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Cuatro marcadores presentes en la sangre se vinculan con mayor riesgo de ACV isquémico | Por: @linternista

Según un nuevo estudio publicado en la versión electrónica del 24 de agosto de 2016 en Neurology, las concentraciones elevadas de cuatro sustancias presentes en la sangre  ― proteína C reactiva (PCR), factor de necrosis tumoral alfa tipo 2 (TNFR2), homocisteína y factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) ―  aumentan el riesgo de presentación de ictus (anteriormente llamado accidente cerebrovascular) isquémico.

El estudio demostró que añadir estos marcadores a los ya incluidos en un modelo existente (el Perfil de Riesgo de ictus de Framingham) aumenta la capacidad de preveerlo.

«Lo que es singular de este estudio es que demuestra que estos marcadores son predictores de la presentación de un primer ictus isquémico  ― y así un nuevo evento ―  por encima de los demás factores de riesgo característicos», como la hipertensión arterial y la diabetes, dijo el autor principal del estudio, Dr. Ashkan Shoamanesh, profesor asistente de medicina (neurología) y director, Programa de Residencia en Accidente Cerebrovascular, Universidad McMaster, Hamilton, Ontario, Canadá.

El análisis incluyó 3.224 participantes del Estudio de Descendencia de Framingham que acudieron al examen del ciclo 7 (1998 a 2001), el cual comprendió la determinación de 15 biomarcadores de inflamación y disfunción endotelial. La media de edad de los participantes fue 61 años y 54% eran mujeres. De estos participantes, 98 tuvieron un ictus isquémico durante una media de seguimiento de 9,3 años.

Para facilitar la comparación, los investigadores normalizaron todos los biomarcadores a una media de cero y una desviación estándar (DE) de 1. Calcularon los hazard ratios (HR) para ictus isquémico por cada incremento de 1 desviación estándar de cada biomarcador.

En un modelo en que se controló edad y género sexual, observaron que por cada incremento de desviación estándar, la PCR (HR: 1,28; p = 0,02), el TNFR2 (HR: 1,33;  p = 0,005), la homocisteína total (HR: 1,32; p = 0,002) y el VEGF (HR: 1,25; p = 0,005) se relacionaban todos con riesgo de ictus isquémico.

En un modelo que también efectuó el control con respecto a las otras variables del Perfil de Riesgo de ictus de Framingham ―presión arterial sistólica, tratamiento de hipertensión, tabaquismo, diabetes, enfermedades cardiovasculares y fibrilación auricular― se demostró que todos los biomarcadores se mantenían significativos, con excepción de las PCR.

Los HR para los biomarcadores fueron similares en los individuos con subtipos individuales de ictus isquémico.

Capacidad predictiva

Añadir estos cuatro biomarcadores al Perfil de Riesgo de Ictus de Framingham mejoró su capacidad para pronosticar el riesgo de eventos isquémicos, con una mejora de la reclasificación neta continua de 0,34 (IC 95%: 0,12 – 0,57; p < 0,05).

Esto no significa que la predicción mejore 34%, señaló el Dr. Shoamanesh. Explicó que la reclasificación neta continua «no proporciona una cifra proporcional, de manera que es difícil cuantificar en forma apropiada el grado de mejora», pero proporciona «una estimación del grado en el cual mejora la fuerza de la calificación».

El VEGF tuvo el máximo grado individual de discriminación para accidente cerebrovascular futuro. Sin embargo, el caso del VEGF es un poco complicado.

El Dr. Shoamanesh señaló que alguna investigación ha demostrado que el aumento de las concentraciones de VEGF puede mejorar la circulación cerebral y proteger las neuronas. Por otra parte, la evidencia parece señalar que las altas concentraciones de VEGF aumentan la probabilidad de que se presente enfermedad ateroesclerótica. Un estudio de pacientes con degeneración macular demostró que los que tomaban un inhibidor de VEGF no tenían menos riesgo de ictus.

«Este estudio fue de observación y tuvo la potencia limitada para detectar una concentración significativamente más baja de ictus, pero no hubo ningún indicio que señalase que estar recibiendo un inhibidor de VEGF por degeneración macular también proporcionaba protección adicional para el accidente cerebrovascular isquémico.

