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El binomio niños-tableta tiene su lado oscuro | Por: @linternista

Hoy en día los niños suelen pedir como regalo de cumpleaños «juguetes» caros como una tableta, porque casi todos tienen una.

Muestra de ello son los siguientes casos: Cuando se acercaba su último cumpleaños, Melanie, de 8 años, sorprendió a Érica, su mamá, al pedir su regalo: en lugar de la fiesta a la que invitaría a sus amigos, ella quería una tableta, como la que tienen muchas de sus amigas en el colegio. Érica, residente en Buenos Aires (Argentina), accedió y pronto le encontró una ventaja: “Mi hija usa mucho la tableta, la mantiene entretenida”, dice.

Andrea, de Bogotá, también avala el uso que su hijo Santiago, de 3 años, le da a la tableta que ella y su esposo le prestan ocasionalmente. Cuenta que el pequeño no solo pasa el tiempo jugando, sino entreteniéndose con aplicaciones didácticas para colorear, armar rompecabezas y organizar bloques, que refuerzan lo aprendido en el jardín escolar.

Pese a las posibilidades que ofrecen los nuevos y cada vez mejores dispositivos para la crianza de los niños, los expertos aseguran que las aproximaciones tan tempranas a la tecnología deben ser seguidas y orientadas por los padres, para evitar posibles consecuencias negativas derivadas de su uso.

De acuerdo con el neurólogo Gustavo Castro, uno de los principales efectos que tiene para los niños comenzar a utilizar estos dispositivos tan temprano son las potenciales atrofias que pueden presentarse en dos niveles del desarrollo neurológico de los niños: la memoria práxica y la motricidad.

“No es lo mismo –señala el especialista– que los niños escriban, dibujen, coloreen y armen estructuras virtuales en las tabletas, en las que los movimientos son limitados (arrastrar los dedos sobre la pantalla), que puedan explorar las posibilidades que les permite, por ejemplo, agarrar con sus manos y dedos cada una de las piezas de un rompecabezas o unos cubos”. Castro insiste en que estas son habilidades que generan una experiencia vital para el desarrollo neurológico de los pequeños, por lo que se deben combinar ambas actividades.

En cuanto a la memoria práxica, Castro explica que esta tiene que ver con la capacidad integral de coordinación del organismo, y cuando la formamos es porque tenemos la capacidad de interactuar con nuestro medio. “Esto es, ponernos de rodillas, caminar, estar en contacto con el pasto, con las flores y con todas las cosas. Cuando esto se descuida por estar en una tableta, se generan limitaciones en la coordinación que puede tener consecuencias en la adultez”.

Sara Bursztein, psicóloga especialista en programación neurolingüística, añade que si bien los más pequeños pueden enfrentar dificultades en aspectos como su motricidad (al descuidar habilidades como tener una buena caligrafía), el uso dirigido de este tipo de tecnologías puede traer beneficios significativos en el desarrollo de otras competencias.

“No es gratis –afirma Bursztein– que hoy muchos colegios pidan a sus estudiantes de los primeros grados que utilicen tabletas en el salón de clases. La razón es que los educadores se han dado cuenta de que deben mover sus métodos de acuerdo con las exigencias del medio y de que los niños deben acostumbrarse a ellos lo antes posible”.

Dentro de los puntos positivos, la especialista destaca que en casi todas las aplicaciones para niños instaladas en las tabletas se pueden estimular y ejercitar sus tres canales de atención: el visual, el auditivo y el cinético. Además, la capacidad de concentración también aumenta, incluso con aplicaciones que parecen destinadas únicamente a entretener.

“Los juegos de aventura o ‘de pasar’ ayudan a los pequeños a enfocarse y fijarse metas para llegar al siguiente nivel, al cual solo pueden acceder si cumplen con los requisitos establecidos para hacerlo. Estas son dinámicas que se pueden extrapolar fácilmente a situaciones de la vida adulta”, asevera.

Gerardo Tibaná, director del Centro de Gestión de las TIC para la Academia, de la Universidad del Rosario, añade que las tabletas, a diferencia de otros dispositivos como los celulares, ofrecen alternativas didácticas muy interesantes.

“Su diseño e interfaz, con íconos grandes, colores llamativos y diferentes posibilidades psicográficas, los convierten en elementos de exploración muy útiles en la primera infancia, con los que van desarrollando experiencias móviles más avanzadas y obtienen entrenamiento para hacer un mejor uso de aparatos más especializados, como los celulares”.

Tibaná concuerda con los otros expertos en decir que la clave para tener buenos resultados en el uso de las tabletas en niños es la buena supervisión de los padres. “Todos los aparatos inteligentes tienen control parental. Esta es la clave para el uso responsable y para prepararse para las experiencias de comunicación con aparatos con las que se encontrarán en su futuro”.

¿Ortografía en riesgo?

A diferencia de escribir sobre el teclado o con tabletas, la escritura a mano facilita un mejor conocimiento de la ortografía, concede mayor fluidez de ideas a la hora de redactar, mejor capacidad de lectura y potencia la memoria.

Según expertos citados por el diario ‘ABC’, escribir a mano exige que el cerebro se esfuerce más porque la mente debe hacer una representación de la letra que se va a escribir. Aparte, ayuda a que la comprensión de la lectura aumente. Los beneficios se extienden más allá de la edad escolar. Quienes toman notas a mano tienen un aprendizaje más profundo de los conceptos. Cuando se escribe a mano, se desarrollan la discriminación auditiva y visual, la organización espacial-temporal, la correcta presión del instrumento de escritura y el dominio de la mano.

Fuente: El Tiempo.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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