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La ‘hipertensión de bata blanca’ no es tan inocua especialmente en la tercera edad | Por: @linternista

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en Irvine (EE.UU.) muestra que, quizás, la hipertensión de bata blanca no sea realmente un fenómeno inocuo, sino que podría estar alertando de un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en algunas personas, especialmente las más mayores.

Acudir al médico puede ser una experiencia estresante para muchas personas, y muchos pacientes que, incluso sin estar ansiosos, experimentan una subida de su presión sanguínea por el simple hecho de estar en una consulta. Se trata de la denominada ‘hipertensión de bata blanca’, término que define la elevación transitoria de la presión arterial que manifiestan algunas personas en los entornos sanitarios, caso de una visita al médico o de encontrarse en un hospital.Una ‘hipertensión’ que no es tal, dado que las cifras vuelven a normalizarse en cuanto el individuo sale por la puerta de la consulta.

Sin embargo, de acuerdo a Stanley S. Franklin, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of the American College of Cardiology», «nuestros resultados sustentan la hipótesis de que un pequeño número de pacientes considerados como ‘hipertensos de bata blanca’ tienen en realidad hipertensión sistólica aislada, una condición común en la que si bien la presión diastólica es normal, la presión sistólica es demasiado alta. Y esta hipertensión sistólica aislada puede ser un indicador de riesgo de una futura enfermedad cardiovascular o de un ictus».

Desde que fuera descrita por primera vez en el año 1897 por el médico italiano Scipione Riva-Rocci, la ‘hipertensión de bata blanca’ ha sido objeto de numerosas investigaciones dirigidas a evaluar su presunta inocuidad. Y lo que han mostrado los estudios más recientes es que se trata de un fenómeno más común en la tercera edad, así como que las diferencias entre las lecturas en la presión sanguínea en la consulta del médico y el domicilio van aumentando con el paso de los años. Pero, ¿es en realidad un fenómeno inofensivo o es la ‘tapadera’ de algo más?

El papel de la hipertensión de la bata blanca (HBB) y el efecto de la bata blanca (EBB) en el riesgo de desarrollo de enfermedad cardiovascular (ECV) sigue siendo mal entendido.

Para responder a esta pregunta, los autores siguieron durante cerca de una década la evolución de 653 pacientes con ‘hipertensión de bata blanca’, 92 de los cuales superaban los 60 años, y compararon los resultados con los de 653 personas que, con las mismas edades y un riesgo cardiovascular similar, mostraban las mismas cifras normales de presión arterial tanto en la consulta del médico como en sus casas.

Las pautas de la Sociedad Europea de Hipertensión se utilizaron con una puntuación de riesgo en 5 etapas. El riesgo bajo se definió como 0 a 2 factores de riesgo, y el alto riesgo se definió como ≥ 3 a 5 factores de riesgo, diabetes y / o antecedentes de eventos cardiovasculares previos. Se parearon por edad y por cohorte entre 653 sujetos no tratados con HBB y 653 sujetos normotensos de control.

De acuerdo con los resultados, la ‘hipertensión de bata blanca’ es un fenómeno que quizás no resulte tan anecdótico en las personas mayores. De hecho, y comparado frente al grupo de participantes de la misma edad que mantenían unas cifras de presión sanguínea normales, durante el seguimiento se registraron 18 episodios cardiovasculares adicionales en el grupo de personas mayores de 60 años con ‘hipertensión de bata blanca’.

En opinión de los investigadores, esta diferencia podría deberse a una mayor prevalencia entre la población con ‘hipertensión de bata blanca’ de la denominada hipertensión sistólica aislada, esto es, la enfermedad en la que la presión arterial sistólica (PAD) está elevada –es decir, es superior a 140 mmHg– pero la presión arterial diastólica (PAS) es normal –esto es, inferior a 90 mm Hg–. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que contrariamente a como sucede con la de bata blanca, está bien demostrado que la sistólica aislada es un tipo de hipertensión asociado con una mayor mortalidad cardiovascular.

En un modelo de regresión lineal por etapas, el EBB sistólico aumentó en 3,8 mm Hg por cada incremento de 10 años de edad y fue similar en sujetos de bajo o alto riesgo con o sin eventos previos de ECV.

En un seguimiento promedio de 10,6 años, la incidencia de nuevos episodios de ECV fue más alta en 159 sujetos de alto riesgo con HBB en comparación con 159 sujetos normotensos de la cohorte de la misma edad y de alto riesgo (Razón de Riesgo ajustada [RR]: 2,06; p = 0,023).

La RR no fue significativa para 494 participantes con HBB de bajo riesgo y los sujetos normotensos de bajo riesgo pareados por edad. El análisis de subgrupos por edad demostró que una asociación entre la HBB y la incidencia de eventos de ECV se limita a sujetos con alto riesgo de edad (edad ≥ 60 años) con HBB; La RR ajustada fue 2,19 (p = 0,027) en el grupo de alto riesgo de mayor edad y 0,88 (p = 0,66) en el grupo de menor riesgo de mayor edad (p para la interacción = 0,044).

figura1

figura2

La dimensión del EBB se relaciona con el envejecimiento y no con el riesgo de ECV. El riesgo de ECV en la mayoría de las personas con HBB es comparable a los controles normotensos ajustados por edad y riesgo.

¿También en los jóvenes?

Entonces, y dado que podrían tener un mayor riesgo cardiovascular, ¿cómo debe actuar un médico ante un caso de ‘hipertensión de bata blanca’? Pues como indica Stanley Franklin, «es necesario realizar múltiples medidas de la presión arterial, incluyendo lecturas fuera del entorno sanitario, para determinar de una forma precisa el riesgo cardiovascular, especialmente en los pacientes mayores de alto riesgo».

Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que esta ‘hipertensión de bata blanca’ también sea un signo de un mayor riesgo cardiovascular en la población joven. Como concluyen Giuseppe Mancia y Guido Grassi, de la Universidad de Milán (Italia), en un editorial del mismo número de la revista, «es posible que el estudio no haya contado con una muestra lo suficientemente grande o haya realizado un seguimiento lo suficientemente largo como para identificar el riesgo en los pacientes más jóvenes, por lo que las conclusiones sobre la población joven quizás no sean del todo precisas. Deben realizarse más investigaciones para comprender completamente las complejidades de la ‘hipertensión de bata blanca’».

Es muy importante destacar que sólo se puede comprobar el EBB y la HBB con el Monitoreo Ambulatorio de Presión Arterial (MAPA) o con la Automedición de la Presión Arterial (AMPA), aunque esta última depende de la extrema colaboración del paciente o de su familiar y de la disponibilidad de un equipo apropiado para la toma de la tensión arterial.

Fuente: abc.es / content.onlinejacc.org

 


Comité editorial medicinapreventiva.info

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