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Después de un ataque al corazón, ejercitarse sigue siendo saludable | Por: @linternista

Rigoberto Abraham reunía todas las condiciones para sufrir una enfermedad coronaria. Abraham, de 43 años, fue fumador mucho tiempo; tenía un historial familiar de ataques al corazón y también tenía el colesterol excepcionalmente alto. Pero el residente de Miami era un CrossFitter activo que visitaba el gimnasio varias veces a la semana.

De manera que sintió un dolor en el pecho hace dos años mientras estaba en el gimnasio, no le dio importancia. Después de todo, CrossFit se compone de ejercicios de alta intensidad dirigidos a aumentar el rendimiento y la fortaleza. De manera que es común sentir palpitaciones.

“Pero cuando llegué a la casa, me sentí un poco mareado”, dice Abraham. “Me di cuenta de que estaba teniendo un ataque al corazón y le dije a mi esposa que llamara una ambulancia”.

Lo llevaron a Baptist Hospital en Kendall, EEUU, donde una tomografía computarizada reveló que una de las arterias estaba 99% bloqueada. Los médicos le insertaron un stent (endoprótesis vascular) que es un pequeño tubo de malla que se expande para abrir la arteria.

“Restauramos el flujo normal en las arterias y la función del corazón era bastante buena”, dice el Dr. John St. Marcus, cardiólogo intervencionista en Baptist. “No tuvo ningún daño significativo en el músculo del corazón”.

Abraham sabía que tenía que hacer cambios en su vida, pero tenía la esperanza de que su régimen de CrossFit no tuviera que ser uno de ellos.

“El día después de la operación, estaba un poco nervioso”, comenta Abraham. “Pero el médico dijo que lo mejor que podía hacer era llevar un estilo de vida saludable”.

St. Marcus recomendó a Abraham ir poco a poco con la actividad física. Aunque el ejercicio tiene muchos beneficios cardiovasculares, las personas con daño en el músculo del corazón tienen que ser cautelosos de no excederse. “Hay que prestar atención a las señales del cuerpo”, dice St. Marcus.

La Clínica Especializada de Cardiología para Trastornos Cardíacos Genéticos y Atletas Competitivos y Recreacionales, de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, fue creada para ofrecer terapia física y otros servicios a pacientes que están en recuperción de un evento cardíaco importante. “La rehabilitación es el primer paso para regresar a la normalidad”, dice el Dr.Robert J. Myerburg, profesor de medicina y fisiología de la Universidad de Miami. La duración de la rehabilitación y el régimen depende de la severidad del ataque.

“Todo es individualizado”, dice Myerburg. “Pero en general, los pacientes pasaban por un período de uno a dos meses de rehabilitación”.

Myerburg dice que el centro recomienda a sus pacientes un estilo de vida activo. La actividad física es una medida crítica para prevenir otro ataque al corazón, aunque no hay datos concretos que sugieran cuánto se reduce el riesgo.

“Los datos son consistentes en que un estilo de vida saludable es beneficioso después de un ataque al corazón”, dice Myerburg. El ejercicio fortalece el corazón y el sistema cardiovascular; también mejora la presión sanguínea y los niveles de colesterol. Sin embargo, según él, hay algunas actividades que los pacientes que han sufrido arresto cardíaco deben ser particularmente prudentes, especialmente si han estado en recuperación recientemente.

“Una cosa con la que necesitamos ser cuidadosos es el entrenamiento de resistencia o de peso con las extremidades superiores ya que ejercen tensión en el corazón”, dice Myerburg.

Abraham fue afortunado de que la función del corazón no se afectara significativamente. Solo 20 días después de sufrir arresto cardíaco, corrió 26 millas en una bicicleta estacionaria.

Dejó de fumar y comenzó a comer más saludable. Ahora, su energía es mayor que antes. “Me siento como si tuviera 15 años de edad”, dice Abraham. También regresó a su hora de ejercicios CrossFit, cuatro veces a la semana.

Siempre ejercítese bajo vigilancia médica

Durante el primer mes después del infarto, y siempre que su cardiólogo no se lo prohíba expresamente, el mejor ejercicio es caminar. La primera semana debe ser una toma de contacto. A partir de la segunda semana, puede marcarse pequeños objetivos. Calcule cuál es la frecuencia de entrenamiento que le corresponde por su edad e intente conseguirla caminando deprisa. Puede que se fatigue al cabo de pocos minutos. No se preocupe, vuelva a caminar despacio, pero intente cada día conseguir un minuto más con la frecuencia de entrenamiento hasta llegar al mínimo de 20 minutos recomendados. Después, procure llegar hasta media hora, y si es posible, hasta la hora.

Si su recuperación se desarrolla con normalidad puede practicar otros deportes: tenis,natación, ciclismo, esquí, etc. No olvide que estos deportes deben ser complementarios de su entrenamiento habitual y no sustituirlo.

En lo que respecta al ritmo adecuado para entrenar, lo que debe variar y adaptarse a cada caso es el tipo y la intensidad del ejercicio. Después de un infarto de miocardio es importante establecer el nivel de esfuerzo que el paciente puede realizar sin fatigarse o presentar dolor torácico. Esto se determina mediante la ergometría o prueba de esfuerzo. Nunca debe realizar un ejercicio extenuante: no aporta beneficios y puede ser arriesgado. Recuerde que debe mantener el ritmo cardiaco por debajo del 75 por ciento de la frecuencia máxima teórica (que se halla restando su edad a 220). No importa superarlo de forma puntual, pero no es necesario para beneficiarse de los efectos positivos del ejercicio.

Fuentes: El Nuevo Herald, Dkvseguros.com.

Daniel Ricardo Hernández @danielricardoh

Comunicador Social

Comité editorial medicinapreventiva.info

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