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El insomnio se asoció a un riesgo hasta un 27% mayor de padecer un infarto o un ACV | Por: @linternista

Según demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Médica de China en Shenyang (China), las personas con insomnio tienen un riesgo mucho mayor de sufrir un infarto de miocardio o un ACV, actualmente denominado ictus.

Qiao He, directora de esta investigación publicada en la revista «European Journal of Preventive Cardiology», explica que «dormir es importante para la recuperación biológica y ‘consume’ cerca de una tercera parte de nuestra vida. Sin embargo, y en las sociedades modernas, cada vez más y más gente se queja de padecer insomnio. Por ejemplo, un estudio reciente ha mostrado que en torno a un 33% de la población general de Alemania padece síntomas de insomnio».

Dormir es una parte esencial de nuestro ciclo vital. Sin embargo, no todo el mundo es capaz de conciliar un sueño adecuadamente reparador. De hecho, y como consecuencia directa de nuestro actual estilo de vida, el número de personas que padecen insomnio es cada vez mayor.

Sueño cardiovascular

Numerosos estudios han constatado cómo el insomnio, definido como una carencia anormal de sueño y la dificultad para conciliarlo en el momento en que corresponde dormir, impacta negativamente sobre la salud de quienes lo padecen. Sin embargo, los estudios en los que se ha evaluado la relación entre el insomnio y la enfermedad cardiovascular han arrojado resultados inconsistentes y controvertidos.

Por ello, los autores han llevado a cabo una revisión o ‘metanálisis’ de los 15 estudios realizados para analizar la posible asociación entre los síntomas del insomnio –ya sea la dificultad para conciliar el sueño, los problemas para mantener el sueño, el despertarse muy temprano por las mañanas, o no lograr un sueño suficientemente reparador– con la enfermedad cardiovascular –insuficiencia cardiaca, infarto agudo de miocardio y cardiopatía isquémica– y los accidentes cerebrovasculares o ‘ictus’.

En total, el número de participantes en los 15 estudios ascendió a 160.798. Y durante el periodo de seguimiento promedio en todos estos trabajos, establecido en 29,6 años, se registraron hasta 11.702 episodios cardio y cerebrovasculares.

Los resultados mostraron que la dificultad para conciliar el sueño se asoció a un riesgo hasta un 27% mayor de padecer un infarto o un ictus. Un incremento del riesgo que, por su parte, se estableció en un 18% en el caso del sueño no reparador y en el 11% en el de la dificultad para mantenerse dormido. Por el contrario, el despertarse muy temprano por las mañanas NO conllevó ningún riesgo sobre la salud cardiovascular.

Figure 2. Forest plots of the associations between insomnia symptoms and cardio-cerebral vascular events. (a) Difficulty initiating sleep, (b) difficulty maintaining sleep, (c) early-morning awakening and (d) non-restorative sleep. CI: confidence interval; ES: effect size.

Y esta relación entre la falta de sueño y las enfermedades cardiovasculares, ¿cómo se explica? Pues la verdad es que no se sabe. Como reconoce Qiao He, «los mecanismos subyacentes para esta asociación no son completamente conocidos. Sin embargo, estudios previos han mostrado que el insomnio puede alterar el metabolismo y la actividad endocrina, con lo que provoca un aumento de la activación simpática, eleva la presión sanguínea e incremento los niveles de citoquinas inflamatorias y proinflamatorias. Y es bien conocido que estas situaciones son factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular y el ictus».

Mayor riesgo femenino

Y este efecto negativo del insomnio, ¿es similar para ambos sexos? Pues parece que no. El riesgo de padecer un infarto o un ictus fue, si bien ligeramente, mayor en el caso de las mujeres, muy especialmente en lo que atañe a la falta de un sueño recuperador.

Sin embargo, como apunta Qiao He, «dadas las limitaciones de nuestro metanálisis y a la ausencia de significación estadística entre sexos, no podemos concluir que el insomnio sea más peligroso para las mujeres. Aun así, sabemos que las mujeres son más proclives a padecer insomnio por las diferencias en los genes, las hormonas sexuales, el estrés y la respuesta a este estrés. Así, quizás sería prudente prestar una mayor atención a la higiene del sueño en las mujeres».

Sea como fuere, concluye la directora de la investigación, «los trastornos del sueño son frecuentes en la población general y la salud del sueño debería estar incluida en la evaluación del riesgo clínico. Se requiere una adecuada educación sanitaria para incrementar la concienciación sobre los síntomas del insomnio y sus riesgos potenciales y, así, alentar a las personas con problemas de sueño a buscar ayuda para solucionarlos».

Fuente: abc.es

Comité editorial medicinapreventiva.info

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