CardiologíaDiabetes MellitusEndocrinologíaEpidemiologíaMedicina Interna

Uso de Gliptinas y glitazonas vinculado a menor riesgo cardiaco en pacientes con diabetes tipo 2 | Por: @linternista

Los pacientes que recibieron tiazolidinedionas (TZD o glitazonas) o inhibidores de dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) (gliptinas) solas o en tratamiento combinado en una cohorte basada en la población de pacientes con diabetes de tipo 2 que se atendieron en el pasado decenio en consultorios clínicos del Reino Unido, tuvieron menos riesgo de insuficiencia cardiaca, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas, en comparación con los que no recibieron estos fármacos.

El estudio observacional publicado el 13 de julio de 2016 en la versión electrónica de The British Medical Journal  reporta que, en comparación con pacientes que no recibieron gliptinas, los que lo hicieron tuvieron una disminución significativa del 14% en el riesgo de insuficiencia cardiaca y una reducción significativa del 18% en el riesgo de mortalidad por todas las causas, pero un riesgo similar de enfermedades cardiovasculares. Por su parte, en comparación con los pacientes que no recibieron glitazonas, los que las recibieron mostraron una reducción significativa de 23% a 26% en el riesgo de cada uno de estos tres desenlaces.

Según las Dras. Julia Hippisley-Cox y Carol Coupland (Universidad de Nottingham, Reino Unido), «estos resultados, que no toman en cuenta los grados de apego a la medicación o información de la dosis y que están sujetos a factores de confusión por indicación, pueden tener implicaciones para la prescripción de fármacos antidiabéticos».

Sin embargo, según la Dra. Shari D. Bolen (Sistema MetroHealth/Universidad Case Western Reserva, Cleveland, OH), quien recientemente fue coautora de una editorial en torno a los riesgos con las gliptinas: «No estoy convencida por este estudio de que las glitazonas o las gliptinas no produzcan insuficiencia cardiaca. Existen varios estudios aleatorizados con mejor evidencia que indica lo contrario». Este estudio puede haberse visto afectado por el sesgo de clasificación incorrecta de fármacos. «Dada esta limitación, no creo que podamos concluir algo sobre alguno de los resultados clínicos del estudio».

 

32.000 usuarios de gliptina y 21.000 usuarios de glitazona

Todavía hay incertidumbre sobre la tolerabilidad a largo plazo de gliptinas y glitazonas solas y en combinación con otros fármacos antidiabéticos, señalan las Dras. Hippisley-Cox y Coupland.

Por ejemplo, en SAVOR-TIMI la saxagliptina se relacionó con un incremento en el riesgo de insuficiencia cardiaca, pero esto no se observó con alogliptina en el estudio EXAMINE o con sitagliptina en el estudio TECOS. La pioglitazona se relacionó con un incremento en el riesgo de insuficiencia cardiaca en algunos estudios y con una disminución del riesgo de insuficiencia cardiaca en combinación con rosiglitazona en otros estudios.

En consecuencia, llevaron a cabo un estudio de cohortes para investigar las relaciones entre un nuevo uso de gliptinas o glitazonas y los riesgos de insuficiencia cardiaca, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas en pacientes con diabetes de tipo 2.

Identificaron a 469.688 pacientes adultos (25 a 84 años de edad) con diabetes de tipo 2 que fueron atendidos en 1243 consultorios generales de Inglaterra entre el 1 de abril de 2007 y el 31 de enero de 2015 y fueron parte de la base de datos QResearch.

Un total de 58% de los pacientes recibieron una prescripción de uno o más de los siguientes fármacos contra la diabetes: metformina (55%), una sulfonilurea (29%), una glitazona (5%), una gliptina (7%), otro fármaco antidiabético oral (3%) o insulina (4%); las prescripciones de glitazona, gliptina e insulina representaron nuevas prescripciones.

En comparación con un estudio realizado por Eurich y colaboradores (BMJ 2013), este estudio tuvo cuatro veces más usuarios de gliptina (32.500 pacientes) que tenían un decenio más de edad (media de edad 63 frente a 52) y analizaron una mediana de exposición más prolongada (5,7 años frente a 2,5 años). «Nuestros hallazgos de una reducción en el riesgo de mortalidad por todas las causas son relativamente novedosos y merecen más investigación, sobre todo porque no hubo una reducción general en las complicaciones cardiovasculares», describen las Dras. Hippisley-Cox y Coupland.

Este estudio también contó con la participación de 21.308 pacientes que recibieron glitazonas, principalmente pioglitazona (en 90% de los casos) con una media de exposición de 4,5 años. La disminución en la insuficiencia cardiaca en estos usuarios de glitazona contrasta con el incremento de los casos de insuficiencia cardiaca en otros estudios, como el estudio PROactive, lo cual posiblemente se deba a diferencias en las poblaciones de pacientes, señalan los investigadores.

Dado que en el ejercicio clínico las gliptinas o las glitazonas se incluyen en las directrices como tratamientos de segunda opción añadidos a la metformina o tratamientos de tercera opción añadidos a la metformina y una sulfonilurea, es importante saber si las aplicaciones de combinaciones se relacionan con daño o beneficio neto, añaden.

Encontraron que en comparación con la monoterapia a base de metformina, el tratamiento doble con metformina se relacionó con una disminución del 13% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y una disminución del 20% en el riesgo de mortalidad por todas las causas; y el tratamiento triple con metformina, una sulfonilurea y una gliptina se asoció a una disminución del 24% en el riesgo de mortalidad por todas las causas.

Asimismo, en comparación con la monoterapia a base de metformina, el tratamiento doble con metformina y una glitazona se asoció a una disminución del 26% en el riesgo de insuficiencia cardiaca y una disminución del 40% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y una reducción limítrofe del 14% en el riesgo de mortalidad por todas las causas. El tratamiento triple con metformina, una sulfonilurea y glitazona se asoció a una reducción de 21% a 32% en el riesgo de los tres desenlaces, en comparación con sólo metformina.

Aunque de acuerdo con los investigadores, estos resultados pueden aportar información de ayuda para el ejercicio clínico, Bolen advierte que «si bien es interesante, necesitaremos comparar este con otros estudios adicionales para determinar los verdaderos efectos de estos fármacos solos y en combinación sobre resultados clínicos importantes».

Referencias

  1. Hippisley-Cox J, Coupland C. Diabetes treatments and risk of heart failure, cardiovascular disease, and all-cause mortality: Cohort study in primary care. BMJ 2016;354:i3477. Artículo

  2. Bolen SD. The safety of incretin based drug treatments for type 2 diabetes. BMJ 2016;352:i801. Editorial

Comité editorial medicinapreventiva.info

Comité editorial de medicinapreventiva.info

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: