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Hombres altos y obesos tienen mayor riesgo de fallecer por un cáncer de próstata | Por: @linternista

Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) publicado en la revista «BMC Medicine», a mayor estatura o peso, mayor es el riesgo de padecer un tumor de próstata agresivo y de fallecer a consecuencia del mismo. Tal es así que en los varones altos y obesos este riesgo se dispara.

Como explica Aurora Pérez-Cornago, directora de esta investigación , «el hallazgo de un mayor riesgo en los varones altos podría ofrecer una visión los mecanismos subyacentes del desarrollo del cáncer de próstata, por ejemplo de aquellos relacionados con la nutrición y el crecimiento tempranos. Y también hemos visto que el peso corporal saludable se asocia con un riesgo reducido de cáncer de próstata agresivo y de fallecer a consecuencia del tumor al cabo de los años».

En el año 2015, según reflejan los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se diagnosticaron en España hasta 33.370 nuevos casos de cáncer de próstata, el tumor más frecuente en la población masculina. Un tipo de cáncer que, además, fue directamente responsable solo en 2014 del deceso de 5.855 españoles, siendo esta mortalidad únicamente superada por las asociadas al cáncer de pulmón y colorrectal. Sin embargo, y en la gran mayoría de los casos, el cáncer de próstata es un tumor de lento crecimiento, por lo que no supone una amenaza ‘inmediata’ para la vida del paciente. De hecho, y tomando todos los tipos de cáncer más frecuentes, el de próstata presenta la mayor tasa de supervivencia a los cinco años –cercana al 90%–. Entonces, ¿de qué depende que un tumor de próstata sea o no agresivo? Pues parece que, cuando menos en este caso, el tamaño importa.

El tamaño importa

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los datos de 141.896 varones que, con una edad promedio de 52 años y residentes en ocho países del viejo continente –España, Alemania, Dinamarca, Grecia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Suecia–, participaban en la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (Estudio EPIC). En total, 7.024 participantes habían sido diagnosticados de cáncer de próstata incidental –esto es, de bajo riesgo–, 726 de un tumor de alto grado y 1.388 de cáncer de próstata en fase avanzada. Y a todos ello se sumaron 934 decesos a consecuencia de la enfermedad.

El objetivo del estudio fue evaluar la posible influencia de la estatura y el peso sobre el riesgo de desarrollo de cáncer de próstata y su agresividad. Y para ello, los autores no solo clasificaron a los tumores en dos categorías –‘agresivos’ y ‘no agresivos’–, sino que los caracterizaron según su fase o estadio –esto es, en función de si el cáncer se ha expandido o no por el organismo– y de su grado –es decir, cuando las células tumorales son o no diferenciables de las sanas.

Los resultados mostraron que la estatura y el peso, si bien no tienen ninguna influencia sobre el riesgo de cáncer de próstata en general, se encuentran fuertemente asociados con la probabilidad de desarrollar un tumor de próstata de ‘alto grado’ –esto es, cuando las células cancerígenas son fácilmente distinguibles de las sanas, lo que se asocia a un mayor riesgo de que el tumor se expanda, o ya se haya expandido, a otros órganos– y de morir a consecuencia de la enfermedad.

Más concretamente, los resultados mostraron que por cada 10 centímetros adicionales de estatura se produce un incremento del 21% en el riesgo de sufrir un cáncer de próstata de alto grado y de un 17% de fallecer por el tumor. Y asimismo, que por cada 10 centímetros adicionales en el perímetro de cintura –un parámetro que se emplea para evaluar el peso y que resulta más preciso que el índice de masa corporal (IMC) se produce un aumento del 18% en la probabilidad de desarrollar un cáncer de próstata de alto grado y de un 13% de morir a por causa de este tumor.

Como indica Aurora Pérez-Cornago, «nuestros resultados muestran la compleja asociación entre la adiposidad y el cáncer de próstata, que varía en función de la agresividad de la enfermedad. Así, nuestro trabajo incide en la importancia de estudiar el riesgo de cáncer de próstata de forma separada según el estadio y el grado del tumor. Y asimismo, también puede ofrecer información sobre posibles estrategias para la prevención de este tipo de cáncer, si bien necesitamos más investigaciones para comprender la razón de estas diferencias en el riesgo».

¿Perímetro o IMC?

Y este aumento en el riesgo de cáncer por una simple cuestión de tamaño, ¿cómo se explica? Pues la verdad es que no se sabe, si bien los autores plantean algunas hipótesis relacionadas con el exceso de peso.

Como refiere la directora de la investigación, «la asociación observada en el caso de la obesidad puede deberse al cambio en los niveles hormonales en los varones con obesidad, que a su vez podrían incrementar el riesgo de cáncer de próstata agresivo. Sin embargo, esta diferencia en el riesgo tumoral también podría explicarse, si bien parcialmente, por diferencias en la detección del cáncer de próstata en varones con obesidad».

Pero, ¿qué son estas ‘diferencias en la detección’ en el caso de las personas con obesidad? Pues simple y llanamente, el empleo del parámetro empleado para medir el peso. Perímetro de cintura o IMC. Y es que en la mayoría de los casos –incluido el Estudio EPIC– se emplea el IMC, mucho menos preciso. Tal es así que es posible que la incidencia real de obesidad, y por tanto de riesgo de deceso por cáncer de próstata, se esté subestimando.

Como concluyen los autores, «se requiere el desarrollo de más estudios para averiguar si el mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo en los varones con obesidad es consecuencia de un incremento de la probabilidad de desarrollar formas agresivas de la enfermedad o de las diferencias existentes en la detección de este tumor».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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