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Lo publicado en las redes sociales sin pensar puede arruinar tu vida | Por: @linternista

«Todos somos esclavos de nuestras palabras. Uno siempre publica lo que quiere sin pensar en que puede tener consecuencias, pero hay que ser conscientes de los riesgos que conlleva», dice a su vez Esteban Mucientes, vicepresidente de la Asociación Española de responsables de Comunidades OnLine (Aerco).

«Piensa dos veces antes de publicar. Lo que cuelgas ya no se borra». Es el mensaje que lanza el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incide) en España, a través de su subdirector de Operaciones, Marcos Gómez.

El consejo no debe caer en saco roto, toda vez que los datos del Instituto, que gestiona la Oficina de Seguridad del Internauta, dan cuenta ya de que más de un 5% y hasta un 10% de los jóvenes de 16 a 34 años en España pierden una oportunidad de trabajo por el mal uso que hacen de las redes sociales.

Les pasan factura las fiestas con amigos, y las numerosas fotos que cuelgan en situación de embriaguez, por poner un ejemplo, o sus comentarios ofensivos y su mala educación.

En Venezuela ha sucedido otro tanto, especialmente por comentarios en contra del régimen que gobierna y luego sus autores han sido despedidos de sus trabajos de la administración pública, aunque no hay estadísticas claras al respecto. Por ello mucha gente ha optado por el anonimato en sus perfiles sociales o por convertir sus cuentas «privadas».

Expertos como Mucientes recomiendan tener presencia digital, al tiempo que manejan las redes con responsabilidad y sentido común, sin aprovechar el anonimato que otorga internet. Los especialistas siempre ponen un ejemplo muy sencillo: no publiques en la Red aquello que no serías capaz de decir en alto al destinatario.

Las empresas ya rastrean el perfilado del empleado o futuro empleado, de hecho se ha convertido ya en un factor más de información de la persona. Y se debe pensar en qué se publica con una visión a futuro.

El usuario de la red Twitter dispone de entre uno y dos años para borrar sus mensajes emitidos. Si no, solo una demanda del usuario a la empresa obliga a la red social (desde hace poco tiempo y en base a la legislación europea) a emitir el borrado, explica Marcos Gómez, quien detalla que en el caso de Facebook un perfil se borra en seis semanas y expide una copia de seguridad con toda la información que contiene a quien haya solicitado el borrado.

Además, Incide y Aerco alertan de que borrar un tuit tampoco es la mejor solución, porque «una captura que circula por redes, o WhatsApp, va a permanecer. El mejor consejo es detenerse dos segundos antes de publicar, sobre todo si eres un rostro público».

Mucientes, por su parte, concita: «No conviene eliminar el tuit. Cuanto te pones en el foco y quieres evitar dejar rastro, lo tienes difícil. Todos tenemos nuestra cuenta llena de errores. Cuando se comete un error, la solución es actuar con responsabilidad, pedir disculpas y seguir». Así obró en 2012 la dirigente socialista Elena Valenciano tras publicar durante el encuentro España-Francia de la Europa un comentario soez contra la «fealdad» de Ribery. Retractarse forja una identidad digital «saludable», aduce Gómez, lo que lleva al punto de inicio: las empresas no solo despiden por la «huella» digital, también «cazan talentos» debido a ella.

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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