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La preeclampsia temprana o poco después del parto se asocia con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares | Por: @linternista

En la preeclampsia se produce una disfunción cardíaca que persiste después del parto y que podría aportar información pronóstica sobre el riesgo cardiovascular que aumenta una década más tarde, según tres estudios presentados en el Congreso de la Society for Maternal-Fetal Medicine 2017 en Las Vegas.

La preeclampsia es una condición que ocurre únicamente en los embarazos humanos y que se diagnostica en la madre al presentarse una presión arterial elevada, después de la semana 20 del embarazo. De acuerdo con las directrices publicadas por el Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el diagnóstico de preeclampsia ya no requiere la detección de altos niveles de proteína en la orina (proteinuria). Ahora, la preeclampsia está diagnosticada por la persistencia de la presión arterial elevada que se desarrolla durante el embarazo o el puerperio que está asociado con altos niveles de proteína en la orina o la la disminución del número de plaquetas de la sangre, trastornos renales o hepáticos, edema pulmonar, o signos de problemas cerebrales como convulsiones y / o alteraciones visuales.

La Dra. Lisa Devine, de la Perelman School of Medicine en la Universidad dePensilvania, en Estados Unidos, afirmó que «se desconoce si la preeclampsia pone de manifiesto una enfermedad cardiovascular subyacente, o en realidad es su causa». Sin embargo, la detección de los cambios cardiacos iniciales puede ayudar a identificar a las mujeres con alto riesgo, lo que puede facilitar una intervención temprana.

En su estudio de cohorte longitudinal prospectivo, la Dra. Devine y sus colaboradores examinaron varios marcadores de la función cardiaca. Las mujeres que participaron en el estudio tenían una gestación de entre 23 y casi 37 semanas, con un embarazo único, y se les había realizado una ecocardiografía transtorácica doppler con onda pulsada en el Hospital of the University of Pennsylvania. El análisis final comprendía 21 mujeres con preeclampsia pretérmino grave, y un grupo de control de 16 mujeres emparejadas por edad gestacional, raza, edad materna e índice de masa corporal.

Al inicio del estudio, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo no presentaba una diferencia estadísticamente significativa entre el grupo de preeclampsia y el grupo de control. Sin embargo, la deformación miocárdica longitudinal era más baja en el grupo de preeclampsia que en el grupo de control, lo que indica una disfunción más pronunciada (12,6 frente a 14,6; p < 0,04).

Tabla 1. Marcadores ecocardiográficos de la función diastólica

Marcador Grupo con preeclampsia Grupo de control Valor de p
Velocidad protodiastólica máxima en anillo mitral 10,3 12,3 0,05
Carga arterial
Rigidez vascular 2 1,8 0,04
Rigidez ventricular 2,4 1,7 0,006

El índice E/A, que refleja la función del ventrículo izquierdo, fue más bajo en el grupo de preeclampsia que en el grupo de control, pero sin alcanzar una diferencia estadísticamente significativa.

Seis semanas después, el valor absoluto de la deformación miocárdica longitudinal fue  menor de manera estadísticamente significativa en el grupo de preeclampsia en comparación con el grupo de control (13,6 frente a 15,6), y la velocidad protodiastólica máxima en el anillo mitral fue más baja en el grupo de preeclampsia (10,3 frente a 12,5). La carga arterial seguía siendo más alta en el grupo de preeclampsia, pero la diferencia fue sólo estadísticamente marginal.

Dos estudios presentados por la Dra. Anouk Bokslag, quien está realizando un doctorado en el Hospital Universitario VU de Ámsterdam, evaluaron el efecto de la preeclampsia de inicio temprano en las mujeres al alcanzar la sexta década de la vida.

La Dra. Bokslag explicó que estas mujeres  «actualmente están fuera del alcance de la mayoría de los programas preventivos, debido a su edad relativamente joven. Sin embargo, tienen importantes factores de riesgo modificables de enfermedades cardiovasculares».

La Dra. Bokslag y sus colaboradores evaluaron a las mujeres que habían dado a luz entre 1998 y 2005, cuyos hijos tenían de 9 a 16 años de edad en el momento de realizar este estudio. El análisis final evaluó un grupo de 131 mujeres diagnosticadas con preeclampsia, que habían dado a luz antes de las 34 semanas de gestación, así como a un grupo de control formado por 56 mujeres con presión arterial normal, embarazos sin complicaciones, y que dieron a luz a las 37 semanas o más de la gestación, emparejadas por año del parto y por edad materna.

