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El cese del hábito tabáquico está ligado a la capacidad de metabolizar la nicotina | Por: @linternista

Casi el 70 por ciento de los fumadores que intentan dejarlo recaen en una semana. Los investigadores llevan teorizando desde hace tiempo que algunas personas pueden estar programadas genéticamente para llevar la abstinencia mejor que otras, pero al no haber pistas acerca de por qué, no han sido capaces de guiar a los fumadores que desean dejar de fumar hacia la estrategia más exitosa.Ahora, en el primero ensayo clínico aleatorio de este tipo, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) y de otros grupos han demostrado que el tratamiento más adecuado para cada fumador puede depender de la rapidez con que metabolizan la nicotina en su cuerpo después de dejar de fumar.

Los metabolizadores «normales» de la nicotina son significativamente más propensos a mantenerse sin fumar con la ayuda de la vareniclina (Champix, Pfizer) en comparación con el parche de nicotina, tanto al final del tratamiento como seis meses más tarde, según el estudio, publicado en línea  en Lancet Respiratory Medicine.

Los metabolizadores «lentos», por el contrario, son más propensos a que les funcione el parche de nicotina, según los autores. La vareniclina es tan eficaz como el parche de nicotina para dejar de fumar, pero produce más efectos secundarios (desde náuseas hasta trastornos mentales).

La diferencia entre los metabolizadores lentos y los normales es cuánto tiempo permanece la nicotina en el cuerpo después de dejar de fumar. Los niveles de nicotina disminuyen más rápidamente en los metabolizadores normales, poniéndoles en riesgo de sucumbir a los antojos y las recaídas.

Pero estos fumadores también son más propensos a que les ayuden medicamentos como la vareniclina, que pueden aumentar los niveles de la hormona dopamina (la de «sentirse bien») en el cuerpo, y reducir los antojos.

En el ensayo clínico, los fumadores que querían un tratamiento (1.246 en total) fueron clasificados como metabolizadores lentos (662) o normales (584), y asignados al azar a 11 semanas con parches de nicotina (más una píldora placebo), con vareniclina (más un parche placebo), o con parche y pastilla placebos. Todos ellos recibieron también asesoramiento conductual.

El ensayo se llevó a cabo en cuatro centros médicos académicos: la Escuela de Medicina Perelman ende la Universidad de Pensilvania, el Centro de Adicción y Salud de la Universidad de Toronto (Canadá), la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo, y el Centro contra el Cáncer MD Anderson (Universidad de Texas).

Se analizó la sangre de los participantes a los siete días de empezar el tratamiento, para evaluar la ratio de dos metabolitos de nicotina que se producen al fumar, y que reflejan la actividad de una enzima del hígado -CYP2A6-, encargada de metabolizar esta sustancia.

Al final del tratamiento (semana 11), se estudió la conducta de los participantes para determinar la abstinencia en ambos grupos. Las investigaciones anteriores indicaban claramente que si una persona está libre de tabaco a los siete días de dejaro, es probable que se mantenga así durante seis meses, si no más, y por lo tanto es un gran predictor del éxito a largo plazo. Los investigadores también estudiaron a los participantes a los seis y 12 meses.

Las conclusiones

Casi el 40 por ciento de los metabolizadores normales que tomaron vareniclina seguía sin fumar al final del tratamiento, en comparación con el 22 por ciento que usaron el parche.

Los resultados indican que la vareniclina es más eficaz que el parche de nicotina para los metabolizadores normales, mientras que la eficacia es equivalente en los metabolizadores lentos. Sin embargo, este segundo grupo informó de efectos secundarios más generales, lo que sugiere que para ellos es más beneficioso el parche.

Las tasas de abandono, como se esperaba según los datos conocidos, disminuyó a los seis y 12 meses, pero las proporciones parche/vareniclina tanto para metabolizadores normales como para lentos se mantuvo.

En Estados Unidos, las tasas de tabaquismo han disminuido sustancialmente desde la década de 1960, cuando estaba en su apogeo, pero todavía hay 42 millones de estadounidenses que fuman.

«Estos hallazgos no sólo apoyan el uso de la ratio de metabolitos de la nicotina como marcador biológico para elegir el tratamiento», explica Caryn Lerman, profesora de Psiquiatría y directora del Centro de Investigación Interdisciplinar sobre la Adición a la Nicotina, «sino que también ponen de relieve la idea de que la dependencia del tabaco es una enfermedad heterogénea y que los tratamientos para dejar de fumar no son igualmente eficaces para todos los fumadores».

 

Fuente: La Razón.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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