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1 de cada 4 mujeres experimentan durante su 5ta década síntomas moderado-graves asociados a la menopausia | Por: @linternista

Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (EE.UU.), hasta una de cada cuatro mujeres experimentan durante su quinta década de vida síntomas físicos y mentales de carácter moderado-grave asociados a la menopausia. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que el abordaje precoz de estos síntomas es crítico para reducir el futuro riesgo de enfermedades crónicas y discapacidades.

Siobán Harlow, directora de esta investigación publicada en la revista «Women’s Midlife Health», explicó que «nos ha sorprendido encontrar que hasta una cuarta parte de las mujeres de esta cohorte relativamente sana experimentaron un amplio rango de síntomas por lo general graves antes de la transición hacia la menopausia, lo que determinó que percibieran que su salud había empeorado de forma notable. Y lo que es más importante, también hemos visto que si bien estos síntomas mejoran en algunos casos a través de la menopausia, en otros empeoran, por lo que se trata de una fase crítica vital para llevar a cabo las intervenciones necesarias».

La menopausia constituye una etapa en la vida de la mujer caracterizada por la aparición de diversos signos y síntomas, muy especialmente de los sofocos, derivados de los cambios hormonales que se producen por la interrupción definitiva de la menstruación. Sin embargo, y si bien constituye el síntoma ‘típico’ y ‘común’ de esta fase vital, la menopausia es mucho más que ‘sofocos’.

Físicos y mentales

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales medicos y los datos aportados a través de distintos cuestionarios por 3.289 mujeres que, con edades comprendidas entre los 45 y los 52 años, participaban en el Estudio de Salud de la Mujer en Estados Unidos (Estudio SWAN). Concretamente, los autores se centraron en 58 síntomas asociados a la menopausia y siguieron su evolución a lo largo de 16 años.

Las participantes fueron incluidas en seis grupos en función del número y gravedad de sus síntomas: Grupo 1, en el que las mujeres presentaban un gran número de síntomas –entre otros, depresión, ansiedad, dolor, fatiga, síntomas vasomotores y trastornos del sueño– que, además, eran de gran intensidad; Grupo 2, en el que los síntomas, si bien igualmente numerosos, eran de carácter moderado: Grupos 3-5, en los que las participantes presentaban una variedad de síntomas relativamente leves; y Grupo 6, constituido por mujeres asintomáticas.

Los resultados mostaron que, llegada la pre-menopausia, el 10% de las mujeres cumplen los criterios para ser incluidas en el Grupo 1; el 16% para ser clasificadas en el Grupo 2; el 54% para inclurise en los Grupos 3-5; y el 20% restante para englobar el Grupo 6.

Como indica Siobán Harlow, «dado que las preocupaciones durante la menopausia van mucho más allá de los sofocos, debe requerirse una mayor atención a la salud de las mujeres en los primeros años de la mediana edad. No en vano, los mecanismos subyacentes comunes de algunos de estos síntomas, caso de la inflamción, sugieren un mayor riesgo de discapacidad y enfermedades crónicas en estas mujeres. Así, es importante que los medicos presten atención a las necesidades de esta cuarta parte mujeres que ya son altamente sintomáticas antes de iniciar la transición hacia la menopausia».

Mucho más que sofocos

En definitiva, el 26% de las mujeres padece síntomas de carácter moderado grave, amen de ciertamente numerosos. O dicho de otra manera, la menopausia es mucho más que sofocos.

Como refiere Siobán Harlow, «contrariamente a lo observado en estudios previos, los sofocos no constituyeron los síntomas más graves en nuestro trabajo. Sin embargo, estos sofocos sí estuvieron presentes en la mayoría de las mujeres en todas las etapas de la menopausia, por lo general acompañados de otros síntomas como la fatiga y los trastornos del sueño».

Es más; es posible que este porcentaje de mujeres que experimentan síntomas de carácter moderado-grave sea, en realidad, mucho mayor que este 26%. Y es que el Estudio SWAN contó únicamente con participantes ‘sanas’, por lo que es bastante probable que se hayan excluido a las mujeres con un mal estado de salud.

Sea como fuere, concluyen los autores, «se requieren más investigaciones para evaluar si las mujeres con una notable sintomatología en la mediana edad presentan un mayor riesgo de discapacidad y mortalidad y si, por el contrario, una baja carga sintomática es un marcador de envejecimiento saludable».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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