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Consumo de café no se asoció a niveles presión arterial ni a la prevalencia de hipertensión en Los Andes | Por: @linternista

La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo más común para desarrollar enfermedad car­diovascular y es el mayor responsable de la carga global de enfermedad. Se estima que la HTA causó 9,4 millones de muertes y 7% de los años perdidos por discapacidad ajustada en el 2010. La cafeína es un alcaloide vegetal del grupo de las xantinas que se encuentra en los granos de café, cacao, hojas de té y nuez de cola, y que esti­mula el sistema nervioso central y es la sustancia psicoactiva más utilizada en el mundo. Se ha des­crito que el café posee propiedades hemodinámicas vasoactivas, sin embargo, la relación entre el consumo de café y la presencia de HTA no está completamente esclarecida, y los resultados en diversos estudios son contradictorios.

El objetivo del estudio publicado por Juan P. González-Rivas y colaboradores en la Revista Med Interna (Caracas) 2017; 33 (2): 104 – 109 fue evaluar la relación entre el consumo de café y la prevalen­cia de HTA en sujetos de la región Andina de Venezuela evaluados en el Estudio Venezolano de Salud Cardio-Metabólica (EVESCAM).

Globalmente, el número de adultos con elevación de la presión arterial se incrementó de 594 millo­nes en 1975 a 1.130 millones en el 2015. La pre­valencia global de presión arterial elevada estanda­rizada por edad fue de 24,1% en hombres y 20,1% en mujeres para el año 2015. Estos valores han dis­minuido en países de altos ingresos y en algunos de medianos ingresos, manteniéndose sin cambios en el resto de las regiones.

Entre los años 2006 a 2010, en el estudio Venezolano de Síndrome Metabólico, Obesidad y Estilo de Vida (VEM­SOLS), fueron evaluados 1.392 sujetos en cinco poblaciones de tres regiones de Venezuela, y se reportó una prevalencia de HTA de 31,3%. Esta cifra fue mayor en hombres (38,1%) que en muje­res (28,2%), aumentando con la edad y el índice de masa corporal.

Brevemente, el EVESCAM fue un estudio poblacional, observacio­nal, transversal y de muestreo aleatorio poliestratifi­cado por conglomerados, diseñado para evaluar la salud cardiometabólica de sujetos seleccionados de ≥ 20 años entre los años 2015 y 2017.

El tamaño mínimo de la muestra se calculó uti­lizando la fórmula de muestreo aleatorio para gran­des poblaciones, considerando una muestra sufi­ciente para detectar la condición menos prevalente en Venezuela (prevalencia ponderada de diabetes de 7,7%). Se estableció un nivel de confianza del 95%, un error máximo admisible de 1,55%, y una tasa de respuesta de 70%. La muestra final espera­da a reclutar fue de 4.200 sujetos y un total de 525 por región.

La recolección nacional de datos comenzó en julio de 2015 y terminó en enero de 2017. Se eligie­ron veintitrés ciudades de las ocho regiones -una a cuatro ciudades por región-. Cada ciudad fue estra­tificada por los municipios. Se seleccionaron al azar dos municipios de cada ciudad, dos parroquias de cada municipio y dos localidades de cada parro­quia, representando el conglomerado o grupo.

Después de la selección, el mapa y el censo de cada lugar fueron necesarios para delimitar las calles o bloques, y para seleccionar al azar los hogares para visitar. En la región de los Andes se evaluaron 5 poblaciones desde noviembre de 2015 hasta marzo de 2016: en el Estado Mérida: La Venta (rural -Páramo), el Llano y Belén (urbano – centro de la ciudad de Mérida) y Tovar (urbano); en el Estado Trujillo, la Mesa (urbano). La tasa de respuesta fue 76,6%, (418 sujetos evaluados de 546 reclutados – urbanos 82,5% y rural 17,5%). Se incluyeron a todos los sujetos mayores de 20 años que se encontraban en las casas seleccionadas y firmaron el consentimiento informado. Se excluyeron las mujeres embarazadas y sujetos con incapacidad para mantenerse de pie o comunicarse verbalmente.

Resultados

Población estudiada

Dos tercios de la población evaluada fueron mujeres. Los hombres tenían mayor edad, presión sistólica, diastólica, y mayor prevalencia de HTA que las mujeres (Tabla 1). El 93,2% de los sujetos evaluados consumía café y nueve de cada 10 repor­tó hacerlo diariamente; alrededor del 60% consu­mía entre 2 a 4 tazas diarias de café.

Café, presión arterial e HTA

No se observaron diferencias en el promedio de presión arterial sistólica y diastólica de acuerdo al número de tazas de café consumidas diariamente (Tabla 2). De igual manera, la prevalencia de HTA no fue afectada por la cantidad de café consumido diariamente (Figura 1). Cuando se categorizó la presión arterial y la prevalencia de HTA según la frecuencia de consumo de café (diario, semanal o mensual) tampoco se observó diferencia entre los grupos (Tabla 3).