El colesterol total y el c-LDL (lipoproteínas de baja densidad) no tenían diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de preeclampsia y el grupo de control, pero el c-HDL (lipoproteínas de alta densidad) era menor de manera estadísticamente significativa en el grupo de preeclampsia (p < 0,001), y la concentración de triglicéridos era más baja (p < 0,005).

Tabla 2.  Características de las participantes del estudio

Característica Grupo de preeclampsia Grupo de control
Índice de masa corporal (kg/m2) 25,6 23,9
Perímetro abdominal (cm) 79 77
Colesterol HDL (mmol/l) 1,53 1,78
Triglicéridos (mmol/l) 1 0,8
Presión arterial media
Sistólica (mm Hg) 126 114
Diastólica (mm Hg) 82 74
Arterial (mm Hg) 96,7 87,4

La Dra. Bokslag también explicó que «42% de las mujeres con antecedente de preeclampsia de inicio temprano tenía factores principales de riesgo cardiovascular en la quinta década de la vida. En concreto, 38% de estas mujeres presentaba hipertensión, y casi 17% tenía un síndrome metabólico». Por el contrario, 14% de las mujeres del grupo de control tenía un factor de riesgo cardiovascular principal, 14% hipertensión, y casi 2% tenía un síndrome metabólico.

En su segundo estudio de la misma muestra de mujeres, el equipo de la Dra. Bokslag analizó los marcadores de disfunción diastólica en la ecocardiografía transtorácica doppler con onda pulsada.

La velocidad protodiastólica máxima en el anillo mitral fue más alta en el grupo de preeclampsia que en el grupo de control, lo que indica una disfunción en las mujeres con antecedente de preeclampsia de inicio temprano (65,36 frente a 59,85 cm/s; p < 0,026).

Incluso después de ajustar el índice de masa corporal, la edad, el tabaquismo y la presión arterial sistólica, la preeclampsia de inicio temprano tenía una influencia significativa en la disfunción diastólica, declaró la Dra. Bokslag. La  investigadora recomienda que los médicos expliquen a «las pacientes con preeclampsia de inicio temprano, en el embarazo o poco después del parto, que tienen alto riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares».

De hecho, «podemos utilizar el embarazo para el diagnóstico precoz de las mujeres en riesgo». Sin embargo, este estudio no es suficiente para recomendar cambios en las guías clínicas, puntualizó, la Dra. Bokslag. «Antes de cambiar las guías clínicas deben realizarse estudios de intervención para investigar si la disminución de los factores de riesgo cardiovascular es concluyente para prevenir las enfermedades cardiovasculares, incluyendo la disfunción diastólica, en este grupo de mujeres».

El Dr. Bill Goodnight, profesor titular de medicina materno-fetal de la University of North Carolina, en Chapel Hill, Estados Unidos, afirmó que «parece claro que los fenómenos que ocurren durante el embarazo pueden aportar información útil y probablemente permiten pronosticar problemas de salud a largo plazo».

Los médicos de atención primaria deben conocer más sobre los fenómenos que ocurren durante el embarazo, ya que de esta manera podrían utilizarlos como factor de riesgo adicional en el cribado de la cardiopatía y la hipertensión en el futuro». Sin embargo, es habitual «la falta de comunicación entre los obstetras y los clínicos de atención primaria que cuidan de estas mujeres», declaró el Dr. Goodnight.

Asimismo,  el doctor explicó que «es poco probable que la preeclampsia inicie este proceso, pero posiblemente sea la expresión de la enfermedad durante el embarazo, a la vez que puede ser un indicador de que la mujer tiene riesgo de enfermedad en el futuro».

La teoría es que, sea cual sea la alteración metabólica subyacente, está presente, y la persona puede estar predestinada a presentar hipertensión o un accidente cerebrovascular a los 50 años de edad», afirmó el Dr. Goodnight.

Referencia: Society for Maternal-Fetal Medicine (SMFM) 2017 Annual Pregnancy Meeting. Presentados el 27 de enero de 2017.

Fuente: espanol.medscape.com

Comité editorial medicinapreventiva.info

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