polvo, la suciedad y otros elementos que puedan entrar al canal auditivo. Partiendo de esa base, es cierto que muchas veces se acumula y puede causar molestias, por lo que se solo se debe eliminar (limpiar) lo ubicado en el pabellón de la oreja. ¿Cómo evitarlo? No hay razón para limpiar la suciedad de los oídos más allá de la que podemos hacerlo con la yema del dedo índice en la apertura del canal, tal y como aconsejan los médicos. Y si notamos disminución de la audición, por un taponamiento de cerumen tendremos que ir al médico especialista, para resolver el problema.
  • Herramientas de uñas: las herramientas que se utilizan en los centros de manicuras y pedicuras (tenazas, cortauñas, cortacutículas) podrían están albergando un secreto sucio. Las bacterias viven en nuestra piel, por eso cuando se utiliza cualquier material para retirar cutículas o una simple piedra pómez, se están transfiriendo gérmenes (bacterias, hongos, virus) a las herramientas, lo que puede conducir a infecciones de la piel. ¿Cómo evitarlo? Se debe lavar muy bien la piedra pómez con agua y jabón cada vez que lo utilicemos y comprar una nueva cada tres o cuatro semanas. En cuanto al resto de material, lo mejor es no compartirlo, y además deben limpiarse adecuadamente aunque sea uno solo el que las utilice.

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Fuente: La Razón.

Daniel Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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