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Corregir ortografía en Twitter, un “deporte extremo” | Por: @Jacogori

No abrí mi cuenta en Twitter con la “intención” de corregir la escritura de los tuiteros, pero a medida que fui convirtiéndome en una adicta a esta red social, y leía “con horror” la mayoría de los tuits con más de una falta de ortografía, no pude contenerme, comencé a corregir y a publicar recomendaciones al respecto, tratando de orientar sobre la adecuada escritura.

Hoy en día, me dedico casi exclusivamente a la corrección y orientación sobre ortografía, gramática y redacción, entre otros consejos relacionados con el buen uso del vocabulario (una de mis etiquetas #NoAlLenguajeSoez), aunque mi nombre de usuario no tenga nada que ver con la palabra “ortografía”. Ese es mi oficio, soy correctora de textos…

Ahora bien, me atrevo a escribir sobre este tema porque últimamente “educar” en Twitter se ha convertido en una especie de “deporte extremo o de alto riesgo”, más si se trata de hacer una corrección o sugerencia lingüística a una “celebridad”, como respuesta, sus seguidores comienzan de inmediato a insultar. Es importante destacar que estas “personalidades” o cuentas que tienen miles o millones de seguidores, deben considerar la utilización de una buena escritura, y así dar un buen modelo.

Muchos alegan que cada quien puede escribir en Twitter como más le plazca (totalmente democrático, claro está), y que las normas de ortografía no se hicieron para estas redes sociales. Pero, en mi opinión, esta teoría está muy alejada de la realidad, pues apartando a Facebook (en el cual, al parecer es más informal la escritura) y las propias mensajerías de texto o chats de nuestros celulares, en la aplicación del “pajarito” apreciamos y agradecemos considerablemente la buena escritura, y por ende, debemos cuidarla.

Por ejemplo, no es aconsejable utilizar “falsas abreviaturas” como: d, t, q, x, xq, ksa, hacs, aq, aki, kai, kda, y otros idiotismos que solo se admiten en teléfonos móviles (SMS). Otro error muy común en Twitter es escribir en mayúsculas sostenidas y esto no es adecuado, porque equivale a “gritar” a quienes leen, aunque puede usarse uno o dos términos, como máximo, para enfatizar nuestros tuits. Esta es una norma de escritura en Internet, su nombre es “Netiqueta”.

En el caso específico de Venezuela, e imagino que otros países no escapan de esta realidad; hemos crecido viendo y escuchando en prensa, radio, TV, vallas, publicidades, y muchos otros medios, incluyendo centros educativos, cualquier cantidad de barbarismos e incorrecciones, que pocos profesores han aclarado, y los cuales son repetidos por nuestros niños y adolescentes, siguiendo con esta ristra de incorrectos patrones. Lo anterior, aunado al “abuso” de extranjerismos y el uso de neologismos que cada día se incorporan a nuestro lenguaje cotidiano, y no todos estos vocablos están bien formados. Es decir, hay mucha desinformación en este asunto del buen uso del idioma español, y vale la pena mencionar, que es la segunda lengua más complicada de aprender.

Debido a lo anterior, y como inevitable consecuencia, las deficiencias en el lenguaje (en todos los niveles educativos y estratos sociales) son alarmantes. Desafortunadamente, muchos profesionales de la comunicación (y de otras carreras también) además de otros tantos educadores, se sienten con “derechos y poderes” de pronunciar o escribir inadecuadamente los términos, y no reflexionan en el hecho de que muchas otras personas están copiando esas faltas. Por ello, principalmente los educadores, así como también periodistas, escritores, locutores, comunicadores sociales, y otros, deben entender y “respetar” que todo lo que escriben o dicen llega a mucha población, y por tal motivo, debe estar bien redactado o pronunciado.

Twitter me brinda la oportunidad de aportar mi pequeña y humilde contribución para tratar de erradicar esa mala práctica, con la ayuda también, por supuesto, de los retuiteos de quienes me siguen. Es imperativo señalar que nadie está exento de errores ortográficos, incluyéndome, por supuesto, no es “mal de morir” ni de pasar pena, molestarse y mucho menos ofender e insultar, si nos corrigen. Lo importante es aprender.

No se trata de “regañar”, herir y mucho menos “humillar” a quienes corregimos, todo lo contrario, el desliz señalado (muchas veces cometido por la prisa, la limitación de tiempo que todos tenemos o por no “revisar” antes de enviar), se hace con toda la buena intención, pero sobre todo, con respeto, por lo menos así es de mi parte. Estas correcciones son observadas, a su vez, por otros seguidores, los cuales se convierten en un factor multiplicador, ya que la idea es que esta información llegue a la mayor cantidad de personas posible.

Los mensajes en Twitter son públicos, y están expuestos a cualquier crítica, es lógico, natural y se acepta, pero de allí que alguien agravie y ofenda por ser corregido, no es admisible, y mucho menos por educar, algo que (gracias a Dios), la mayoría de los tuiteros agradece enormemente. Además, todos los días aprendemos algo, cada tuit es una enseñanza para todos.

Los consejos sobre ortografía y gramática que proceden de mi cuenta o de cualquier otra que se dedique a orientar al respecto, que son muchas y en su mayoría buenas, son potestativos, jamás imperativos. No son “imposiciones”, sino normas para resguardar y proteger nuestro bellísimo idioma español.

Siempre habrá una forma de expresarnos, en 140 caracteres, respetando las normas básicas de ortografía y gramática.

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Jacqueline González Rincones @Jacogori

Asesora de tesis. Correctora. Columnista.

Asistencia en dudas ortográficas/gramaticales/redacción.

Deportista y ecologista. Sobreviviente de cáncer de mama.

 

Comité editorial medicinapreventiva.info

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