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Los probióticos tienen un beneficio sobre la cognición en los humanos con deterioro cognitivo | Por: @linternista

Según muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de las Ciencias Médicas de Kashan (Irán), es muy posible que modificando la flora intestinal con el uso de probióticos se podría tratar la enfermedad neurodegenerativa.

Como explica Mahmoud Salami, director de esta investigación publicada en la revista «Frontiers in Aging Neuroscience», «en un trabajo previo ya habíamos observado que el tratamiento con probióticos revertía el deterioro de la memoria y del aprendizaje visual en ratas con diabetes, pero esta es la primera vez que vemos que la suplementación con probióticos tiene un beneficio sobre la cognición en seres humanos con deterioro cognitivo».

Cada vez hay más evidencias de que la flora intestinal –esto es, las especies bacterianas que, en su inmensa mayoría beneficiosas, habitan en nuestro intestino– juega un papel en nuestra salud que va mucho más allá de la regulación de nuestras digestiones. De hecho, la alteración de la composición de esta flora que causan los antibióticos parece que ayuda a disminuir la cantidad de placas de beta-amiloide que dan lugar al alzhéimer.

Más allá de la digestión

Ya se sabe que los probióticos –es decir, los alimentos que contienen microorganismos vivos con actividad intestinal– son eficaces a la hora de tratar distintas enfermedades del tracto digestivo, caso de las diarreas de origen infeccioso, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal. Y asimismo, que ayudan a combatir las alergias, la periodontitis y los resfriados. Unos beneficios que, según sugieren los estudios, se explican por la relación que guarda esta flora intestinal con nuestro sistema inmune.

Pero aún hay más. Hace ya tiempo que se planteó la posibilidad de que, dado que parece haber una comunicación bidireccional entre la flora intestinal y el cerebro a través del sistema nervioso, el sistema inmune y los circuitos hormonales –lo que los científicos han denominado el ‘eje microbiota-intestino-cerebro’–, los probióticos también potencien las funciones cognitivas. No en vano, los estudios llevados a cabo con modelos animales –ratones– han constatado que los probióticos no solo reducen los síntomas de la depresión y la ansiedad, sino que también mejoran la memoria y el aprendizaje. Y además de en los animales, ¿esto también sucede en los humanos?

Para responder a esta pregunta, los autores han llevado a cabo un estudio con 52 mujeres y varones diagnosticados de alzhéimer y edades entre los 60 y los 95 años que, según un criterio aleatorio, recibieron durante dos semanas tratamiento con probióticos –200 ml diarios de leche enriquecida con ‘Lactobacillus acidophilus’, ‘Lactobacillus casei’, ‘Lactobacillus fermentum’ y ‘Bifidobacterium bifidum’– o placebo –simplemente, leche.

Todos los participantes fueron sometidos a un análisis de sangre y respondieron al denominado ‘Mini-examen del Estado Mental de Folstein’ –o MMSE, cuestionario estándar para evaluar el grado de deterioro cognitivo– tanto al principio como al final del estudio. Y de acuerdo con los resultados a las 12 semanas, los pacientes tratados con los probióticos mejoraron, aun ligeramente, sus resultados en el cuestionario MMSE –de 8,7 a 10,6 puntos sobre un total de 30–. Y llegados a este punto, ¿qué sucedió con aquellos que, simplemente, tomaron leche? Pues que sus resultados empeoraron: los 8,5 puntos promedio se redujeron a 8,0.

Como indican los autores, «es cierto que este incremento es moderado, y que todos los pacientes siguieron teniendo un deterioro cognitivo grave. Pero nuestros resultados son importantes porque son los primeros en mostrar que los probióticos pueden mejorar la función cognitiva en humanos. Es necesario realizar más investigaciones con muestras más amplias y mayor duración para evaluar si los efectos beneficios de los probióticos son aún mayores tras tratamientos más largos».

Parámetros metabólicos

Es más; los análisis sanguíneos revelaron que el tratamiento con probióticos también redujo los niveles de triglicéridos, de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), de proteína C reactiva ultra sensible y de dos marcadores –el HOMA-IR y el HOMA-B– de resistencia a la insulina.

Como concluye Mahmoud Salami, «nuestros hallazgos indican que el cambio en los parámetros metabólicos podría ser el mecanismo por el que los probióticos actúan sobre el alzhéimer y, muy posiblemente, sobre otros trastornos neurológicos. Nuestro próximo estudio tendrá por objetivo analizar estos mecanismos en mayor detalle».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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