Este estudio mostró que la mitad de los hom­bres y un tercio de las mujeres de los Andes de Venezuela evaluados en el estudio EVESCAM padecen HTA, y determinar los factores relaciona­dos con esta alta prevalencia es relevante para la salud pública de la región. También  evaluó por pri­mera vez la relación entre el consumo de café, la presión arterial y la prevalencia de HTA en una muestra representativa de la población de la región de los Andes de Venezuela.  Aunque se reportó un alto consumo de café (93,2%) y una elevada preva­lencia de HTA (40,7%) en la población evaluada, no se encontró una relación entre ambas variables.

La relación entre el consumo crónico de café y la incidencia de HTA ha mostrado resultados con­tradictorios. Una revisión sistemática y meta-análi­sis de 6 estudios prospectivos incluyó 172.576 sujetos, con la aparición de 37.135 nuevos casos de HTA durante rango de seguimiento de 6 a 33 años. Comparado con el grupo que consumía menos de 1 taza de café al día, los sujetos que con­sumían 1 a 3 tazas diarias mostraron un ligero incremento del riesgo de aparición de HTA [riesgo relativo: 1,09 (95% IC: 1,01 – 1,18)]; sin embargo, esta asociación desapareció cuando se comparó el grupo que consumía menos de 1 taza diaria con el grupo que consumía de 3 a 5 tazas o más de 5 tazas de café al día.

En un meta-análisis de 16 estudios aleatorios controlados (n= 1.010) que evaluó el cambio agudo de la presión arterial (en menos de 1 semana) inducido por la ingesta de café o cafeína en tabletas, se pudo observar que la ingesta de cafeína incrementó en 4,16 mmHg la presión arte­rial sistólica y 2,41 mmHg la presión arterial dias­tólica; el uso de café con una dosis de cafeína simi­lar a las tabletas de cafeína incrementó en 1,22 mmHg la sistólica, sin cambios significativos en la diastólica ni en la frecuencia cardíaca. Estos hallazgos sugieren que el efecto hemodinámico de la cafeína incrementando la presión arterial podría ser atenuado por otros componentes del café.

Contrariamente, en un estudio transversal en 8.821 adultos de Polonia, Grosso y col., reportaron que aquellos sujetos que consumían ≥3 tazas de café por día presentaron menor frecuencia de síndrome metabólico y sus componentes (razón de riesgo 0,75, 95% IC: 0,66 – 0,86), incluyendo una menor frecuencia de HTA. Sin embargo, esta diferencia podría ser explicada porque el grupo de sujetos consumidores de café tenían un índice de masa corporal más bajo que los no consumidores, y la diferencia de HTA entre los grupos no fue ajustada según el índice de masa corporal.

La ingesta aguda de café ha mostrado tener un efecto vasopresor transitorio que se puede extender hasta por 4 horas. En sujetos hipertensos, el consumo de café genera un aumento agudo de presión arterial (horas), sin que se observe una prolonga­ción del efecto a largo plazo (2 semanas). Adicionalmente, se ha reportado que el consumo de café lleva a tolerancia hemodinámica del efecto vascular luego de 4 días. Por esta razón, se reco­mienda evitar el consumo de café previo a la medi­ción de la presión arterial.

Este efecto vasopresor del café puede estar con­dicionado por la cafeína, la cual posee un efecto vasoconstrictor por antagonismo endógeno con la adenosina. Sin embargo, el café contiene más de 800 componentes, entre estos, el ácido clorogénico, un potente antioxidante que favorece la reducción de la presión arterial mejorando la función endotelial y la disponibilidad del óxido nítrico. La hidroxihi­droquinona (HHQ), generada por el tostado de granos de café, aumenta la presión arterial ejercien­do un efecto antagónico, inhibiendo el efecto hipo­tensor de los ácidos clorogénicos en el café.

El presente estudio tiene algunas limitaciones. La naturaleza transversal del estudio no permite determinar una asociación causal entre consumo de café e HTA. Además, no se analizó el nivel de cafe­ína en sangre, como una medida más precisa para evaluar el efecto hemodinámico de este componen­te del café. También se desconoce la concentración de cafeína en las bebidas de los sujetos evaluados. Aunque el resultado de este estudio podría permi­tir ser más flexible en cuanto a las restricciones de café que habitualmente se recomiendan a los pacientes hipertensos, más estudios son necesarios para aclarar esta recomendación.

Conclusión

En la población adulta de la región de los Andes de Venezuela evaluada en el estudio EVESCAM, se reportó un elevado consumo de café y una alta pre­valencia de HTA. Sin embargo, el consumo de café no estuvo asociado a los niveles presión arterial, ni a la prevalencia de HTA. Son necesarios más estu­dios para establecer recomendaciones con respecto al consumo de café en la población hipertensa.

Referencia: Juan P. González-Rivas, J., Uztáriz de Laurentiis, A., et al. Café e Hipertensión Arterial en la Población de los Andes de Venezuela. Resultados preliminares del Estudio EVESCAM. Med Interna (Caracas) 2017; 33 (2): 104 – 109. Artículo

 


Comité editorial medicinapreventiva.info

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