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Cacao y chocolate para reducir la presión arterial | Por: @linternista

Pocas cosas hay tan placenteras como saborear un rico chocolate negro. Pero el culto a la delgadez que tan de cabeza trae a casi todos últimamente ha relegado al cacao y sus derivados al rincón de los alimentos «prohibidos».

Incluso ha sido catalogado como «superalimento» elevándolo a la categoría de «píldora de salud» por el simple hecho de que contiene más de 50 nutrientes y componentes bioactivos con diferentes propiedades beneficiosas y que, además, cuentan con el respaldo científico.

«El cacao es un alimento cuyos beneficios para la salud ya se conocían en la época de los mayas e incas. Actualmente los estamos redescubriendo y comprendiendo científicamente los mecanismos por los cuales el cacao es un alimentos beneficioso», explica la doctora María Izquierdo, profesora titular de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona y miembro del comité científico del Observatorio del Cacao. «Su elevado contenido en polifenoles, de 10 a 50 miligramos por gramo, le aporta un importante efecto antioxidante y antiinflamatorio que contribuye a proteger nuestro organismo frente a enfermedades crónicas, especialmente las cardiovasculares», añade.

Factor de riesgo

La hipertensión arterial afecta infinidad de personas, que puede llegar incluso hasta el 40 por ciento de la población adulta y es no sólo una enfermedad silenciosa, sino un factor clave de riesgo cardiovascular. Pero también es una patología prevenible y controlable con actividad física y una dieta equilibrada que incluya alimentos que ayuden a mejorar los niveles de presión arterial, entre los que se encuentra el cacao.

Precisamente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reconoce como alegación de salud el papel del cacao en la elasticidad de las arterias, lo cual contribuye a regular las cifras de presión arterial. El secreto de esta propiedad del cacao estaría, según varios estudios, en su alto contenido en flavanoles, un tipo de flavonoides que, además de sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, ayudan a reducir la presión arterial.

Los flavanoles estimulan la producción de una molécula llamada «óxido nítrico, que dilata las arterias, mejorando así la circulación de la sangre y actuando contra la hipertensión» y son los responsables del sabor amargo del cacao. «Cuanto más amargo, más puro y, por tanto, más flavanoles contiene. Por ello, siempre es mejor consumir aquel que tenga, como mínimo, un 70 por ciento de pureza, ya que así nos beneficiamos de este efecto», explica el doctor Ramón Estruch, consultor sénior en Medicina Interna del Hospital Clínic y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.

A diario

«Otros componentes del cacao, como la teobromina, también favorecerían la prevención de la hipertensión». Sobre los efectos del cacao sobre la presión arterial, uno de los estudios, realizado en el Hospital Clínic de Barcelona incluyó a casi medio centenar de voluntarios con riesgo cardiovascular que consumieron cacao durante tres meses de forma pautada. La mitad tomó 40 gramos diarios de cacao con 500 mililitros de leche y la otra mitad cacao solo. «A partir de las conclusiones obtenidas, vimos que el consumo diario de cacao se asociaba a una reducción de la presión arterial en personas hipertensas y con un aumento de los niveles de HDL o colesterol ‘’bueno’’ en sangre y una reducción del LDL o colesterol ‘’malo’’», matiza Estruch.

En el marco del XI Congreso Internacional de la Dieta Mediterránea celebrado el pasado mes de abril, el doctor Peter Hollman, profesor del departamento de Nutrición Humana de la Universidad de Wageningen (Holanda), explicó que «a partir de estudios epidemiológicos existen evidencias sobre una asociación inversa entre el cacao y la enfermedad cardiovascular. Ensayos clínicos han establecido que el cacao podría reducir la presión arterial, mejorar la función vascular y reducir la resistencia a la insulina».

