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Las bacterias intestinales promovidas selectivamente por las fibras dietéticas mejoran la diabetes tipo 2 | Por: @linternista

Las dietas ricas en fibra ayudan en el tratamiento de la diabetes tipo 2 gracias a los microbios del intestino. La microbiota intestinal beneficia a los humanos a través de la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) a partir de la fermentación de carbohidratos, y la deficiencia en la producción de estos se asocia con la diabetes mellitus tipo 2.

En un estudio se publicó el 9 de marzo de 2018 en «Science», un grupo de científicos ha identificado un «colectivo» de bacterias intestinales que ayudaron a aliviar los síntomas de la diabetes mellitus tipo 2 en pacientes con una dieta rica en fibra. Los investigadores de Universidad de Rutgers-New Brunswick (EE.UU.) sostienen que ayudar a la proliferación de este exclusivo grupo microbiano a través de una nutrición personalizada podría servir como un novedoso enfoque para mantener la beneficiosa relación entre el cuerpo y su microbioma en la diabetes tipo 2.

Zhao y colaboradores demostraron que la adopción de una dieta alta en fibra promovió el crecimiento de organismos productores de AGCC en humanos diabéticos. La dieta alta en fibra indujo cambios en toda la comunidad microbiana intestinal y se correlacionó con niveles elevados de péptido-1 similar al glucagón, una disminución en los niveles de hemoglobina glicosilada y una mejor regulación de la glucosa en sangre.

Algunos ensayos clínicos previos habían sugerido que ingerir una dieta rica en fibra podía mejorar la evolución de la diabetes, pero las respuestas al tratamiento continúan siendo muy variables. Con el fin de mejorar la eficacia de las intervenciones nutricionales, es fundamental comprender cómo responde el microbioma intestinal a los cambios en la alimentación. Los microbios del intestino desempeñan un conjunto de funciones protectoras frente a la ingestión de alimentos; por ejemplo, cientos de especies pueden metabolizar los carbohidratos, que son difíciles de digerir, para producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los cuales proveen de energía a las células del colon, mitigan la inflamación y ayudan a regular la sensación de hambre.

«Nuestro estudio sienta las bases y abre la posibilidad de que las fibras dirigidas a este grupo de bacterias intestinales se conviertan en una parte importante de su dieta y su tratamiento», señala Liping Zhao, autor principal del estudio y profesor del Departamento de la Universidad de Rutgers-New Brunswick.

En este estudio, Liping Zhao y sus colegas sugieren que un selecto grupo de microbios que producen AGCC es el responsable del impacto positivo que tienen las dietas ricas en fibra en los pacientes que sufren de diabetes tipo 2.

En dos grupos de individuos con esta enfermedad, los investigadores observaron que, a los 12 meses, el grupo que consumía una dieta rica en fibra (cereales, alimentos medicinales chinos tradicionales ricos en fibras dietéticas y prebióticos, que promueven el crecimiento de bacterias intestinales productoras de ácidos grasos de cadena corta) mostró un peso corporal y unos niveles de azúcar en sangre mucho menores que los del grupo de control, que recibía el tratamiento estándar.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio clínico aleatorizado de dietas isoenergéticas diseñadas específicamente, junto con metagenómica la flora fecal, para mostrar que un grupo selecto de cepas productoras de AGCC fue promovido por fibras dietéticas y que la mayoría de los otros productores potenciales disminuyeron o no cambiaron en pacientes con DM2.

Cuando los productores de AGCC promovidos por fibra estuvieron presentes en una mayor diversidad y abundancia, los participantes tuvieron una mejor mejoría en los niveles de hemoglobina A1c, en parte a través del aumento de la producción del péptido 1 similar al glucagón.

La promoción de estos respondedores positivos disminuyó a los productores de compuestos metabólicamente perjudiciales, como el indol y el sulfuro de hidrógeno. La restauración dirigida de estos productores de AGCC puede presentar un nuevo enfoque ecológico para la gestión de la DM2.

Los investigadores entonces secuenciaron los genes microbianos encontrados en las muestras fecales de los pacientes y descubrieron que la abundancia de ciertas especies de microbios por encima de otras —en contraposición con una diversidad microbiana general—parecía tener una estrecha correlación con los cambios relacionados con la salud de la microbiota intestinal.

Microbios saludables

Al tratar de probar esta hipótesis, los científicos identificaron 15 cepas productoras de AGCC cuyo crecimiento estaba específicamente estimulado por las fibras alimentarias. Aunque pertenecientes a filos diferentes, dichas bacterias actuaron en conjunto aumentando la producción de AGCC y, como consecuencia, contribuyeron a la salud intestinal al superar a microbios que liberan compuestos que no permiten un metabolismo eficaz.

El estudio apoya el establecimiento de una microbiota intestinal saludable como un nuevo enfoque nutricional para prevenir y tratar la diabetes tipo 2.

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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