Esta observación, señalan los autores, «indicaría una relación indirecta más que causal entre el VEGF y un ictus futuro».

La homocisteína total, que acelera la enfermedad aterosclerótica, quizá sea un marcador más establecido de incremento del riesgo de ictus que la PCR, la cual indica inflamación sistémica e inestabilidad de la placa.

El TNFR2 al parecer es el nuevo marcador en uso. «Esta es la primera vez que sé que algún estudio ha demostrado que es un factor de riesgo para el primer ictus isquémico», dijo el Dr. Shoamanesh.

Puntualizó que los pacientes con artritis reumatoide que reciben un inhibidor de TNF-alfa han presentado menos complicaciones vasculares. El estudio debe validarse y sería «prematuro» utilizar los datos del estudio en el ejercicio clínico.

«Para realmente comenzar a utilizar estos biomarcadores en un contexto clínico, se necesitaría demostrar que se podría tener una repercusión en los resultados con algún tipo de intervención, y todavía no hemos llegado a eso».

Sin embargo, este es el objetivo final, y este nuevo estudio es un paso en esa dirección.

«Cuanto más podamos identificar a los pacientes que tienen máximo riesgo de ictus futuro, tanto más podremos evaluar a estos individuos específicos para determinar las ventajas de los tratamientos preventivos existentes, así como emergentes, del ictus», dijo el Dr. Shoamanesh.

Él y sus colaboradores enumeraron varias limitaciones de su investigación. Por ejemplo, la muestra es casi completamente de ascendencia europea, y los investigadores no tomaron en cuenta factores que podrían haber afectado a la medición del biomarcador, tales como infecciones, alteración renal, enfermedades inflamatorias o reumatológicas y tumores malignos.

Además, en el estudio no se consideraron los medicamentos preventivos, como las estatinas y el tratamiento antitrombótico, que podrían haber afectado el riesgo de accidente cerebrovascular. Los investigadores también midieron los biomarcadores sólo una vez, de manera que no se dispone de información sobre los cambios en la concentración en el curso del tiempo.

En un editorial complementario de Stephen R. Williams, PhD, Departamento de Neurología, Universidad de Virginia, Charlottesville y Dra. Svetlana Lorenzano, PhD, Departamento de Neurología y Psiquiatría, Universidad Sapienza, Roma, Italia, se comentó que el estudio «proporciona una plataforma para formular estudios futuros utilizando todo el potencial de los biomarcadores circulantes, sobre todo en el campo relacionado pero independiente de la prevención primaria. Más estudios prospectivos deberán validar la sensibilidad y especificidad y replicar el desempeño predictivo del riesgo de ictus isquémico que tienen estos biomarcadores en la población general».

Se necesitan estudios no observacionales extensos que evalúen la relación causal de las concentraciones de biomarcadores y la presentación de ictus, añadieron, «para avanzar nuestros conocimientos e identificar nuevas dianas moleculares para la investigación transferible y la formulación de nuevas estrategias de control y tratamiento específicas».

Sería «interesante» que los autores utilizaran datos genéticos para investigar no sólo la influencia sobre las concentraciones de estos 15 biomarcadores, sino también cómo las variantes genéticas que se asocian a las concentraciones de biomarcador influyen directamente en el riesgo de ictus isquémico, comentan los editorialistas.

«Esto podría ser un enfoque poderoso, que en combinación con una calificación de Perfil de Riesgo de Ictus de Framingham, cada vez será más aplicable a medida que la información genómica evolucione y se aplique a la atención clínica».

Referencias:

  1. Shoamanesh A, Preis SR, Beiser AS, Kase CS, y cols. Circulating biomarkers and incident ischemic stroke in the Framingham Offspring Study. Neurology. Publicado en versión electrónica el 24 de agosto de 2016. Resumen

  2. Williams SR, Lorenzano S. Seeking the «holy grail» of biomarkers to improve stroke risk prediction of clinical scores. Neurology. Publicado en versión electrónica el 24 de agosto de 2016. Editorial

Comité editorial medicinapreventiva.info

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