Un meta-análisis de ensayos clínicos acerca de los efectos del cacao sobre estos tres puntos incluyó un total de 42 ensayos controlados aleatorios a partir de las bases de datos Medline, Embase y Cochrane sobre chocolate, cacao o flavanoles, con un total de 1.297 participantes. Según este metaanálisis, el chocolate y el cacao mejoraban la resistencia a la insulina debido a una reducción significativa del nivel de insulina en suero. Además, la disfunción endotelial –que es una de las primeras manifestaciones de la arteriosclerosis y la enfermedad cardiovascular– medida mediante el grado de dilatación arterial mediada por flujo, que permite estimar la función endotelial, mejoró tras ingestas agudas o crónicas de cacao.

También observaron una reducción de las presiones arteriales diastólica y media y cambios significativos en las concentraciones plasmáticas de HDL y LDL. El chocolate y el cacao mejoraron la dilatación vascular mediada por flujo independientemente de la dosis consumida, aunque las dosis mayores de 50 miligramos de epicatequina, un tipo concreto de polifenoles muy abundante en el cacao, se tradujeron en mayores efectos en las presiones arteriales sistólica (el valor máximo) y diastólica (el valor mínimo).

Si hay un efecto que ejerce el cacao es el de subir el ánimo. Si a ello le añadimos que un consumo moderado no tiene efectos sobre la báscula, no hay razón para incluirlo en la lista de alimentos «prohibidos». En concreto, la ingesta diaria de 1,4 gramos de extracto de cacao incluidos en platos y postres puede mejorar el estado nutricional y metabólico, así como la oxidación y los síntomas depresivos en personas con obesidad. Así lo ha demostrado Idoia Ibero, doctora de la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra.

Mejora general

Esta investigación se llevó a cabo en colaboración con la empresa Navarra Tutti Pasta, especializada en platos ultracongelados de 5ª gama. En el estudio participaron 47 voluntarios de entre 50 y 80 años que siguieron una dieta moderadamente hipocalórica (baja en calorías). Al cabo de cuatro semanas, los análisis revelaron que los participantes habían perdido peso de forma significativa, bajado el nivel de grasa corporal, disminuido el perímetro de cintura y reducido la presión arterial, «además de haber mejorado los niveles de glucosa y colesterol en sangre», subraya Ibero.

Los resultados más relevantes atribuidos al consumo de cacao y publicados en revistas de gran prestigio como «Metabolism and Cardiovascular Disease y Journal of Nutrition» reflejan una mejora en el estado depresivo, atribuido a determinados compuestos presentes en el cacao. Además, el estudio confirmó la posibilidad de incluir platos preparados mejorados nutricionalmente dentro de una dieta saludable con el objetivo de perder peso.

Falsos mitos:

– Engorda. Varios estudios demuestran que el cacao podría incluso prevenir la obesidad derivada de dietas ricas en grasas. Algunos de sus componentes, como los flavonoides, podrían regular el metabolismo lipídico en el hígado y en el tejido adiposo. Además, es un alimento especialmente rico en fibra. Y también se ha observado que el consumo de cacao favorece la saciedad, con lo que podría evitar el picoteo entre comidas.

– Produce caries. Según recientes estudios, el cacao podría tener efectos protectores frente a la caries gracias a su contenido en flavonoides. Estos componentes pueden inhibir la formación de la placa dental y la proliferación de microorganismos perjudiciales para la salud bucal.

– Crea adicción. Algunos componentes del cacao producen sensación de bienestar. Más que de alimentos que crean adicción, debería hablarse de alimentos que producen placer por su olor y sabor y por su elevada palatabilidad.

– Es excitante. El cacao contiene cantidades de cafeína muy bajas. Expertos en nutrición han revisado las evidencias disponibles y su conclusión es que no puede establecerse una correlación entre los componentes de este alimento y la excitación nerviosa. Una taza de cacao soluble aporta 0,01 miligramos de cafeína, mientras que una taza de café aporta entre 40 y 50 miligramos de esta sustancia.

– Produce acné. No existen evidencias científicas. El acné está causado por desequilibrios hormonales, frecuentes en la adolescencia, y/o factores genéticos.

Fuente: http://www.larazon.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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