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Dietas bajas en grasas no son garantía de adelgazar | Por: @linternista

La obesidad es un factor de riesgo, porque esos «kilitos» de más comprometen nuestra salud de manera importante, puesto que se pueden producir enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, diabetes, e incluso algunos cánceres como colon, mama e hígado.

De ahí que las autoridades sanitarias desde hace décadas traten de combatir esta epidemia mediante recomendaciones de cambios de estilo de vida, principalmente, la dieta.

Hasta el momento no existe entre la comunidad científica un consenso acerca de qué pauta alimentaria son las más adecuadas para bajar kilos en la balanza y mantener un peso adecuado a largo plazo.

Durante décadas las recomendaciones médicas más frecuentes han sido reducir la cantidad de grasas que se ingerían, basándose en el hecho de que un gramo de este nutriente contiene más del doble de calorías que uno de carbohidratos o de proteínas. Por tanto, disminuir la cantidad de grasa se debería traducir en un recorte de calorías.

Pero, Deirdre Tobias, investigadora de la Escuela Médica de Harvard y del Hospital de Mujeres y Brigham, ambos en Estados Unidos, señala que“Sin embargo, la evidencia científica sugiere que las dietas bajas en grasas no contribuyen a rebajar peso a largo plazo, en comparación con otras más ricas en este nutriente, como la Mediterránea”.

Un estudio, liderado por esta epidemióloga y publicado en la revista especializada The Lancet Diabetes & Endocrinology, en el que revisó 53 investigaciones anteriores, que comprendían más de 68.000 adultos, comparando la efectividad para perder peso a largo plazo –al menos durante un año- de dietas bajas en grasas con otras pautas alimentarias, incluida no seguir ninguna dieta. Y la conclusión principal a que llegan es que los datos no avalan recomendar dietas bajas en grasas.

“Es más, esa creencia popular de que si comías más productos grasos engordabas tampoco se sustenta en evidencia científica. Las nueces son ricas en grasas pero no se asocian con un aumento de peso a largo plazo. En cambio, la papa, los carbohidratos refinados, las gaseosas pueden ser sin grasa pero están asociados a un aumento de peso”, aclara Tobias.

Se observaron que recortar la cantidad de grasas en la dieta sólo conllevaba una pérdida de kilos mayor cuando se comparaban los resultados con personas que no seguían una dieta. Mientras, que cuando comparaban las dietas bajas en grasas con las que tenían una reducción de carbohidratos, veían que las primeras eran menos efectivas que las segundas. También comprobaron cómo una alimentación con pocos hidratos de carbono y un aporte mayor de grasas conseguía mejores resultados que cuando sólo se recortaba grasa.

La doctora Tobias, aclara que “La estrategia óptima para adelgazar a largo plazo deberá dejar de ver solo qué cantidad de calorías proceden de grasas o de carbohidratos y centrarse en patrones de alimentación saludables que incorporen verduras, frutas, nueces, pescado, legumbres, así como carnes magras y cereales enteros”.

Tomaron en cuenta, además, si sólo se daba a los pacientes información sobre qué comer, como una hoja con un menú semanal, o si, por el contrario, se seguía un programa de adelgazamiento en el que se incluían revisiones frecuentes, citas con un dietista, llevar un diario de comidas o incluso clases de cocina. El objetivo era evaluar hasta qué punto la gente seguía la dieta durante al menos un año y qué factores podrían influir en esa decisión.

¿Cuándo hay resultados de la dietas?

El investigador Kevin Hall, del Instituto Nacional de Diabetes, Enfermedades Digestivas y de Riñón, afirma a propósito de la investigación de Tobias en la revista The Lancet Diabetes & Endicronology, que “Los estudios acerca de pérdida de peso señalan que cuando se consigue la mayor pérdida de peso suele ser alrededor de entre seis y ocho meses después de comenzar la dieta y a eso sigue un período de repunte de peso. […] No obstante en ese punto de máxima pérdida de peso, la adherencia a la dieta ya ha disminuido sustancialmente”.

Todos apuestan a la dieta equilibrada

Ramon Gomis, director del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), explica que “se debe apostar por una reducción calórica pero siguiendo una dieta equilibrada. Estigmatizar el aporte de grasa es un problema, porque cerca del 15% del aporte total de calorías diarias deberían proceder de este nutriente. Hacer una dieta exenta de aceite de oliva, por ejemplo, no tiene ninguna ventaja para el paciente, que no sólo no bajará de peso sino que perderá los beneficios de este alimento”.

Este especialista en diabetes recomienda seguir una dieta rica en grasas insaturadas, como las procedentes de pescado, los frutos secos y el aceite de oliva, y reducir la cantidad de grasas saturadas, como las de quesos y carnes rojas.

“Tenemos en marcha un proyecto en el que estamos analizando, junto a la Fundación Alicia (alimentación y ciencia), los beneficios de dietas que contengan grasas saludable, como la procedente de la sardina”, añade Gomis.

Emili Ros, investigador del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del informe “Consenso sobre las grasas y aceites en la alimentación de la población española adulta”, de la Federación Española de Nutrición, Alimentación y Dietética, resalta que es importante tener en cuenta a la hora de diseñar una pauta de alimentación no solo el nutriente, como los ácidos grasos, sino el alimento que los contiene, como aceite de oliva o frutos secos.

“Al final, la mejor estrategia para tener una buena salud y mantener un peso adecuado es seguir una dieta sana y equilibrada, como la Mediterránea”, termina concluyendo este experto.

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Fuente: Clarín.

Daniel Hernández

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

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